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CARS 2 (28.6.2011)

CARS 2

Jamás olvidaré su carita de expectación. La emoción contenida durante meses de espera. El pequeño suspiro de alegría cuando después de N anuncios salió la lamparita brincolina de PIXAR que tan bien conoce. Como con juguete nuevo, mi esposa.

Porque mis hijos se aburrieron como ostras, excepto en los 3 pinches minutos de carrera, donde para variar el Rayo vuelve a fracasar.

No dejemos caer a la CDMX

No dejemos caer a la CDMX       

 

Hace 15 años residir en la CDMX era sinónimo de convivir con la delincuencia común. Los que vivíamos en provincia sabíamos que no teníamos muchos de los satisfactores de la gran ciudad, pero que contábamos con una tranquilidad que nos compensaba.

 

Cuando en 2004 se hizo la gran manifestación en contra de la inseguridad, que AMLO llamó en un acto de comprensión política “Marcha de los Pirrurris”, para mí fue muy fuerte leer de primos y amigos la cantidad de veces que habían sido víctimas de la delincuencia. El número de autos robados, relojes arrancados o asaltos a mano armada era muy alto. No había Facebook ni Twitter por lo que mi universo era mis contactos en correo electrónico, pero definitivamente el problema estaba muy extendido.

 

Pero la situación empezó a cambiar. La tranquilidad en muchos lugares de provincia se esfumó. A mí me tocó el sexenio de Fidel Herrera y parte del de Javier Duarte en Veracruz, y fui sintiendo cómo se iba cerrando la pinza de un problema que parecía muy lejano y se fue extendiendo desde los remotos lugares con nombres de cárteles hasta literalmente nuestro vecindario. Y aunque también llegó la delincuencia común, no era esa nuestra principal preocupación, sino estar en el lugar inadecuado en el momento inadecuado frente a la bala inadecuada.

 

Y cuando los descabezados y colgados en los puentes peatonales eran noticia cada vez más común en provincia, las cosas en la CDMX empezaron a cambiar. No, no es que se haya reducido a cero el número de delitos. Pero había una tendencia a la baja, se dio una recuperación muy importante de los lugares públicos, creció un ambiente de tolerancia a minorías, y no parecía muy difícil elegir entre los problemas chilangos (que en un valet parking te robaran la llanta de refacción) y los problemas provincianos (amanecer en una olla de pozole).

 

Ahora la situación ha vuelto a cambiar. No, no porque en provincia se haya mejorado, al contrario. El mes pasado fue el más violento del milenio y es un monumento al fracaso de la “estrategia” de seguridad de EPN. Pero ya es inocultable la evidencia de la existencia del crimen organizado en la CDMX. No nada más el de las mafias de las delegaciones, no nada más el de los policías corruptos, no nada más el de los giros negros. No. El del crimen organizado como se entiende en otros lados del país, el que controla zonas enteras para extorsionar y conseguir puntos de venta de drogas, el que hace levantones masivos, el que está enquistado en Ciudad Universitaria, el que hace cada vez más un deporte extremo estar en la Condesa o en la Roma.

Y como en cada río revuelto, los delincuentes comunes hacen su agosto. Ya prácticamente no son noticia las fotos de “asalto a plena luz del día en la Avenida X” porque todos los días vemos varias.

Yo creo que un problema de México es su excesivo centralismo. Pero no es lo ideal resolver eso con el deterioro de la calidad de vida de los chilangos. Al contrario, todos debemos contribuir al rescate de nuestra capital.

 

Y como el gobierno no lo va a hacer y los demás estamos más lejos, pues la tarea principal le toca a los chilangos.

 

Que todos los días haya más chilangos con empatía, para dejar de lado la cultura del gandallismo y haya más solidaridad.

 

Que todos los días haya más chilangos conscientes, para que con algunos cambios de hábitos se reduzca la contaminación ambiental y la generación de basura.

 

Que todos los días haya más chilangos valientes, para que todo delito sea denunciado. De preferencia ante las autoridades correspondientes, pero en el peor de los casos en redes sociales.

Que todos los días haya más chilangos alertas, porque los delincuentes actúan muy cerca de su entorno. Hay que hacerles más difícil su labor.

 

Y por último pero no menos importante, que todos los días haya más chilangos con sentido común, para que entiendan que las quesadillas llevan queso.

 

A todos los mexicanos nos conviene una capital segura y habitable. No dejemos caer a la CDMX.

Estaba un día El Santos… (26.6.2010)

Estaba un día el Santos leyendo Las Intermitencias de la Muerte cuando…

-Santos, se acaba de morir Monsi.
-No la friegues, Cabo. Parece que fue ayer cuando prologó El Santos contra la Tetona Mendoza.
-Estás loco, mi Sanx. Fue hace más de diez años.
-Era de los pocos personajes reales que dibujaban Jis y Trino: Monsi, el Matemático Payán y la Cobra Bulmaro.
-Vamos a tener que ir con el Peyote Asesino a embriagarnos.

La legalidad del uso discrecional (25.6.2013)

LA LEGALIDAD DEL USO DISCRECIONAL

Les diré una conclusión sorprendente: En México los políticos roban mucho dinero. Haré una pausa para que digieran el comentario.

Bueno. Sigo. Todo dinero desperdiciado por los políticos es un robo a los mexicanos. Me voy a centrar en este comentario en lo que dicen las leyes (ya sé, no se respetan).

En el poder ejecutivo se ha avanzado mucho en el tema del manejo discrecional del dinero. Tras los escándalos de Salinas (que a decir de su antecesor en el cargo se robó la mitad de la “partida secreta”) se dejó de tener ese extrita legal. ¿Siguen robando? Sí, pero de otro modo. Deja más huella, es más fácil de rastrear (sé que los auditores sirven para poco, pero déjenme seguir con lo legal).

A mí me indigna particularmente el uso que se hace en el congreso de los recursos. No creo que diputados y senadores estén sobrepagados. Sus sueldos no me parecen desproporcionados si los comparamos con las responsabilidades que tienen. Pero lo que está pasando ahora con los senadores del PAN demuestra una práctica que es habitual en todos los partidos y lo que es peor, perfectamente legal: en las cámaras hay “extras” que dependen de la decisión de los coordinadores de las bancadas y de sus tesoreros. Bajo el rubro de “Ayudas Legislativas” pueden usar dinero sin rendir cuentas. No es casualidad que una vez que Cordero vio perdida por estatutos su batalla por quedar como coordinador, el siguiente paso fue pelear por el dinero. Hoy están más interesados los senadores por quién queda a cargo de la chequera que por ver quiénes negociarán las reformas.

Los $400,000 que les depositaron a cada senador, que viene de esa bolsa opaca, son un botón de muestra. Una hipótesis que hace sentido es que fue un dulce dado por Preciado para cerrarle las blanquiazules bocas a sus correligionarios. Pero más allá de quién lo autorizó, el problema es que eso es legal. No necesitó inventar una constructora y darse obra (ilegal. Lo hacen todos, pero es ilegal), no necesitó pedir el diezmo (ilegal. Lo hacen todos, pero es ilegal), no necesitó falsificar facturas (ilegal, lo hacen todos, pero es ilegal). No necesitó meter la información en fideicomisos para que estuviera reservada muchos años. Simplemente dio una orden y el dinero se depositó. Tal vez le cueste la chamba a alguien, si sigue el escándalo. Pero ni aunque tuviéramos un buen sistema de justicia (“y yo tan sólo soy un pobre soñador”) hay delito que perseguir.

El escándalo le tronó al PAN. Pero no olvidemos que todas las fracciones parlamentarias tienen acceso a esos recursos discrecionales. Y no muy recuerdo que alguna fracción alguna vez los haya regresado a la Cámara.

Me gustaría que hubiera una ley que eliminara esos recursos discrecionales que tanto benefician a diputados y senadores. El hecho de que esa ley la tengan que aprobar diputados y senadores me vuelve algo escéptico al respecto…

Resultados del diálogo con la CNTE (23.6.2016)

RESULTADOS DEL DIÁLOGO CON LA CNTE
(Si seguimos haciendo lo que estamos haciendo…).

Yo estoy en contra del diálogo con la CNTE.

De entrada, en la situación actual, no creo que haya mucho que negociar con un grupo de aviadores (que eso es un grupo de burócratas que cobran sin trabajar) que además, probadamente, son secuestradores de personas (aunque algunos les digan que “retuvieron”), roban autobuses (aunque les llamen “tomaron”), asaltan camiones de mercancías (aunque lo minimicen porque son trasnacionales), extorsionan a los automovilistas (aunque le llamen “petición voluntaria de cuota”), le causan un daño al erario al robarse el dinero de las casetas (aunque le llamen “liberarlas), y están interrumpiendo el libre tránsito de, entre otras cosas, ambulancias con niños indígenas que terminan muriendo por falta de atención médica.

Negociar con la CNTE para evitar violencia tiene hoy el mismo sentido que negociar con el narco, secuestradores y violadores. Los que provocan la violencia son ellos, y aunque es cierto que la policía comete atropellos y las áreas de Inteligencia del gobierno adolecen bastante de ella, no se puede invocar “represión” cuando la autoridad intenta liberar una supercarretera que lleva una semana bloqueada. ¿Saben qué sería represión? Que la policía llegara a sacar a los de la CNTE de su salón de clases. Lo que no suele ocurrir. Porque no están allí.

Algunos ingenuos quieren creer que la CNTE lucha por una mejor educación. Otros odian tanto al gobierno que no se dan cuenta de que los enemigos del enemigo no necesariamente son sus amigos. Desde luego hay otro grupo, perfectamente identificado, que de ingenuo no tiene nada y hace su parte en redes sociales para hacer mucho ruido.

Algunos quieren hacer creer que el problema con la CNTE empezó a raíz de la Reforma Educativa, o que tiene que ver con un deseo de la CNTE de mejorar la educación. ¿Por qué sostengo que no? Porque recuerdo un poco de historia.

La CNTE se ha movilizado antes. Pensemos, en 2015. De repente dejaron de movilizarse. Si de verdad lucharan por la calidad de la educación, suponemos que dejaron la lucha cuando consiguieron escuelas dignas, mejores planes de estudio, capacitación integral, desayunos escolares nutritivos y reconocimiento de la diversidad en el país. ¿Cierto?

Falso. En 2015 dejaron de movilizarse cuando, en la víspera de las elecciones, el entonces titular de la SEP dijo que se suspendía temporalmente la evaluación. En ese momento se tranquilizó el tema. ¿No se les hace raro que en 2015 el fin de las movilizaciones coincidió no con ninguna de las bellas exigencias que suelen esgrimir, sino cuando les dijeron que no los iban a evaluar? Bueno, con esto queda claro que en 2015 la CNTE no buscaba mejorar la educación, dado que terminaron sus movilizaciones sin que mejoraran las condiciones materiales de las escuelas o los planes de estudios.

Pues hagan memoria: existen otros años en que la CNTE se movilizó, usualmente algunos días antes del 15 de mayo, siempre perjudicando a la enorme mayoría de la población de sus estados de influencia, siempre diciendo que lo hacían “por la educación de todos”… y al final a cambio de dinero y privilegios se retiraron a cosechar sus ganancias, sin mejorar en nada a la educación por la que decían luchar. Siempre a las movilizaciones seguía el diálogo, y ese diálogo siempre fue de mucha utilidad para la CNTE (que siguió con dinero y privilegios) y para el gobierno (que con dinero de nuestros impuestos calmaba el problema, porque todo lo que se compra con dinero ajeno es barato). Pero nunca para los alumnos, y nunca para la población de sus estados. ¿En qué años se dieron estos diálogos? Pues aparte del 2015 que ya comenté, hubo otro en 2014.

Y en 2013.
Y en 2012.
Y en 2011.
Y en 2010.
Y en 2009.
Y en 2008.
Y en 2007.
Y en 2006.
Y en 2005.
Y en 2004.
Y en 2003.
Y en 2002.
Y en 2001.
Y en 2000.
Y en 1999.
Y en 1998.
Y en 1997.
Y en 1996.
Y en 1995.
Y en 1994.
Y en 1993.
Y ya me estoy quedando sin espacio.

Toooooooodos los años la CNTE se moviliza. Toooooooodos los años perjudican a la población civil. Tooooooodos los años se termina exigiendo un diálogo. Tooooooodos los años las movilizaciones terminan, con lo que uno se imaginaría que se logró algo para mejorar la educación. Pero toooooodos los años resulta que no. Que los líderes de la CNTE se quedaron con más dinero, los maestros se quedaron con sus privilegios, el gobierno gastó discrecionalmente dinero público en comprar líderes y reconstruir destrozos, ante la alegría de las constructoras de los prestanombres del gobierno. Y la educación en los estados donde es más activa la CNTE, rezagándose cada vez más.

Creo que es momento de un cambio. De que se aplique la ley, sin ningún exceso pero sin ninguna concesión. Bloqueo por bloqueo, camión robado por camión robado. Si nada más hay capacidad para levantar un bloqueo diario, y para armar un expediente contra cuatro ladrones de OXXO por semana, pues a ese ritmo hay que ir. Con apego a derechos humanos, con proporcionalidad en la respuesta, con cámaras, con equipos pequeños bien entrenados. Dando de baja a los maestros que acumulen cuatro faltas consecutivas a su trabajo (a los extranjeros que me leen, no me pidan que les explique por qué en México se tiene que especificar que la gente que no trabaja debe perder su empleo sin perjuicio para su empleador).

Como alguien que creció en Chiapas, y que lo visita al menos un par de veces al año, creo que ya fueron suficientes estos últimos 30 años de “¿será que habrá clases mañana?”, “¿estará abierta la carretera a San Cristóbal?”, “¿se puede llegar hasta el aeropuerto?”, “recuerda llevar monedas si vas a Coita porque los de la Normal Mactumatzá están al inicio de la Carretera Panamericana”, “no pases por el centro porque ahí están acampando” y “¿alguien sabe si están dejando entrar a los centros comerciales?”. Ya. Estamos hasta la madre de la CNTE. Ya que no dialogue con ellos el gobierno, que año tras año es lo mismo. A la CNTE hay que derrotarla con la ley a secas.

Y a los malos gobiernos, con votos (para sacarlos del poder) y leyes (para meterlos a la cárcel).