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La Canción de la Trova (25.03.2014)

La Canción de la Trova

El sábado fui a Monterrey al concierto de Silvio Rodríguez. Fui sin mi esposa, por cuestiones logísticas (nuestro viaje de aniversario se acerca y ahí usaremos toda la ayuda de abuelitas y muchachas).

Algo que me llamó mucho la atención fue el rango de edad y de aparente posición económica que había en el foro. No es tan común ver en el mismo concierto, cantando emocionados, a señores de 65 años, sus hijas de 40 y sus nietos de 20.

Siendo un compositor tan prolífico, se dio el lujo de incluir canciones inéditas, las que sus admiradores nada más podemos pescar en youtube de conciertos anteriores, o en su página oficial de Internet.

Así, la noche del sábado 22 de marzo empezó con (1) Una canción de Amor Esta Noche, seguida por (2) Tu Soledad Me Espanta, (3) Los Días del Agua y (4) Con Melodía de Adolescente (también llamada Creo).

Pero no podía estar demasiado tiempo con canciones inéditas. A pesar de la gran ovación que siguió a cada una de esas canciones, la enorme mayoría esperaba algo que se supiera.

Y fue entonces que llegó (5) Mujeres. Desde los primeros acordes, muchísimos la reconocimos y entonamos. En un detalle que supongo que fue percibido por algunos, siguió inmediatamente con (6) Carta a Violeta Parra. Excelente combinación entre la canción dedicada a su hija, y la canción varias décadas posterior hecha para la madre de esa hija.

Luego continuó con algo de lo más reciente, la (7) Tonada del Albedrío. La mayor parte del público se quedó con las canciones clásicas, pero me agradó ver que un porcentaje no tan pequeño también conoce su trabajo más reciente.

Cuando el sonido de la guitarra inequívocamente indicó que iba a empezar (8) Mariposas, además de los aplausos fue muy significativo el escuchar a la gente comentar sobre los recuerdos con ésta o alguna otra canción. Aquellos tiempos de las peñas, del amigo que sabía tocar guitarra, de las noches bohemias. Qué maneras más curiosas de recordar tiene uno…

Tras regresar a su trabajo inédito con (9) Cuál de esos Planetas siguió, sin pausa, con (10) Unicornio. No sé si a esas alturas se escuchaba más el sonido que salía de las bocinas o el de los asistentes.

Luego siguió con su tetralogía Exposición de Mujer con Sombrero. Parcialmente inédita, pero con una canción particularmente conocida. Así empezó, tras anunciar a esa parte como la medular del concierto, con (11) Dibujo de Mujer con Sombrero. Pero la mayoría, al pensar en Silvio y mujeres ensombreradas, piensa en (12) Óleo de Mujer con Sombrero. Tras unir lo anterior con (13) Detalle de Mujer con Sombrero y con (14) Mujer sin Sombrero, muchos entendieron mejor la tetralogía como parte de una misma historia, del que el Óleo es solo una pieza.

Después vino el momento más emotivo en lo personal. Cuando empezó (15) La Gota de Rocío mi pensamiento voló a Veracruz, con mi esposa. El día de nuestra boda ésa fue la primera canción que bailamos. Cuando éramos novios, vivíamos en San Luis Potosí e íbamos a lugares de trova, era la que yo más pedía. Es imposible para mí escuchar esa canción y no pensar en ella. Me siento muy afortunado de haberle podido poner rostro a esa mujer que en la canción necesitaba mi abrazo, y que esa mujer sea Cris.

Los menores de 40 años (y bastantes mayores) prácticamente enloquecieron con (16) Quién Fuera. Ese corazón en fuga, herido de dudas de amor parece que le llegó a muchos.

Siguió alternando entre lo inédito con (17) Qué Poco es Conocerte y las canciones más conocidas sobre todo para los de más edad, propinando juntas (18) La Canción del Elegido y (19) La era está Pariendo un Corazón.

Silvio comentó desde el principio del concierto que el tema de la mayor parte de las canciones iba a ser el amor, pero también el desamor estuvo presente con su (20) Ángel para un Final.

Su intento por terminar ahí el concierto fue un rotundo fracaso. Cada uno de los asistentes sentía que aún nos debía 5, 10 o 15 canciones. Entonces correspondió al “otra, otra” con (21) Rabo de Nube, seguida por el himno – ya es algo más que una canción, que no es lo mismo pero es igual – (22) Pequeña Serenata Diurna. Su segundo intento de escape fue nuevamente atajado porque entre los asistentes había mucho Necio (de hecho, ésa era de las que mas le pidieron).

Y regresó nuevamente, para contarnos la historia de (23) El Mayor. Y en lo que no fue una sorpresa, se despidió, ahora sí definitivamente, con (24) Ojalá.

Aún con una gran sonrisa, las manos rojas de aplaudir y afónico, me puse a pensar qué otro cantautor puede poner a entonar a centenares de miles de personas obras de cinco décadas diferentes en un país al que ha visitado relativamente poco, sin el apoyo de las televisoras ni en general de los radiodifusores (con sus honrosísimas excepciones).

A la salida del concierto eran frecuentes las conversaciones de “lástima que no cantó Te Doy Una Canción / La Maza / El Necio / Monólogo / Dónde pongo lo Hallado / Playa Girón / Sueño con Serpientes / Como Esperando Abril / Oh, Melancolía / Por Quién Merece Amor” y mejor ahí le paro, creo que ya entendieron la idea.

Este concierto fue 16 años (y un día) después de la primera vez que lo vi, en el Auditorio Nacional y permitiendo que Fernando Delgadillo cantara un par de canciones a la mitad del concierto (fueron Ten Miedo de Mí y Bienvenida, por cierto).

No sé si vaya a durar 16 años más Silvio. La voz se le escucha igual y sigue haciendo las pisadas de la guitarra como hace 40 años. Pero ya no tiene la energía, obviamente. Lo que sí sé es que si él ha compuesto canciones por más de 50 años, yo estoy más que dispuesto a seguirlo escuchando 50 años más.

Habría que pedirle que siga componiendo, así como hace muchas décadas él le pedía a la gota de rocío que no dejara de caer (para que el amor mío siempre me quiera tener).

Cheleros, no Posers (23.3.2015)

Cheleros, no Posers

La enorme mayoría de las personas a las que les gusta la cerveza que conozco (y conozco varios, pues fuentes regularmente bien informadas dicen que a mí también me gusta) tienen en común que no les interesa demasiado que beber algunas chelas sea más que motivo de placer y un pretexto inmejorable para compartir con los amigos, porque no hay muchas historias interesantes que empiecen con “el otro día estábamos tomando jugo de apio y betabel cuando.. “.

A mis 41 años siempre he visto con curiosidad a gente de mi generación que desde que son niños sabían de la existencia del vino tinto, del tequila, de los martinis o del mezcal, pero que no los tomaron (e incluso se referían despectivamente de esas bebidas) hasta que se pusieron de moda, y a partir de ahí resulta que nacieron para beberlas.

Mención especial en pretensión se llevan los enólogos, pero ahora me llama la atención el tema del mezcal. Pasó en poco tiempo de ser bebida de albañiles o “tequila para el que no tiene lana para el tequila” a ser la bebida favorita de muchos. ¿El secreto? Que las personas correctas la pusieron de moda, y que hicieron que fuera bien visto consumirlo. No me digan que fue por su sabor, que hasta donde entiendo no ha cambiado en los 20 o 25 años que el promedio de mi generación lleva bebiendo y sin embargo de un tiempo a la fecha resulta que es maná líquido (lo mismo pasó antes con el tequila).

La bebida del futuro, cuando el mezcal (como el Pisco Sour o las Perlas Negras) pase de moda, será la que empiecen a beber los referentes a los que la gente sigue. Si Apple Watch quiere ser un éxito, la clave estará en que a la gente correcta se le convenza de usarlo. Si resulta IN portarlo, los mirreyes y los hipsters lo querrán y todos en la Colonia Roma lo presumirán cuando vayan al mercado caro, y lo volverán aspiracional y será exitoso. Lo mismo pasará con la bebida que sustituya al mezcal, por lo que recomiendo no hacer muchas reservas que acabarán languideciendo en las alacenas detrás de los adornos de navidad.

Los cerveceros no entramos a esos jueguitos. Nos acusan de estar fuera de moda, y eso no nos importa. Nos acusan de contreras y nos da gusto. Nos señalan porque la cerveza es relativamente barata, y en vez de insultados pensamos “pues un motivo más…”. Acusan a los cheleros por sufrir de obesidad y eso es falso: muchos estamos gordos, pero no sufrimos.

Por eso espero que pase pronto el movimiento de las cervezas artesanales como prueba de ser chic. No estoy en contra de las pequeñas cervecerías, y cuando viajo me gusta pedir la cerveza local. Me molesta el aire de superioridad del que te ve tomando una Corona o una Tecate y se siente lo máximo porque está bebiendo una cerveza con nombre prehispánico hecha con lúpulo orgánico y cebada sin gluten, hecha con agua destilada de las lágrimas del pueblo bueno. Es fácil reconocer a esa gente porque no importa que dicha cerveza artesanal sepa horrible: hablarán maravillas de ella por su origen anticomercial, cuando la cerveza se debiera tomar por su sabor. Un chelero auténtico puede tomar cervezas artesanales y distinguir la que le gusta y la que no, al igual que lo hace con las “mainstream”. No nos da miedo decir “será muy artesanal pero no sabe bien”.

Por eso deseo que a la nueva Indio Pilsner Plata no le vaya bien. Los que me conocen saben que la cerveza Indio me ha dado muchísimas alegrías. Aunque suelo preferir cervezas claras, la Indio y yo hemos compartido grandes anécdotas. Sus caguamas durante mi época universitaria mejoraron mi calidad de vida. Por eso lamento que ahora saquen una cerveza para posers. ¿Necesitábamos una cerveza con maiz, cilantro y agave? La cerveza marida muy bien con maíz y cilantro cuando estás comiendo tacos al pastor con todo. El maíz y el cilantro deben ir en el taco, no en la propia cerveza. La combinación de cerveza y agave hace sentido para la gente que pide un caballito de tequila con su cerveza, costumbre que yo no sigo pero entiendo. La propia manera de anunciarla, muy experimental, muy de wannabee, no me gustó y espero que a la mayoría de los cheleros tampoco. Si quieren innovar en cervezas, saquen botellas y latas más grandes y con eso quedamos agradecidos.

Los cheleros estamos bien con lo que tenemos. Queremos seguir viendo a los posers cambiar cada tres años de bebida favorita, mientras fingen que lo hicieron por el sabor cuando nos damos cuenta de que es por moda. Los cheleros auténticos seguiremos bebiendo las mismas marcas que nos han gustado siempre. No pensaremos que una cerveza artesanal es automáticamente mejor que una de Modelo o Cuahtémoc Moctezuma (o bueno, de AB InBev o de Heineken). No pensaremos que una cerveza importada es automáticamente mejor. Beberemos cerveza (tradicional, artesanal, importada) como lo hemos hecho siempre: por el gusto.

Los cheleros somos de los últimos bastiones de defensa en una sociedad que quiere homogeneizar todo, sea desde el bando de los Mirreyes (aunque yo prefiero seguir diciéndoles “Mamones”) o desde el bando de los Hipsters (que jugando a ser némesis de los Mamones terminaron siendo igual de ridículos).

Los cheleros debemos cumplir nuestra misión de consumir lo que nos gusta sin preocuparnos de si está de moda o si está bien visto o si nos da alcurnia. No debemos fallar.

Somos legión.

Teorema de la Conservación de la Indignación Tuitera

La historia es conocida y ya dio para varios memes: la priista (no es insulto, ella misma se autodenomina así) Tania Larios criticó que en un hotel de la CDMX aceptaran como huéspedes a dos personas con chamarras que decían “Mexico is the shit”, que ella creía que era un comentario insultante.

No entremos ahora en el tema de si un hotel puede negarle sus servicios a alguien por un estampado en su ropa. Me suena en lo personal un poco extremo incluso si esa frase efectivamente tuviera connotación negativa hacia nuestro país. Me interesa más ahora la reacción que tuvo Tania cuando le explicaron que en realidad la frase era elogiosa, algo del estilo de “México es chingón”. Todos cometemos errores (bueno, AMLO parece que no, pero los humanos sí que los cometemos) y no pasa mucho si alguien dice “me equivoqué, no conocía el significado de esa frase” o, simplemente, borra el tuit y a otra cosa.

Pero no. Tania redobló el ataque porque estaba tan a gusto estando indignada que ahora nadie le iba a quitar ese gusto. Y como ya había elegido de qué indignarse, pues ni modo de variarle a, por ejemplo, cualquiera de los miles de ejemplos de insultos reales a nuestro país. No. Esa foto fue la elegida para indignarse y con esa foto se quedó. “Digan lo que digan, el nombre de México no debe de relacionarse con ningún slang”, sentenció.

¿Por qué si el problema era el slang ella no lo mencionó desde el principio? Su primer tuit hablaba específicamente de un insulto, no del uso del lenguaje callejero gringo al que no le dedicó ni una mención. Y cuando la gente le señaló su ignorancia, pues a cambiar de enfoque pero no de objetivo. La indignación del tuitero no se crea ni se destruye, solamente se transforma. Si el uso de slang le desagrada a Tania, ¿por qué no se enfoca, digamos, en el omnipresente “Viva México, cabrones”?

Todo podría quedar como anécdota de una tuitera con ínfulas de fama y nacionalismo ramplón. Lo bueno es que esas cosas nada más le pasan a “priistas internacionalistas”, ¿no?

Pues no. El discreto encanto de la indignación (esa frase la debió acuñar Buñuel) se extiende como plaga egipcia. Lo que le pasó a Tania le pasó a millones de personas, más o menos los mismos días, con el caso del “misógino” profesor de la prepa de la UdeG. Tras poner un fragmento del video de una clase, sin averiguar nada más, las legiones de los indignados se lanzaron a pedir la sangre y los huesos machacados del profesor. El argumento era uno y solo uno: no se puede permitir que un profesor de preparatoria denigre a las mujeres. ¿Cómo no indignarse?

Pero al día siguiente todo cambió. Resulta que lo que se subió a redes era una parte completamente descontextualizada de una clase que era, precisamente, contra el machismo. Y ya con esas evidencias, como mencioné, todo cambió, ¿verdad? Pues no. El Teorema de la Conservación de la Indignación entró en funciones. “Pues de todos modos que lo corran, por el lenguaje que usó”. ¿Les suena conocido? El Síndrome Tania Larios en acción. La gente que nunca mencionó las groserías sino la misoginia, en vez de disculparse o borrar, pues redoblan el paso.

Creo que se puede discutir si el lenguaje que el maestro usó fue adecuado o no. Yo creo que sí. Se me hace más fácil crear conciencia tanto en varones como en mujeres si los enfrentas con un “si no sabes hacer nada, pendeja, al menos abre las patas” que con un “amada mía, me gusta que formemos una pareja tradicional y seas ama de casa. ¿Qué te parece si tenemos débito carnal consensuado?”. Yo creo que el lenguaje del profesor funciona muy bien para que sus alumnas digan “yo no quiero ser tratada así, y tener una profesión me ayuda a ser independiente para no necesitar caer con un patán”. Yo creo que el lenguaje del profesor funciona muy bien para que sus alumnos digan “qué asco, yo no quiero ser así y tratar a mi esposa de esa manera”. Entiendo que habrá gente que considere que ese lenguaje es de todos modos inadecuado. Pero casi nadie se quejó al principio del lenguaje. Se quejaron de la misoginia. Y cuando la causal de misoginia desapareció, en vez de buscar los millones de casos reales mejor aplicaron el tanialariazo y se quedaron con su villano original.

¿Tan difícil es “me equivoqué”? ¿Tan difícil es borrar? ¿Tan difícil es, simplemente, dejarlo ir y no mencionar más al respecto? Pues parece que sí. Desde luego que hubo mucha gente que reconoció que llegó a conclusiones sin tener la película completa. Pero no fue tan pequeño el sector que adoptó las enseñanzas de José Alfredo con su “no tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey”.

Muchos usuarios de redes sociales no tuvieron insultos a México impresos en una chamarra ni tuvieron a un profesor tapatío misógino. No importa. Siguen estando indignados.

Los (prescindibles) Usos y Costumbres (19.3.2014)

Los (prescindibles) Usos y Costumbres

No conozco una cultura en el mundo que desde sus orígenes haya tenido los valores que hoy consideramos universales. Repasando la historia del pueblo hebreo, romano, griego, maya, español, mexica, mesopotámico, inca y el que ustedes me digan, vemos que sus “usos y costumbres” en el pasado incluían discriminación por color de piel, religión o falta de ella, nacionalidad, género, preferencia sexual, aspecto físico. Incluso la avanzada (para su tiempo) democracia griega implicaba cosas que hoy nos parecen insostenibles. Incluso los avanzados (para su tiempo) Sentimientos de la Nación de Morelos incluyen cosas que hoy nos parecen inaceptables.

Poco a poco, sin embargo, los usos y costumbres nocivos para la humanidad han ido desapareciendo. Hoy la enorme mayoría de las mujeres del mundo puede votar, es raro que un país discrimine por color de piel, los genocidios son condenados casi por unanimidad y las regresiones con leyes como las de Uganda en cuanto a preferencia sexual son repudiadas. A casi nadie, en la mayoría de los países civilizados, se le ocurriría que tiene derecho a poseer esclavos o violar mujeres “porque así se ha hecho durante siglos y forma parte de los usos y costumbres”. Falta mucho, pero vamos por el camino correcto en general.

Lo que está detrás de esta idea, en mi parecer, es simple: si un uso y costumbre, cualquiera, practicado por quien sea, va contra la ley, debe ser castigado y como sociedad debemos luchar hasta que desaparezca.

A contracorriente de lo anterior, y dentro de un “como México no hay dos”, en este país seguimos invocando Usos y Costumbres para muchísimas cosas malas. Para quemar policías vivos, para comprar muchachas de 14 años, para invadir propiedad privada, para no actualizar planes de estudio, para no permitir el voto libre y secreto, para impedir que una mujer sea presidenta municipal de su pueblo, para impedir la llegada del progreso a muchas comunidades, para que algunos particulares se armen hasta los dientes y se erijan en ley en varios municipios, para golpear a la esposa, para violar a la sobrina, para expulsar a gente de sus comunidades porque tiene una religión diferente a la de quienes dominan en el pueblo.

Me gustaría estar exagerando. Hay ejemplos concretos de cada uno de los puntos que mencioné. Pero el escudo “Usos y Costumbres” parece que sirve para todo. Si los indígenas acostumbran darle dinero a un señor para comprarle a su hija, ¿quiénes somos para negarles sus Usos y Costumbres?

No importa que la Constitución Mexicana defienda, en mi opinión innecesariamente, los usos y costumbres siempre que no violen las leyes. No. Si los campesinos provocan una enorme contaminación y erosionan la tierra porque la queman “como lo hacían los tatarabuelos de sus tatarabuelos”, aquí no pasa nada. Usos y Costumbres.

Yo digo que ya es hora de que nos deshagamos de la mayoría. Antes que nada, y en lo que no debería haber duda, de los que van en contra del estado de derecho. Pero además de los que han demostrado no servir. Ni modo: la manera que tiene la mayoría de los campesinos mexicanos de aprovechar su tierra, por la razón que ustedes me digan pero sumada a los usos y costumbres, NO SIRVE. Ahí está la productividad media como medida de comparación con otros países. Vámonos sacudiendo telarañas y avancemos hacia otros nuevos usos y otras nuevas costumbres que funcionen mejor.

¿Y la parte de Usos y Costumbres que tiene que ver con los idiomas prehispánicos, los hermosos vestidos típicos, la comida regional, las artesanías, y algunos valores bien entendidos como el respeto a los mayores? Ninguno de esos viola las leyes. Ninguno de ellos está reñido con nociones modernas. Al final cada quién habla el idioma que quiere, prepara la comida del modo que le apetezca y puede participar en las actividades tradicionales que le interesen. Del mismo modo que las leyes modernas condenan los usos y costumbres perniciosos, también prohíben discriminar a alguien por usar vestido de Chiapaneca o hablar náhuatl.

Desde luego que falta mucho por hacer para materializar el respeto por los usos y costumbres legítimos de los indígenas, y de la gente que decide adoptar esas tradiciones. Pero creo que hace falta un esfuerzo mayor para irnos haciendo a la idea, como sociedad, que nunca debemos permitir que “Usos y Costumbres” sea patente de corso al servicio de quien defienda ilegalidades, aunque corramos el riesgo de ser políticamente incorrectos.

Cómo Manejar Mal un Problema (16.03.2015)

Cómo Manejar Mal un Problema

Empecemos por el principio. MVS tiene todo el derecho (y obligación ante sus accionistas) de cuidar que sus recursos materiales, tecnológicos y marcas registradas no sean utilizados para fines ajenos. Desde el reportaje de La Casa Blanca de EPN hay evidencia de que reporteros del equipo de Aristegui, pero que eran empleados de MVS, usaron recursos de la empresa para sacar una nota en la que la empresa no pintaba. Y no era cualquier nota. En lo que va del sexenio es LA nota, que espero solo sea superada por la petición de licencia de EPN para encarar las acusaciones de conflicto de interés que es tan obvio para la mayoría. Que con ese antecedente ahora Aristegui comprometa el nombre de MVS en Mexileaks sin consultar a la empresa es algo muy difícil de tolerar para el empleador.

Del lado de Aristegui, las pautas de comportamiento que le quisieron imponer son absurdas. Una cosa es limitar el abuso de confianza y evitar la distracción de recursos y otra que Carmen acepte que le den línea y le limiten los recursos. Usar los propios micrófonos de MVS para criticar a sus patrones es una afrenta, del mismo modo que la resolución de conflictos de MVS a base de desplegados es vergonzoza en una empresa que tiene a la comunicación como su modus vivendi.

La situación de MVS y Aristegui no era sostenible. Ni MVS podía firmarle carta blanca a Aristegui, ni Aristegui podía soportar las amarras que le querían poner. Había soluciones más obvias (crearle a Aristegui un espacio con marcas independientes y asignarle recursos a cambio de un porcentaje de los ingresos y la primicia en difusión, por ejemplo. O arreglar sus problemas en directo, no a microfonazos y desplegados) pero en domingo de puente llegó el desenlace.

A inicios de este sexenio Televisa tenía en Tercer Grado a su emisión más combativa. Grupo Imagen tenía a Pedro Ferriz y MVS a Aristegui. Hoy, casualidad o causalidad, ninguno de esos tres foros existe, lo cual incrementa el margen de maniobra de EPN al tener menos contrapesos críticos. Lo peor que nos puede pasar como sociedad es volver a los tiempos de esa prensa amordazada por el gobierno, y con radio y televisión sin ser tan incisivos un poco por complicidad y otro poco por el miedo de perder la concesión.

Afortunadamente cada vez más mexicanos tienen acceso a otros medios, sobre todo los accesibles vía Internet. A Aristegui no le debería ser difícil montar una plataforma digital y se llevará un buen porcentaje de su audiencia, porque la gente veía noticias en MVS por Aristegui, no viceversa.

Además (se vale soñar) en breve habrá dos nuevos canales de televisión abierta. Aristegui en uno y Ferriz en el otro (por ejemplo) se convertirían en una opción de peso, que forzaría a Televisa y a TV Azteca a ser más críticos o a perder rating en el intento. No tengo muchas esperanzas en la independencia que querrán mostrar frente al gobierno las nuevas cadenas, pero a mayor competencia hay más probabilidades de que pase.

Hacia adelante, hay esquemas como el de FOX con Los Simpson que pueden servir cuando un comunicador gana mucha relevancia: FOX gana mucho dinero transmitiendo el programa, que tiene total libertad creativa incluyendo criticar a la propia cadena. Ha sido un enfoque ganar-ganar. Habrá quien diga que como empresa hay que tratar igual a todos los colaboradores y que Aristegui o Messi o el Top Producer no deben recibir consideraciones especiales. Obviamente eso es falso. No es admisible para MVS lo que Aristegui les estaba haciendo, pero tampoco pueden creer en la empresa que ella era una periodista más y que cualquiera la puede sustituir.

La sociedad mexicana necesita escuchar todas las voces, y la de Aristegui es muy relevante. Desde luego que tiene una agenda y jala para su molino, pero en estos tiempos en que México sufre una embestida del Viejo PRI es mucho mejor un periodista que exagere a uno que se calle. En materia de libertad de expresión es mil veces mejor pecar por exceso que por defecto. Si ella arma una plataforma personal será muy exitosa, y si colabora en otra empresa espero que haya entendido de esta experiencia y negocie de antemano un contrato que le dé la independencia necesaria para seguir siendo la periodista que es hoy: crítica, tenaz e imprescindible.