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Finanzas para principiantes (6.7.2015)

Finanzas para Principiantes

Imagine que entre usted y su pareja ganan $15,000, y tienen un hijo al que mantienen.

Como padre, querrá darle a ese hijo lo mejor. La mejor escuela, una casa cómoda, vacaciones inolvidables… todo lo imaginable. ¿Es eso una aspiración legítima? Desde luego. ¿Tener al hijo en la escuela con la colegiatura más alta, vivir en una casa con amplio jardín para que juegue, o llevarlo a París a conocer el Louvre es un despilfarro? Probablemente no. Pero con un ingreso de $15,000 al mes no será suficiente.

Hay muchos anuncios de televisión que invitan a vivir “como usted se merece”. Eso suena muy bonito. ¿A poco nuestros querubines no se merecen lo mejor? El tema que no hay que olvidar es que antes de ver cómo merecemos vivir, hay que averiguar si nos alcanza.

Cuando salgo de vacaciones con mi familia en viajes largos, perdemos mucho tiempo en aeropuertos, entre esperas, conexiones, aduanas y migración. Sé que formo parte de la minoría que se puede dar esos lujos, pero… ¿no merecerá mi familia viajar en avión privado, como un Jumbo Jet 747 de algún jeque árabe que hace un par de semanas vimos estacionado en el aeropuerto de Zürich? Un avión privado le daría más comodidad a mis hijos, mi esposa dejaría de preocuparse por el peso de las maletas, yo pondría los horarios para no tener que madrugar, todos evitaríamos muchas horas de espera en aeropuertos. Ese plan suena muy bien. La cosa es que no me alcanza para el Jumbo Jet privado, y ahora con el IVA a los tamales pues menos que pueda yo acompletar.

El tema con nuestro nivel de vida no es de merecimientos. Es de posibilidades. Nunca hay que olvidarlo.

Esto no implica ser conformista. Al contrario. Si usted gana $15,000 pero quiere llevar un nivel de vida mayor, busque la manera (legal) de ganar más. Cambie de trabajo, produzca más, estudie otra carrera, haga horas extra. Hay muchas opciones. Una vez que logre ganar más, podrá gastar más. No antes. Ni aunque usted lo merezca.

Ahora bien: hay una solución temporal, muy benéfica si la usa a su favor y una bomba de tiempo si la usa a lo griego. Esa solución se llama deuda.

Si usted gana los consabidos $15,000 al mes y en un esfuerzo heroico logra ahorrar $5,000 para comprar una casa con valor de $500,000, tardará algo más ocho años en poder mudarse. Sin embargo, vía un crédito, usted se puede cambiar antes y dejar de pagar renta. Lo mismo con la universidad de su hijo o para comprar un auto. El crédito puede ser una herramienta muy favorable siempre que no olvide que es dinero ajeno y que alguien hay del otro lado de la operación esperando su dinero (y en su caso los intereses) de regreso. ¿No le gusta pagar intereses porque cree que es usura? Fácil. No pida prestado. ¿No le gusta que le anden cobrando? Fácil. Pague en tiempo y forma.

El ahorro es cambiar consumo presente por consumo futuro. La deuda es cambiar consumo futuro por consumo presente. No lo olvide.

Si a usted se le olvida lo anterior y empieza a usar sus tarjetas de crédito para completar sus gastos, y gasta $20,000 al mes (porque claro, su familia lo merece), llegará antes o después el momento en el que se termine el límite de las tarjetas y los bancos le querrán cobrar. No se enoje: usted lo provocó. Pero le doy un consejo: antes de decirle a los bancos que ya habló con su familia y que no quiere pagar, asegúrese de bajar su nivel de gasto de $20,000 a $15,000. No haga usted el ridículo de pretender seguir gastando de más y pretender que los bancos le sigan prestando indefinidamente.

Por último, si llega usted a estar en tan triste situación, recuerde: el que gastó de más fue usted, el que aceptó las condiciones de las tarjetas de crédito es usted, y tiene muy poca dignidad endeudarse hasta el cuello y entonces decir “la verdad no me llevo con los bancos, yo creo que mejor no les pago”.

En resumen, hay que vivir de acuerdo a nuestras posibilidades. Si creemos merecer más, primero ganemos más. Si no le gustan las condiciones que ofrecen los bancos, o está en contra de pagar intereses por motivos religiosos, no les pida dinero prestado. Endeudarse hoy implica gastar más hoy y menos mañana, lo que no es malo pero tiene consecuencias. Y si le da un arrebato de dignidad y decide dejar de pagar sus deudas, recuerde que es requisito indispensable no gastar más de lo que gana, porque ya no habrá nadie dispuesto a acompletarle. Decir un domingo “ya lo consulté con mi familia y no les voy a pagar” y el lunes siguiente “bueno, pero ¿sí me prestan para completar mi quincena?” es absurdo.

Desde luego, estoy hablando de finanzas personales. ¿O a poco creen que estoy hablando de Grecia?

¡El maestro, luchando, también está enseñando! (4.7.2016)

¡EL MAESTRO LUCHANDO TAMBIÉN ESTÁ ENSEÑANDO!

– Oiga, soy obrero y quiero llegar a mi trabajo.
– POR AKI NO SE PUEDE PASAR PORK ESTAMOZ BLOKEANDO
– Ah. ¿Y por qué bloqueas?
– PORK AY UN MAL GOBIERNO Y TU DEBERIAS HAPOYARNNOS
– Pues sí, el gobierno es malo. De acuerdo, los apoyo.

– Soy comerciante y necesito pasar porque debo ir a mi negocio.
– AKI TODOS SOMOS COMPAS Y TENEMOS EN FACEBOOK UNA FOTO DE EMILIANO ZAPATA Y LAS HAGUILAS VUELAN Y LOS GUZANOS SE ARRASTRAN
– Pues eso está interesante. Pero fíjese que yo necesito trabajar para mantener a mi familia.
– SI NO ALLUDAS NO ESTORVES EDUCACION PRIMERO AL HIJO DEL OBRERO EDUCACION DESPUES AL HIJO DEL BURGUES
– Esas consignas suenan un poquito gastadas, llevo treinta años escuchándolas.
– PINSHI PEÑABOT ESCUCHA EL PUEBLO ESTA EN LA LUCHA
– No, pues eso de peñabot sí cala. Yo no quiero ser eso. Me uno a su movimiento, vamos a bloquear.

– Yo manejo un tractocamión, me toca llevar productos al Centro de Distribución de la empresa en la que trabajo y necesito pasar.
– LAS TRASNACIONALES SON EL KANCER DEL MUNDO AGUAS NEGRAS DEL IMPERIALISMO YANKI OTRO MUNDO ES POSIVLE
– Pero yo soy mexicano como ustedes, estoy trabajando.
– EZTAS AL SERVICIO DE LA OLIGARKIA MAFIA DEL PODER LOS UNOS CUANTOS CONSUME LO NACIONAL VIVA MEXICO CABRON.
– Pero yo los leo a ustedes muy seguido en Twitter y Facebook, que no son muy mexicanas que digamos…
– CAYATE Y BAJA DEL CAMION O LO KEMAMOS (NO SIN ANTES KOMER LAS PAPITAS EN UN ACTO RREBOLUCIONARIO DE REPUDIO TOTAL AL FRAUDE ELECTORAL).
– Pues si es por la fuerza, me bajo y aquí me quedo en el bloqueo…

– Yo soy un profesionista. Debo ir al pueblo de junto y ustedes no me permiten hacer mi trabajo.
– KUALKIER SACRIFIZIO ES POCO POR LA PATRIA SIN MAIZ NO HAY PAIS
– Pero… si están contra la reforma educativa, ¿por qué siempre invocan otros temas? Parece que no tienen un caso muy sólido.
– NO ESTAMOS TODOS NOS FALTAN 43. VIVOS SE LOS LLEVARON VIVOS LOS KEREMOS.
– Sí, he leído sus pases de lista en Twitter. ¿Creen que Solalinde mintió cuando dijo que los habían matado y quemado?
– NO SOMOS UNO NI SOMOS CIEN PINCHE TELEVISA KUENTANOS BIEN.
– Bueno, pues con esa lógica… ya no sé qué decir. Me uno también.

Y así, poco a poco, toda la sociedad se sumó a los bloqueos. ¿Para qué trabajar, si con eso se mantiene al sistema explotador? ¿Para qué dar clases a los niños si hay carencias en las escuelas? ¿Para qué fijarse cada uno en sus propias necesidades y las de su familia, si entre todos podemos exigirle al mal gobierno? Por fin los manifestantes le hicieron ver a todos los mexicanos que luchando juntos logramos más.

Se hicieron mesas de trabajo que llegaron a conclusiones importantes sobre política pública: cero tolerancia a la corrupción. 40% del presupuesto a educación, 35% a salud, 15% al campo y 10% en combate a la pobreza. Nada de vestidos caros para la Gaviota ni comidas de legisladores en restaurantes suntuosos. Salario mínimo al presidente para que vea lo que se siente.

Y dado que maestros, empleados, comerciantes, profesionistas y obreros estaban juntos, defendiendo los bloqueos, en paro, en pie de lucha, lograron que el presupuesto nacional se distribuyera de esa forma.
¿Cuánto dinero se logró para cada uno de los cuatro puntos arriba mencionados? Pues en educación $0, en salud $0, para el campo $0 y en combate a la pobreza $0.

Porque el dinero del presupuesto del gobierno no sale de luchas, ni de bloqueos, ni de conciencia social ni de proclamas chairas. No. El dinero del presupuesto sale de los impuestos de las personas que trabajan. Ese dinero, desde luego, está pésimamente gastado por el gobierno. Con ineficiencia, lo que da coraje, pero también con corrupción, lo que molesta más. Hay muchísimo qué hacer con esos temas.

Pero los aviadores de la CNTE y las lapas que los acompañan perjudican a los que están trabajando y por lo tanto generando esos impuestos. Están afectando a todos los sectores de la economía en los dos estados más pobres del país. A menor economía local, mayor dependencia de los gobiernos estatales al presupuesto federal, ese que tan mal maneja EPN. Y a pesar de lo obvio que nos resulta a la mayoría, nos siguen diciendo que “TODOS DEVERIAN APOLLAR AL MOBIMIENTO”. ¿Y entonces quién carajos trabaja? ¿Quién genera empleos, quién mueve bienes, quién ofrece servicios, quién paga impuestos? No, señores. Un país está condenado cuando la mayoría de las personas cree que la solución a sus problemas la tiene el gobierno, y no ellos mismos. Que un estado progresa si más gente se une a bloqueos. Que lo que se necesita para ser competitivo en el Siglo XXI es hacer barricadas mientras se gritan proclamas del siglo pasado.

Este tipo de movimientos han funcionado porque es una minoría la que protesta. La mayoría financiamos sus berrinches porque desgraciadamente el gobierno que debería usar sabiamente el dinero de nuestros impuestos prefiere ceder año tras año a las extorsiones. Si su movimiento tuviera mucho más éxito, si en verdad todos estuvieran en las calles reclamando “su rebanada de pastel”… verían que no hay pastel porque no hubo cocineros ni ingredientes ni hornos.

El gobierno federal es el mismo en todo el país, y los gobernadores de Oaxaca y Chiapas no son demasiado más corruptos e ineficientes que los de otros estados. Una diferencia está en que en Oaxaca y Chiapas hay un movimiento magisterial que, aparte de no cumplir la única labor para la que se le contrató (que es dar clases en las aulas), constantemente destruye riqueza. No solo no aporta sino que resta.

Los resultados están a la vista.

Apagando el incendio con gasolina (1.7.2014)

APAGANDO EL INCENDIO CON GASOLINA

Esta historia aplica para todo México. Pero la voy a enfocar en Chiapas, estado que conozco bien y en donde con tristeza siento que se ejemplifica perfectamente.

En Chiapas se detecta un problema (lo que no es complicado, saltan a la vista). El gobierno y la sociedad civil toman cartas en el asunto, y empieza un patético juego que no acaba nunca.

¿Que Tuxtla Gutiérrez ha crecido sin planeación y la obra pública es deficiente? ¿Que los gobernantes siguen comprando pavimento con baches (tal vez sea más barato)? Pues saquemos soluciones a la chiapaneca: Hay que crear un Instituto de Planeación que junto con un Consejo Ciudadano convoque a una Comisión que analice crear un Mecanismo que lleve a realizar una Convención que establezca las bases para una Mesa de Trabajo Interdisciplinaria que genere los consensos necesarios para que una Asamblea Plenaria dé el banderazo de salida a la Cumbre Sobre Resolución del Problema. La Cumbre sirve, desde luego, como punto de partida para que un Comité Ejecutivo se reúna con el Equipo Técnico bajo la conducción del Foro General que coadyuva a… pues a seguir pensando que se está logrando algo, cuando la realidad dice lo contrario.

He estado en conversaciones del estilo de:
-Oye, ¿no vienes hoy al Comité?
-¿Cuál? Yo estoy convocado mañana al Consejo.
– Pero es que éste es el bueno, porque acá está toda la gente cercana a MaVeCo.
– No, el de hoy es pura paja. El de mañana es el bueno porque va a estar Bayardo.
– Sí, pero aquí está el Consejo Consultivo Ciudadano.
– Pero mañana estará el Observatorio Ciudadano…

Y así, sin final. Le comentaba ayer a un amigo que ya no cabe en un tuit el nombre del evento en el que muchas personas de buena fe participan, haciendo el papel de “tontos útiles” (que no es insulto, es en el sentido marxista).

Sí, se han creado Institutos, Consejos, Planes Rectores y Comités. Pero los problemas no sólo siguen sino que se hacen más grandes. Porque la burocracia es una bola de nieve que crece y crece, y la falsa sensación de que se está logrando algo refuerza al ogro filantrópico (si ya citamos a Marx, que le toque también a Octavio Paz).

El gobierno debe volverse mucho más pequeño y eficiente. Enfocarse en asegurar el estado de derecho y brindar seguridad, educación y salud de calidad. En lo demás, que no estorbe y ya. México podría funcionar mejor con la mitad de secretarías de estado, por ejemplo. Pero temo que la mayoría sigue pensando “si algo es importante, el gobierno tiene que estar metido”. Pongamos por ejemplo al turismo. ¿Cuántos viajeros dejarían de ir a Cancún si desaparecemos la Secretaría de Turismo y la convertimos en una Dirección General dentro de la Secretaría de Economía, por decir algo? Yo creo que ninguno. Y sí nos ahorraríamos varios millones de pesos nada más al retabular a la baja a los funcionarios. No es simple terminología, es que si a un secretario se le pagan X pesos más Y prestaciones y debe tener un equipo de W personas (vamos a evitar la última letra, no vaya a ser), y de repente lo convertimos en Director, nos ahorramos mucho sin perder nada.

Algo que en México hacemos bien, por las razones que quieran, es la manufactura. Pues bien, no existe una Secretaría de Manufactura (y espero que nunca exista). Algo que en México hacemos mal, por las razones que quieran, es la agricultura. Y ahí sí tenemos secretaría (hasta dos, si contamos a la de Desarrollo Agrario). Más burocracia, menos PIB.

Celebro que muchas organizaciones de la sociedad civil (en Chiapas y el resto de México) quieran incidir en el progreso de su comunidad. Me consta que dentro de la burocracia hay gente honesta y de buena fe. Pero si seguimos tratando de resolver todo con el Comité del Consejo del Instituto del Foro del Acuerdo de la Junta del Programa de Do Pingüé, nada más estaremos recibiendo atole con el dedo por parte de un gobierno para el que toda esa faramalla le es más que conveniente.

Atacar los problemas causados por la burocracia con más burocracia es como querer apagar el incendio con gasolina.