APAGANDO EL INCENDIO CON GASOLINA
Esta historia aplica para todo México. Pero la voy a enfocar en Chiapas, estado que conozco bien y en donde con tristeza siento que se ejemplifica perfectamente.
En Chiapas se detecta un problema (lo que no es complicado, saltan a la vista). El gobierno y la sociedad civil toman cartas en el asunto, y empieza un patético juego que no acaba nunca.
¿Que Tuxtla Gutiérrez ha crecido sin planeación y la obra pública es deficiente? ¿Que los gobernantes siguen comprando pavimento con baches (tal vez sea más barato)? Pues saquemos soluciones a la chiapaneca: Hay que crear un Instituto de Planeación que junto con un Consejo Ciudadano convoque a una Comisión que analice crear un Mecanismo que lleve a realizar una Convención que establezca las bases para una Mesa de Trabajo Interdisciplinaria que genere los consensos necesarios para que una Asamblea Plenaria dé el banderazo de salida a la Cumbre Sobre Resolución del Problema. La Cumbre sirve, desde luego, como punto de partida para que un Comité Ejecutivo se reúna con el Equipo Técnico bajo la conducción del Foro General que coadyuva a… pues a seguir pensando que se está logrando algo, cuando la realidad dice lo contrario.
He estado en conversaciones del estilo de:
-Oye, ¿no vienes hoy al Comité?
-¿Cuál? Yo estoy convocado mañana al Consejo.
– Pero es que éste es el bueno, porque acá está toda la gente cercana a MaVeCo.
– No, el de hoy es pura paja. El de mañana es el bueno porque va a estar Bayardo.
– Sí, pero aquí está el Consejo Consultivo Ciudadano.
– Pero mañana estará el Observatorio Ciudadano…
Y así, sin final. Le comentaba ayer a un amigo que ya no cabe en un tuit el nombre del evento en el que muchas personas de buena fe participan, haciendo el papel de “tontos útiles” (que no es insulto, es en el sentido marxista).
Sí, se han creado Institutos, Consejos, Planes Rectores y Comités. Pero los problemas no sólo siguen sino que se hacen más grandes. Porque la burocracia es una bola de nieve que crece y crece, y la falsa sensación de que se está logrando algo refuerza al ogro filantrópico (si ya citamos a Marx, que le toque también a Octavio Paz).
El gobierno debe volverse mucho más pequeño y eficiente. Enfocarse en asegurar el estado de derecho y brindar seguridad, educación y salud de calidad. En lo demás, que no estorbe y ya. México podría funcionar mejor con la mitad de secretarías de estado, por ejemplo. Pero temo que la mayoría sigue pensando “si algo es importante, el gobierno tiene que estar metido”. Pongamos por ejemplo al turismo. ¿Cuántos viajeros dejarían de ir a Cancún si desaparecemos la Secretaría de Turismo y la convertimos en una Dirección General dentro de la Secretaría de Economía, por decir algo? Yo creo que ninguno. Y sí nos ahorraríamos varios millones de pesos nada más al retabular a la baja a los funcionarios. No es simple terminología, es que si a un secretario se le pagan X pesos más Y prestaciones y debe tener un equipo de W personas (vamos a evitar la última letra, no vaya a ser), y de repente lo convertimos en Director, nos ahorramos mucho sin perder nada.
Algo que en México hacemos bien, por las razones que quieran, es la manufactura. Pues bien, no existe una Secretaría de Manufactura (y espero que nunca exista). Algo que en México hacemos mal, por las razones que quieran, es la agricultura. Y ahí sí tenemos secretaría (hasta dos, si contamos a la de Desarrollo Agrario). Más burocracia, menos PIB.
Celebro que muchas organizaciones de la sociedad civil (en Chiapas y el resto de México) quieran incidir en el progreso de su comunidad. Me consta que dentro de la burocracia hay gente honesta y de buena fe. Pero si seguimos tratando de resolver todo con el Comité del Consejo del Instituto del Foro del Acuerdo de la Junta del Programa de Do Pingüé, nada más estaremos recibiendo atole con el dedo por parte de un gobierno para el que toda esa faramalla le es más que conveniente.
Atacar los problemas causados por la burocracia con más burocracia es como querer apagar el incendio con gasolina.