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ZAPATA VIVE / LA LUCHA (DE CLASES) SIGUE (15.7.2014)

ZAPATA VIVE / LA LUCHA (DE CLASES) SIGUE

Voy a contar una historia reciente que los jarochos conocen bien: hace diez días, en el Fraccionamiento Costa de Oro, uno de los más caros de Boca del Río, fue secuestrado adentro de su propia casa un niño de siete años [pausa para que inserte aquí sus mentadas y muestras de repudio ante un gobierno que no ha sabido cumplir con su función más elemental]. No es desde luego el primer caso de inseguridad en la ciudad o en el estado. Ni siquiera dentro de ese fraccionamiento, que tiene ya un par de historias relacionadas con la delincuencia. Pero para muchos fue la gota que derramó el vaso. Se decidió hacer una marcha, el viernes de la semana pasada, por la tarde. No puedo decir que toda la gente se volcó a las calles pero fue una muestra ciudadana de repudio ante el secuestro de, repito, un niño.

¿A qué nos enfrentamos el día siguiente? A periódicos locales con encabezados y textos burlones. “Los ricos también lloran”, “ni caminaron tanto”, “al final de la marcha se subieron a sus camionetotas”, “las señoras llevaban sus sombrillas para no asolearse”. ¿¿¿Y??? ¿Si el niño es de una familia de lana se justifica que lo secuestren? ¿A partir de cuántos salarios mínimos de ingreso se deja de ser “pueblo” para ser “burguesía oligarca” y entonces ya no podemos manifestarnos? Por favor, señores de la prensa patrocinada por el gobierno, recuerden: E R A U N N I Ñ O.

Quienes viven en la Ciudad de México seguramente ya encontraron un paralelismo: hace diez años pasaron por lo mismo. Marcharon en silencio vestidos de blanco, y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal minimizó el hecho al decir que fue una “marcha de pirrurris”. AMLO, que hizo su carrera a base de manifestaciones, criticando cuando lo hacen “los unos cuantos”. La petición en aquel entonces de parte de la sociedad chilanga era la misma: SEGURIDAD. No pedían que se eliminara PROCAMPO ni que subsidiaran los Mercedes Benz. No pedían exención de impuestos ni que nos anexáramos a Texas. No. Querían no ser asaltados, secuestrados, mutilados. Pero para AMLO su marcha no valió: muchos eran ricos, güeritos.

Ahí está el germen de la lucha de clases que la “lógica” de ciertos grupos de la izquierda quiere imponer. Uso las comillas porque el tema no tiene sentido. ¿En qué beneficia a Carlos Slim que una familia tarahumara se esté muriendo de hambre? ¿En qué beneficia a Wal*Mart que decenas de millones de personas no puedan consumir en sus tiendas? ¿No sería más feliz el dueño de una agencia de automóviles si más gente tuviera un buen empleo? ¿No estarían mejor los resultados financieros de los bancos si tuvieran 20 millones de ahorradores y 4 millones de empresas con crédito adicionales? Pues claro que sí. Al gobierno del PRI le puede convenir (ha dado muestra a lo largo de décadas) que la gente tenga un nivel bajo de educación e ingresos porque es más fácil de controlar mediante manipulación y dádivas. Pero a un empresario no. Los empresarios quieren un país en crecimiento y mucha gente con buenos sueldos. No por damas de la caridad, sino porque les conviene. Ah, y de paso también quieren seguridad. Para sus familias y propiedades. Y sí, también para el resto de los ciudadanos. A casi ningún empresario le va bien cuando la gente deja de salir a la calle o consumir por miedo a ser víctima de la delincuencia.

Los más pobres pueden ser un gran botín electoral, pero como clientes no funcionan mucho. PORQUE SON MUY POBRES. ¿No captarán eso los individuos que como AMLO, Epigmenio, Jalife o Fernández Noroña se la pasan sembrando el odio sin sentido? El pésimo arranque del sexenio de EPN ha afectado más a los más pobres, desde luego. Pero a la clase alta tampoco le está yendo muy bien. Sus empresas no están creciendo mucho. Tienen que pagar más impuestos a cambio de nada, ni para ellos ni para la clase baja. Y eso no es bueno: el clima económico y fiscal está haciendo que los empresarios generen menos empleos. Y eso afecta a los que quieren una oportunidad laboral para tener un ingreso. Olviden la lucha de clases: a la clase alta, media y baja les conviene una economía próspera, generadora de empleos y por tanto de nuevos clientes potenciales, que a su vez harán crecer los negocios que necesitarán entonces más empleados. Un círculo virtuoso que no es de cuento de hadas: se ha dado en muchos países.

El enemigo del que gana más no es el que gana menos. El enemigo del que gana menos no es el que gana más. En México, el enemigo de ambos es el gobierno. Ese gobierno que ha fallado en la más elemental de sus funciones: brindar seguridad.

Pretextos pendejos

Creo que la historia es más o menos conocida. Con bombo y platillo EPN inaugura el “Paso Express” de la carretera que conecta la CDMX con Acapulco, a la altura de Cuernavaca. Como en los peores tiempos de José López Portillo aparecen letreros en la carretera agradeciendo al Señor Presidente como si él hubiera puesto la lana para hacer la carretera, o como si se hubiera desmañanado para acarrear bultos de cemento.

EPN hace un video congratulándose por la magna obra, desde la comodidad de su helicóptero. Desgraciadamente desde las alturas no pudo apreciar los letreros con los agradecimientos.

El titular de la SCT hace un video congratulándose por la magna obra, mencionando específicamente el tema del drenaje. Todo estaba solucionado.

Qué afortunados éramos los mexicanos por contar con tan grandes próceres.

Y a los tres meses todo se derrumbó.

Carajo.

Las noticias empiezan a fluir. Hay dos personas en un auto que cayó al socavón. Las personas están vivas, se comunican con familiares. Eventualmente fallecen. No quiero pensar en lo que fue para ellos la agonía de horas de estar esperando a ser rescatados. No quiero pensar en lo que fue para sus familiares la angustia de recibir la noticia, darles mensajes de aliento, estar al pendiente a cada segundo, y de repente dejar de tener respuesta. Llamadas no contestadas. Mensajes no leídos. A esperar lo peor.

Y lo peor llega de una de las maneras más estúpidas. Un tuit para enmarcarlo en el Cuadro de Honor de la Imbecilidad. “Se rescató el auto. Los dos ocupantes fallecieron”. ¿De verdad? ¿Le pagamos dinero de nuestros impuestos a gente de Comunicación Social de la SCT para que salgan con esa tontería? A mí me gusta mucho el humor negro, acaso ya se han dado cuenta los que me leen. Si fuera una broma habría quien dijera que es “too soon”, que se pasaron de lanza. Yo estaría del lado de los que opinan que todos tienen derecho a hacer chistes, y ya cada persona juzgará si son buenos o malos, oportunos o inoportunos. Pero no. No era chiste. No lo hackearon. Cuando para cualquier persona era obvio que lo relevante eran los humanos, nos informan del “rescate” del auto. Rescate como si lo hubieran liberado de secuestradores. Pero quienes secuestraron y aniquilaron la tranquilidad de esa familia fueron los que tan mal supervisaron la obra, encabezados por el autor del tuit. Si la gente de Comunicación Social de la SCT no puede construir un tuit con algo más de sensibilidad, si la gente de Comunicación Social no se entera de que en pretérito se escribe “rescató” y no “rescato” porque el autocorrector no se los marcó como error, no entiendo para qué sí sirven. ¿Será para diseñar los mensajes de agradecimiento al Señor Presidente?

Y para terminar, como cereza del podrido pastel (sí, sí estoy enojado) vienen los Pretextos Pendejos. Dice Gerardo Ruiz Esparza:

1. Que hubo lluvias. Sí, un pretexto válido para un señor secretario es que en época de lluvias está lloviendo. Seguramente en la Gran Bretaña o Irlanda, donde llueve casi a diario durante todo el año, ya no hay construcción en pie. Fabuloso pretexto: en época de lluvias llueve.

2. Que por ahí pasaba un arroyo que creció. Sí, un pretexto válido para un señor secretario es que a la lluvia le da por recorrer el camino que lleva milenios recorriendo. Cómo se atreve la lluvia a irse por el arroyo. Tal vez debió tomar el acotamiento, o buscar un camino de subida. ¿Pero bajar por el camino más fácil, que justamente eso es un arroyo? Eso es una falta de respeto.

3. Que no se cayó el “Paso Express”, sino el terreno debajo. Si, un pretexto válido para… no. Ya no me da para seguir con el sarcasmo. Es una maldita vergüenza que digan que no se cayó la carretera sino lo que había debajo y pues si se cae lo de abajo se cae lo de arriba. ¿Alguien imagina esa pendejada monumental en otros casos? ¿Que se derrumbe tu casa y que el que la construyó te diga “no, la casa no se cayó. Se cayó lo de abajo”. Y que te lo diga con tu casa en escombros. Y que te lo diga mientras están velando cuerpos de personas que estaban en la casa.

A Gerardo Ruiz Esparza le tocó lo de HIGA. Lo de San Román. Lo de OHL. Lo de ODEBRECHT. Ahora esto. Con uno solo de esos casos, en un país con un gobierno con un moderado sentido de la ética, habría sido cesado o en un rasgo de vergüenza renunciaría.

Pero en el gobierno de EPN, el de la Corrupción Cultural , aquí no pasa nada. Tal vez si se hace mucho ruido en redes tendrá que hacerse a un lado, y luego se irá a descansar unos meses hasta que le toque su premio de consolación. Ándenle, justo lo que pasó con Virgilio Andrade.

Porque con EPN una persona puede llegar a una secretaría de estado y ante una tragedia decir que la culpa es de la lluvia, que la lluvia tiende a moverse hacia los arroyos, y que no se cayó la obra sino lo de debajo de la obra. Pero eso sí, rescataron al auto.

Pretextos pendejos.

Si no es Chano, es Juana

Si no es Chano, es Juana (Buenaonditas I)

 

No tengo amigos cercanos que sean transexuales o que se asuman como de género indeterminado. Sí he convivido con personas no tan cercanas a mí que han cambiado su género percibido.

 

El tema de cómo referirme a esa persona es muy fácil: si lo conocí como Chano, si sé que lo criaron como hombre, si la vez pasada que lo vi usaba ropa masculina, si siempre le he dicho Chano, pero me dice que quiere que le llame Juana, pues sencillo. Si no es Chano es Juana. E intentaré referirme a ella usando el femenino. Si ya se operó o no, si usa terapia de reemplazo hormonal o no, si cambió su acta de nacimiento o no, todo eso me importa poco. La llamaré Juana porque eso le gusta a ella. Del mismo modo que un Francisco me puede decir que prefiere que le diga Paco o Pancho o Frank o El Mofles sin que yo haga demasiadas averiguaciones extra, del mismo modo a Chano le digo Juana si eso la hace sentir mejor.

 

Además pelearé por los derechos de Juana. Los derechos son universales. Si cuando era Chano se podía casar con una Chana, ahora que es Juana que se case con la misma Chana del ejemplo pasado o que se busque a un Juan. Si ambos son mayores de edad y es con consentimiento, adelante. Y que se le pidan a Chana los mismos requisitos para adoptar hijos que a cualquier otra persona, sin discriminación de ninguna especie.

 

Bien.

 

En lo que no estoy de acuerdo es en estar sujetos a dictaduras progres bienpensantes que nos obliguen a cambiar el lenguaje en algunos casos con consecuencias punitivas.

Si vamos a un diccionario y vemos a quién agrupa el término “todos los mexicanos”, notaremos que no excluimos a nadie que lo sea. Hombre que se cree hombre, hombre que se cree mujer, mujer que se cree madre y padre a la vez, niño indígena, anciano con Parkinson, católicos y ateas, doctoras y bomberos. Si tu nacionalidad es mexicana entras dentro de esa frase.

 

¿Tiene alguien el derecho a indignarse si cree que “todos” no lo representa? Sí. Todo el derecho que quiera. Que se indigne. Pero no puede forzarme a cambiar mi manera de hablar o a alterar todo el idioma para sentirse aceptado, porque es una historia de nunca acabar que ya está teniendo consecuencias ridículas.

 

El que quiera escribir “todes” o “todxs” o “tod@s” que lo haga. Faltaría más. Pero que no diga que es para ser más inclusivo. Sí, incluye a personas que no se identifican con un género o que opinan que la “o” de “todos” excluye a las mujeres. Pero excluye a millones de personas (mujeres y hombres) que no nos identificamos con “todes” o “todxs” o cosas así. Y llegamos a casos extremos como el de Leo Soell.

 

Leo Soell una persona que trabaja dando clases en Oregon, Estados Unidos. No quiere que se use para referirse a su persona “él” o “ella” sino que quiere que se use en inglés “they”, que traducido al español es “ellos”. Entonces Leo Soell pidió que nadie diga que “él vino temprano” o “ella vino temprano” sino “ellos vino temprano”. Insisto, Leo puede pedir lo que sea. El caso es que había profesores que no usaban “they”, y demandó al distrito escolar porque le causaba angustia que la gente no usara el pronombre que quería, y pues ganó 60,000 dólares en daños. No lo inventé, lo pueden buscar en Google.

 

¿Estamos todos locos, como dice Gil Gamés? ¿Puedo yo pedir que me llamen Su Santidad y que los católicos que se nieguen me paguen dinero? ¿Puedo pedir que cuando me escriban se refieran a mí como “Dios”, y los judíos que suelen escribir “D-os” o “D’s” me van depositando cada que no me pongan el nombre completo? ¿Me cambio de nombre a Ixtaczoquitlán Parangaricutirimícuaro Dzibilchaltún y si un suizo lo pronuncia mal me asumo como angustiado y que me mantengan en un chalet alpino mientras canto “abuelito dime tú”? Nunca acabaríamos con esto.

 

Y siempre me ha llamado algo la atención con el lenguaje incluyente: no importa si excluye a mucha gente, mientras no excluya a gente que haga suficiente ruido en redes. Lo incluyente termina significando “políticamente correcto para que no te quemen en leña verde los más vociferantes”.

 

¿A qué me refiero? A que muchos dicen que se debe usar por ejemplo “todxs” para VISIBILIZAR a personas que no se sienten VISIBILIZADOS con “todos”, y que deben tener ese DERECHO. Vean como usan mucho “visibilizar”. ¿Ya vieron? Bien. Tienen buena vista.

 

¿Por qué los que usan lenguaje incluyente excluyen a los ciegos al usar “visibilizar”? Sí, hay personas que no se sienten ni hombres ni mujeres. Pero también hay personas ciegas. No sé si sean más, no sé si sean menos. Pero no es relevante. ¿Por qué usar la palabra “todos” molesta a los partidarios del lenguaje incluyente, pero usar “visibilizar” no? Es absurdo. La palabra todos, si van al diccionario, nos incluye a todos y todas y todes y tod@s y todxs. Pero “visibilizar” excluye a la gente ciega. No es cuestión de interpretación. Es una exclusión directa.

 

¿Y del “derecho” qué podemos decir? ¿Por qué se llaman derechos y no izquierdos? ¿Por qué los del lenguaje políticamente correcto no se quejan del uso de la palabra “siniestro” que significa izquierdo? Mi hermano y mi hijo menor son zurdos. ¿A dónde paso por mi cheque cuando alguien los excluya? 

 

El tema da para mucho. Cuando alguien asocia “mexicanos” y “tequila” yo no me siento incluido porque soy mexicano pero no me gusta el tequila. ¿Y? ¿Hay que cambiar entonces esa asociación para que yo me sienta incluido? No lo creo. Si una prenda de ropa es unitalla significa que me va a quedar ridículamente chica o que de plano no me la pueda poner ni a presión. No pasa nada. No siento que me odien los que hacen prendas unitalla, solo que ocupo mucho más volumen que el promedio.

 

Total. Si naciste Chano pero quieres que me refiera a ti como Juana, me tienes como aliado. Si alguna vez se me pasa referirme a ti en femenino, perdóname. No me demandes. No hay un solo derecho que yo crea que alguien deba tener y tú no. Ninguno. Sé que la sociedad te dificulta muchas cosas por prejuicios absurdos y lucharemos contra eso.

 

Pero no creo que se deba de cambiar todo el lenguaje para incluir cada matiz que cada persona quiere poner. Sí, tú puedes inventar tus palabras si te gusta. Pero si los demás no las usamos no somos monstruos, no te odiamos, no te queremos extinguir. Golpearte, violentarte, negarte derechos, discriminarte, humillarte, todo eso está mal. Contra eso hay que luchar y estoy contigo. Pero dejemos al lenguaje en paz antes de que los que no tienen lengua nos digan que los estamos ignorando.

 

 

 

P. D. I ¿Qué pasaría si el idioma cambiara y para englobar a todo un conjunto se usara “todas” y no “todos”? En lo personal no me pasaría mucho. Soy hombre pero no me molesta nada que para referirse a los varones se usen palabras como patriota, profesionista, estratega, atleta, artista, hedonista o periodista. Cierto, acaban con “a”. Pero uno ve la definición y nota que incluye también a los hombres y ya está.

 

Hay frases como la de los baños para varones en los antros que dicen “LA personA que seA sorprendidA blablablá será consignadA a lAs autoridades”. ¿Muchas A en una sola frase, no? Si nada más los varones leemos eso, ¿por qué no escriben una que tenga más O? ¿Por qué no hacemos un movimiento de indignación nacional? Pues porque no tiene caso. Así como “todos” incluye hombres y mujeres sin ser machismo, “la persona” incluye a un hombre o a una mujer (o a quien no se defina como ninguna de las anteriores) sin ser feminismo. Sí, podemos hacer que “todas” signifique hombres y mujeres y “todos” simplemente hombres. Pero no tiene caso. También podemos hacer que los perros se llamen “gatos” y los gatos se llamen “locomotoras”. Mejor ocupémonos de otras cosas más relevantes.

 

P. D. II Si cambiamos a “todes” en vez de “todos” vamos a entrar en situaciones interesantes. Todas, todos, todes. Parece fácil. Pero “manco”, “manca” y ¿”mance”? No. Suena a jefe de gobierno. Debería ser “manque”, manque suene feo. Los millennials escribirían “manke” para ahorrarse caracteres. O esperarían al emoticón que significara mancos y mancas. O manques, perdón.

 

“Pequeños, pequeñas y pequeñes”. Suena a pequeñez mal escrito. Y sí, además suena al Perro Bermúdez. Nada más por eso debemos desechar esa manera de escribir.

 

“Briagos”, “briagas” y ¿”briages”? No parece correcto. Habría que decir “briagues”. Cambiemos los diccionarios por si hay briagues que no se sienten identificados como “briagos” o “briagas”.

La vida es bella (10.7.2012)

LA VIDA ES BELLA

El comentario de hoy, como es obvio, tratará de los controvertidos sucesos de la semana pasada.

Sí: Hoy escribiré de la venta de Grupo MODELO a AB InBev.

Llevo 24 años de beber cerveza (pausa para que mis lectores se sientan sorprendidos ante tal revelación). Desde que en la prepa en Tuxtla contaba el dinero que llevaba en la cartera para poder pagarlas (cuando en El Pelucas se acumulaban los cartones) hasta el sábado de la semana pasada con mi esposa, donde sin preocupaciones financieras destapé algunas.

Lo anterior ya demuestra que la vida es bella. Pero hay más: hace varios años compré acciones de GMODELO C, considerando que siempre iba a haber gente guerrera dispuesta a consumir sus productos.

Pues bien: mi esfuerzo se ha visto recompensado. Con los diviendos que he recibido más lo que AB InBev me pagará por mis acciones, puedo calcular que me devolverán TODO lo que he gastado en chelas estos años. Litros y litros de diversión gratuita.

¡Arriba la cerveza! ¡Arriba la globalización económica!

De verdad: La vida es bella.

¿Cómo explicar lo inexplicable? (8.7.14)

¿CÓMO EXPLICAR LO INEXPLICABLE?

Ese es el título de una campaña de la Secretaría de Turismo de México. Al llegar al Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro, el visitante puede ver un anuncio muy grande de México, con ese logo de letras coloridas. No sé si tras viajar en promedio más de cinco horas, y en el caso de los que iban de Estados Unidos, Canadá o Europa alrededor de 10, y pasar las laaaargas filas de control de pasaportes, el turista promedio se fije en esos letreros mientras baja por unas escaleras eléctricas. Mi impresión es que no.

En el FIFA Fan Fest de Copacabana había stands de los patrocinadores del Mundial de Brasil. Empresas multinacionales con presupuestos millonarios. ¿Y junto? Un gran stand de México. Sí, había algunos curiosos. Pero el que iba a ver un partido ahí, vestido con los colores de su selección y varias cervezas encima, difícilmente iba a estar interesado en adentrarse en el conocimiento de nuestras pirámides y ciudades coloniales. ¿Se justifica tal gasto, o es una buena estrategia para que decenas de burócratas mexicanos tengan vacaciones pagadas durante el Mundial? No tengo idea de cuál fue el costo del stand, pero que esté junto al de Coca Cola me lleva a pensar que no costó veinte reales. Esa nueva aparente muestra de despilfarro me molestó más.

Pero como pagador de impuestos (que está pagando 35% de ISR este año y no 30% como el año pasado, a cambio básicamente de nada) hubo algo que me molestó mucho más, en adición a los gastos anteriores.

“¿Cómo explicar lo inexplicable? Como estar en una playa escondida por la tierra”, dice la publicidad de SECTUR en la zona de documentación para vuelos a Estados Unidos en el aeropuerto de Río. En la publicidad hay una foto muy bonita de las playas de la Riviera Nayarit, algo al norte de Puerto Vallarta. La publicidad está en inglés y en la zona de salidas, por lo que la lógica nos hace pensar que va dirigida a estadounidenses que ya estuvieron en Río y van de regreso a su país.

¿¿¿Cómo explicar lo inexplicable??? ¿Cómo explicar que los genios de la Secretaría de Turismo elijan mencionar en particular “playas escondidas en medio de la tierra”, cuando todo Río de Janeiro es precisamente eso? Con estar un par de días en Río y contar con el don de la vista te percatas inmediatamente que Río es justamente así: muchas playas escondidas entre cerros, morros, panes de azúcar o como les quieran llamar. Me imagino a los gringos viendo esa publicidad y diciendo “pues gracias por gastar su dinero en convencerme de que vaya a México para ver playas rodeadas de montañas, pero en Río hay muchas y las acabo de ver”. Difícilmente alguien encontrará inexplicable eso. Si hubieran elegido publicitar Cancún, por ejemplo, con un tipo de playa y oleaje absolutamente diferente al de Río, el contraste podría hacer sentido. Pero ningún turista encontró “inexplicable” que en México pueda haber playas justamente como en las que ellos estuvieron el día anterior.

¿Alguien cuida el gasto que se hace en publicidad en las diferentes secretarías? ¿Alguien cuida que las campañas sean efectivas, bien pensadas, austeras? ¿De verdad tenemos algo que ofrecer dentro del FIFA Fan Fest al turismo deportivo? ¿Qué les vamos a dar, con todo respeto? ¿Los Juegos Centroamericanos de Veracruz? No creo que muchos turistas teutones o franceses que viajaron 10,000 kilómetros para ver a sus selecciones jugar en Maracaná estén interesados en ir a ver a Honduras contra Trinidad y Tobago en basket femenil al estadio de la UV de Xalapa (con todo respeto a los países, el deporte, el género y la ciudad).

Total, me quedó la impresión de que algunos funcionarios públicos fueron a manosear brasileñas, y que otros fueron encabezando una delegación mexicana de promoción mal planeada, mal enfocada, seguramente con costos muy altos y en donde además es muy probable que se haya recurrido a una empresa externa, propiedad del compadre de algún funcionario.

Porque sí, ¿cómo explicar lo inexplicable? ¿cómo explicar la estulticia de ir a presumir precisamente playas escondidas entre cerros a Río de Janeiro? Espero que la siguiente campaña de publicidad del gobierno mexicano no vaya dirigida a enseñarle a Heinz a hacer catsup.

Cuando vi la pared completa en el aeropuerto de Río con el “How to Explain the Unexplainable” me quedé con la sensación de que de fondo iba a empezar Alex Lora a cantar “…y es que nuestros impuestos están trabajando”, o que iba a salir el Héctor Suárez de “¿Qué nos pasa?”. Desgraciadamente no, no era broma.

Hacer una pésima reforma fiscal para quitarle más dinero a los mismos de siempre e ir a tirar esos recursos a Brasil.

¿Cómo explicar lo explicable? Sencillo: es el gobierno de México en acción.