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Con el Sueldito de Siempre

Pues que resulta que ese vendedor de Bimbo le robaba al viejito de la tienda… y que resulta que lo cachan.

“Pena es robar y que te cachen”, solían decir. Esto le pasó al empleado de Bimbo, siguieron dos o tres días de tuits y memes, y a otra cosa.

Pero me llamó la atención el enorme número de tuits que parecían haber encontrado al verdadero culpable: los dueños de Bimbo.

Pues sí. Para un grupo no menor de personas, el culpable de que robes es el que te paga el sueldo.

Y así tuvimos 135,207 tuiteros opinando que Bimbo debería pagarle más a su personal…. de los cuales aproximadamente 0 le ofrecieron a los empleados de Bimbo un empleo en mejores condiciones. De lengua me como un Chocorrol…

Hay dos teorías en general de cómo subir el nivel general de sueldos. La de la izquierda y la de la derecha.

La izquierda considera que depende del gobierno. Salarios mínimos, decretos, reglas.. todo tipo de intervención de los políticos. La mejor prueba de que eso no funciona es Venezuela. Llevan varios incrementos de salario mínimo en el año (contra 1 en México, 0 en Estados Unidos y “¿qué es salario mínimo?” en Suiza). El salario se ha multiplicado varias veces ya. Todo lo anterior ha servido para que el salario mínimo mensual venezolano sea 19 pesos mexicanos. Sí, 19 pesos mexicanos. Ni un billete de Benito Juárez de los baratos.

Subir sueldos por decreto no funciona. Quiebras a las empresas y generas inflación.

En esto la izquierda no tiene razón.

Queda entonces el argumento de la derecha: la clave está en el aumento de la productividad.

Y pues… tampoco tiene razón la derecha.

Imagine usted que gana $10,000 de sueldo y debe ir a la papelería a comprar útiles por regreso a clases. Lo que necesita vale $300.

Antes de terminar el día laboral su jefe le pide que vaya a su oficina. ¡Felicidades! Le acaban de dar un 20% de aumento. Ya no gana $10,000 sino $12,000.

Va a la papelería, pide los útiles, le cobran los $300. ¿Qué hace usted? ¿Paga $360, un 20% más, porque ya se lo puede permitir? Pues se me hace que no. Si le dan los útiles a $300 usted va a pagar $300. Lo mismo aplica para el resto de sus gastos. Usted no va a pagar más de lo que necesite pagar. ¿Qué pasa si los precios en la papelería de siempre suben? Pues es probable que usted busque en papelerías de otra cadena. Si encuentra sus útiles en otro lado por $300 pues comprará en el otro lado.

Eso mismo lo hace cualquier persona a cualquier nivel. Y sí, también las empresas.

Si los trabajadores de Bimbo suben su productividad, la empresa tendrá más dinero. Eso le da el margen, la posibilidad, los recursos, para subir sueldos. Pero si puede seguir consiguiendo el personal que necesita en los niveles actuales, lo va a hacer. El sueldo es también un precio.

Entonces, si es deseable que el nivel general de sueldos suba, y las recetas de decretos y aumento de productividad no sirven, ¿qué se debe hacer?

Pues dar todas las facilidades para que se establezcan nuevas empresas. Muchos miles de nuevas empresas. De todos tamaños, de todas nacionalidades, de todos los giros legales.

Esas empresas contratarán gente. Si una empresa quiere personal ya capacitado (digamos, como el de Bimbo), le tendrá que ofrecer al empleado más de lo que tiene ahora para convencerlo de cambiarse. Si Bimbo empieza a perder personal capacitado porque la competencia paga más, pues tendrá que subir sueldos o se queda sin gente.

Vean las ciudades con mayor sueldo promedio, en México y en el mundo. Vean las industrias con mayores ingresos promedio. Nunca ha sido un decreto de salario mínimo lo que los ha llevado allá. La productividad desde luego que ayuda y es requisito necesario. Pero no suficiente.

Si la única empresa tecnológica fuera Apple, sus sueldos promedio serían mucho más bajos. Si el único equipo con posibilidades económicas fuera el Real Madrid, los futbolistas ganarían menos. Si solo hubiera un estudio en Hollywood/ solo una aerolínea/ solo un banco/ solo una farmacéutica…

De parte del gobierno, entonces, le toca favorecer la inversión. Mucho. Todo lo que se pueda. ¿Se acuerda que eso fue tema central en las campañas de AMLO, Anaya y Meade? Yo tampoco. Los tres hablaron de subir el salario mínimo. Los tres dijeron generalidades sobre facilitar la creación de empresas pero nada serio.

De parte del empleado, tal vez me tachen de anticuado pero creo que LO QUE TOCA ES NO ROBAR. Ni a la empresa ni a los clientes ni a nadie. Robar es malo. Qué coraje que decir eso cause controversia.

Aparte de no robar, queda preparase ya sea para el autoempleo o para tener más que ofrecerle a una empresa. Más preparación académica, idiomas, manejo de sistemas…

Pero al final no olvidemos la realidad. El salario es un precio como cualquier otro. Los empresarios hacen lo mismo que nosotros en la papelería: pagar lo menos posible (y eso no va a cambiar).

Un precio sube o porque se reduce la oferta o porque se incrementa la demanda.

Los trabajadores ofertan su mano de obra. Reducción de oferta es que mucha gente deje de trabajar, emigre o se muera. No es por ahí.

Las empresas demandan mano de obra. Sí es por ahí. Necesitamos que haya muchas muchas muchas más empresas demandando mano de obra. Eso sube los salarios.

Lo demás es demagogia de izquierda o derecha.

Tópicos aeroportuarios

Como ciudadano y vecino de este mundo por un rato, me interesa participar en la toma de decisiones.

Por eso, ante el anuncio del AMLO de que va a someter a consulta si el AICM lo volvemos NAICM o mejor AICM + AISL, me puse a averiguar algunos tópicos aeroportuarios. Aquí mi reporte.

HOT AND HIGH

Un aspecto que leí es que el AICM está catalogado como Hot and High. Y tanto el NAICM como el AISL también lo serían.

Para conocer más del tema busqué en Internet Hot and High.

Acabé en muchas páginas de ucranianas de 1.80 de estatura y poca ropa. No aprendí mucho de aeropuertos pero me entretuve un buen rato.

ILS3.

Otro tema relevante en la aviación es el sistema de aterrizaje por instrumentos. El AICM no tiene el más avanzado, y leí que el NAICM tendría ILS3.

¿Qué puedo decir de ILS3? No sé por dónde comenzar, es muy difícil para mí. ILSE estaba preciosa, me fascina su voz y fue parte importante de mi adolescencia. Si el AICM no tiene ILS3 y el NAICM sí va a tener ILS3, pues yo soy #TeamFlans.

ORIENTACIÓN DE LAS PISTAS.

El proyecto de NAICM establece que las pistas serán 18/36. Yo no sé ustedes pero esos números a mí no me dicen nada. Y no me da confianza que las haya bautizado así la Mafia del Poder.

Yo creo que en honor al triunfo apabullante de AMLO, en vez de que las pistas sean 18/36 deberían ser 20/18, el año de la Cuarta Transformación.

Así las pistas reflejarían los 30 millones de votos.

VOR MATEO

Los partidarios del NAICM y los partidarios del AISL (en adelante, los Rioboó) coinciden en algo. Todos los caminos pasan por MATEO.

Pero yo en eso no estoy de acuerdo. Sí, es importante el punto de referencia de MATEO. Pero no es el único. Hay otros tres evangelistas. ¿Por qué todo tiene que ser Mateo? ¿Dónde dejamos a Juan, a Marcos y al Pato Lucas? ¿Pueden vor favor dejar de pasar todo el tráfico de aviones por Mateo?

SANTA LUCÍA

A menudo me recuerda a alguien. El teléfono es muy frío. Como dos ciegos. Santa Lucía.

TORRE DE CONTROL

Ruega por nosotros.

IMPACTO AMBIENTAL

Tema importante. Hay que esperar a que la PROFECO determine si alguno de los proyectos comete genocidio.

Espero que esta información ayude para que entre todos hagamos una consulta razonada.

¿A quién queremos apoyar?

¿A quién queremos apoyar?

Hace unas semanas hubo una polémica en redes por un joven que solicitaba ayuda para que le dieran un boleto de avión a París para poder tomar una especialidad para la que Guillermo del Toro le dio una beca.

Hubo quien dijo que no parecía estar esforzándose mucho en conseguir por sus propios medios el boleto, y yo estuve en ese grupo. Me parece que la tenía bastante fácil: ofrecer por ejemplo sus ilustraciones dedicadas a cambio de dinero (si son suficientemente buenas para Del Toro, lo serán para miles de personas). También podría ofrecer que en los créditos de su trabajo final en París, justo debajo del agradecimiento a Guillermo del Toro, pusiera los nombres de los que contribuyeron al viaje. Nuevamente creo que más de uno habría participado con gusto. Sin embargo otro grupo dijo que no, que quien hablaba de trabajo y rifas y ofrecer algo a cambio y demás maneras de obtenerlo por sí mismo era gente privilegiada, que podría tener recursos pero no ser lo suficientemente buenos para ser becados. Yo me quedo con la idea de que no puede haber becados si no hay quien otorgue becas.

En fin, que todo se resolvió cuando Guillermo del Toro dijo que él pagaba el avión, y como el señor puede hacer con su dinero lo que quiera mientas sea legal, pues asunto zanjado.

Solo me quedé con una duda. ¿A quién queremos apoyar?

CFE

Me refiero por ejemplo a la “amnistía energética” que anunció AMLO. La historia es breve: él de puro coraje dijo hace muchos años en Tabasco que como acto de resistencia civil la gente podía no pagar su recibo de CFE y que él se encargaba de que no les cortaran el servicio de energía eléctrica, con presión social o política o con diablitos o como sea, porque al diablito con sus instituciones. Eso le generó a la CFE (o sea, a usted si paga impuestos) un pequeño faltante de decenas de miles de millones de pesos. Y como estrategia de campaña le dijo a esos mismos morosos que si votaban por él, les haría borrón y cuenta nueva. Ganó, y pues ya anunció una de sus múltiples amnistías.

Sería cómico si no fuera para llorar. Como político de oposición les pide que no paguen. Como promesa de campaña les dice que si votan por él, ahí muere la deuda. Gana la elección y lo anuncia. Desde luego en esta patética situación tienen mención especial las autoridades presentes y pasadas que permitieron esa sinvergüenzada.

Vamos a eliminar el Factor Privilegio al que tanto aluden los progres. No comparemos a un mirrey de Polanco con el agricultor de Macuspana. No. Vamos a imaginar a dos personas del mismo pueblo de Tabasco, que tienen los mismos años de escolaridad y los mismos ingresos. Uno de ellos entró alegre a la propuesta gandalla de AMLO y lleva años sin pagar. Pero en la casa de junto su vecino sí paga. Seguramente platicaron en familia y dijeron “pues muchos aquí dicen que no hay que pagar pero eso no se me hace justo. Es un servicio que nos dan y que obviamente tiene un costo. Vamos a seguir pagando”.

¿Y a quién queremos apoyar? Pues dice AMLO que al que no quiso pagar. Ninguna ayuda al que sí lo estuvo haciendo. Si esa persona cumplida se atrasó hace dos años, le cortaron y tuvo que pagar reconexión, para ese no hay reembolso. Al que hizo sacrificios económicos porque tenía que reservar unos pesos para pagar la luz, para ese no hay ningún estímulo. Para el que hizo las cosas bien no hay nada.

Para el que no, borrón y cuenta nueva. 100% de descuento a la energía eléctrica que usó la última década. A ellos sí les tocó ganar. ¿Pues a quién queremos apoyar?

FOTOMULTAS

Me refiero por ejemplo a las fotomultas. Hoy hay en CDMX un programa que, bien o mal hecho, utiliza la tecnología para poner multas. No es algo que se haya inventado en México, de hecho en muchos países de primer mundo se usa. No hay evidencias de que los radares den lecturas incorrectas para perjudicar a conductores inocentes.

Con todos los defectos que podría tener el programa, en general a quien multaba era al que hacía algo indebido, y en general no multaba a quien no.

¿A quién vamos a apoyar? Claudia Sheinbaum ofreció eliminar el programa de fotomultas. “Es un atentado a la economía familiar” fue uno de sus argumentos. ¿Sí? ¿De qué familias? Si es de las que se pasan altos, invaden carriles confinados y manejan a 130 kilómetros por hora en las madrugadas, pues… no se me hace tan grave que les peguen en su economía familiar. Dicen que van a cambiar el programa por otro que dé educación vial. Claro, porque el que se pasa altos necesita cursos porque no sabe lo que significa ese foquito rojo que hay en algunas esquinas. Seguro es por eso que se los brinca.

Nuevamente pensemos en dos personas del mismo estrato social, color de piel, género, orientación sexual, nivel educativo e ingresos, para que no den lata con su cancioncita del privilegio. Imaginemos dos señoras. Una de ellas lleva cero fotomultas en los últimos dos años. Su amiga lleva once. La principal razón de la diferencia en el conteo es que una maneja respetando el reglamento de tránsito y la otra parece conductora de tanque de guerra. Sí, las once multas le pegan en su economía familiar. Pero… ¿a quién queremos apoyar? Eliminar las fotomultas le quita recursos a la CDMX, recursos que venían de personas como nuestra cafre amiga reincidente. ¿Es tan necesario ayudar a su economía familiar? ¿No se puede mejor apoyar como gobierno a la que no ha cometido ninguna infracción, que ha respetado la velocidad máxima, que no invade el carril del Metrobús, que respeta el semáforo en rojo? ¿Pues a quién queremos apoyar?

AMNISTÍA

Me refiero por ejemplo a las amnistías. Sí, triste el caso del Brayan. Estaba en el parque en su INFONAVIT cuando se enteró que los malos de la zona necesitaban halcones. Cierto, el Brayan viene de un hogar desintegrado, de una familia disfuncional. Tiene pocas oportunidades de educación de calidad, en la economía formal no tiene lugar, y en la economía informal se gana muy poco. A sus 19 años es fácil que acepte los $4,500 a la semana más un celular para estar cuatro horas al día en una esquina reportando movimientos, o en una moto cuidando territorio. Si cae en la cárcel, no suena descabellado que entre en una amnistía. No es que pozoleara gente, solo le avisaba al pozolero si venía la policía o los del bando rival para que se fuera a cocinar a otro lado. Hagamos a esos jóvenes halcones (o a los campesinos sembradores de mariguana) sujetos de amnistía. Pero nuevamente, ¿a quién queremos apoyar? Porque el Brayan fue víctima de sus circunstancias, pero junto a él en ese mismo parque del INFONAVIT estaba su amigo el Kevin. Y el Kevin decidió no hacerse informante del crimen organizado sino seguir de cerillo en el supermercado. Claro, no gana tanto como su amigo el Brayan, y trabaja mucho más de cuatro horas. Pero a pesar de venir del mismo lugar y padecer las mismas carencias, decidió hacer lo correcto. Del mismo modo que junto a la parcela michoacana sembrada con amapola hay otra con cultivos legales, de un campesino del mismo ejido que está dispuesto a ganar menos a cambio de hacer las cosas bien.

¿Y entonces?

¿Y a quién estamos apoyando? Si le damos incentivos al que no hace las cosas bien (al que no paga energía eléctrica, al que maneja a exceso de velocidad, al que entra al crimen organizado, al que siembra cosas que sabe que están prohibidas) y olvidamos al que sí decide hacer las cosas bien a pesar de estar en las mismas condiciones que los primeros, estamos enviando una señal muy peligrosa. Desde luego que esto no es algo que haya empezado AMLO, y los que ya tenemos algunos muchos años sabemos que esto viene al menos desde el siglo pasado, que el PRI se manejaba como pez en el agua en ese ambiente, y que al PAN se le olvidó que se suponía que tenía que cambiar esa característica del sistema y más bien se acomodó de maravilla.

Lo que creo que ha cambiado es la racionalización de esas conductas, con los epigmenios atacando en redes sociales a quienes pensamos que es mejor apoyar al que a pesar de tener todos los incentivos para hacer las cosas mal, decide portarse bien. Si alguien opina que una persona de 31 años con carrera en universidad privada y un gran talento para imaginar e ilustrar historias tiene elementos para poder conseguir dinero para un viaje a París, resulta que es porque vive del privilegio. Si alguien cree que todos deben pagar por lo que consuman de energía eléctrica es porque no tiene empatía. Y así le siguen, tratando de acallar la conversación. Y al final a quienes dejan de lado es a esos ciudadanos que a pesar de venir del mismo lugar, tienen un comportamiento diferente.

A ese tabasqueño que sí pagó la luz y que ve que premian al que no.

A esa señora que sí respeta los altos y ve que premian a la que no.

Al pobre Kevin. Que alguien piense en el Kevin.

Al ejidatario de la parcela michoacana que prefirió el maíz a la adormidera.

¿Privilegiados ellos? Pues tal vez. Tienen uno de los privilegios más altos que existen: la convicción de que hay que hacer lo correcto. Muchas más personas como ellos necesitamos en México. Justo a ese tipo de personas es a las que habría que apoyar.

Pero mientras… ¿a quién estamos apoyando?