La Atorrante Niña Sueca
Muchos se saben una linda historia: hay una adolescente sueca llamada Greta Thunberg. Ella encabeza un llamado urgente por salvar al planeta del cambio climático que nos llevará a la extinción en 20 años, hace huelgas escolares los viernes para generar conciencia de que no tiene caso ir a la escuela si el mundo se va a acabar, y pide que se ponga un alto inmediato a toda emisión de contaminantes. Es candidata al Premio Nobel de la Paz, da Ted Talks, la reciben los del FMI y en el Foro Económico Mundial de Davos.
¿Cómo no quererla?
Bueno. Pues para ella va dedicada esta pequeña pieza llamada La Atorrante Niña Sueca.
Los biólogos evolutivos han tratado de explicar la razón por la que la humanidad cae tan fácil en pánico. Con tantito que hagamos memoria o le preguntemos a Google encontramos docenas de ejemplos (fallidos todos) de eventos apocalípticos.
Dejemos ahora de lado los mitos religiosos que nos recuerdan que en breve vendrán a juzgar a vivos y muertos y vayamos a temas terrenales.
Desde Malthus que dijo que la población iba a crecer más que la generación de alimentos, entonces iba a haber hambruna, pasando por muchos ejemplos más, hay gente que levanta voz de alarma con pretensiones apocalípticas. Esa parte “apocalíptica” es importante porque no admite matices.
Los que teníamos la edad de la Sueca Atorrante durante la Guerra Fría, con Estados Unidos y la URSS sentados en arsenales nucleares para destruir el planeta cien veces, y donde todos los países eran campo de batalla caliente o fría, tal vez pasamos por la misma idea. “Hay una amenaza enorme”. ¿Nos hubiera servido dejar de ir a la escuela los viernes? Digo, yo lo hubiera disfrutado mucho. Pero si hubiéramos hecho eso, lo único que habríamos logrado sería tener el 80% de nuestra instrucción.
Lo mismo pasa ahora. Si la Niña Sueca Atorrante quisiera de verdad aportar, estudiaría e invitaría a estudiar a sus contemporáneos los temas que sí pueden ayudar: cómo biodegradar plástico, cómo elaborar baterías más baratas más duraderas, cómo aumentar la eficiencia de los páneles solares, de los ventiladores eóticos (o evitar que estos ventiladores le roben el aire a los indígenas), cómo hacer aviones más ligeros con turbinas más eficientes, cómo incrementar el transporte eléctrico, cómo convertir plantas de carbón a plantas de gas, cómo reforestar mejor…
Pero ella no está haciendo nada de eso.
¿Saben quiénes sí? Las empresas que ella desprecia. Las universidades a las que ella quiere que su generación llegue menos preparada. Los gobiernos que ella dice que son omisos.
¿Ustedes han escuchado de una gran empresa, o de una cámara industrial, o de las autoridades de su ciudad, región o país, que están tomando medidas sobre temas ambientales?
Claro que si. Cada aspecto de los arriba mencionados se está haciendo. Hoy un avión es más eficiente que hace 40 años. Sus turbinas queman mucho menos combustible por kilómetro. Y hay un plan al 2020 donde las aerolíneas se comprometen a que todo el crecimiento a partir de ese año será neutral a carbono. Es decir, si en 2025 una aerolínea transporta 20% más pasajeros y tiene 10% más aviones, de todos modos su consumo total de carbono será el mismo que en 2020.
Los autos van por un camino similar. Las gasolinas cada vez son más limpias. Los plásticos de un solo uso están siendo restringidos. Los que tenemos hijos en edad escolar sabemos que en las escuelas les inculcan el tema.
Pero el apocalipsis siempre vende. No, Niña Atorrante. El planeta no se va a acabar en 20 años. El crecimiento de la población mundial no está en absoluto fuera de control y más bien tiene tasas decrecientes de crecimiento y se va a estabilizar. Tus pronósticos no se van a cumplir y espero que tus medidas no se vayan a implementar.
Pensemos en transporte público en tres ciudades medias de México, elegidas tal vez no al azar: Tuxtla Gutiérrez, San Luis Potosí y Veracruz.
¿Qué reduciría de tajo las emisiones de vehículos automotores? Tal vez poner en cada una de esas ciudades unas 60 rutas de tranvía eléctrico. Eso estaría sensacional. Yeeeeeeei.
Solo que tal vez cueste USD5,000,000,000 por ciudad. Y ninguna de ellas tiene ese dinero.
Entonces, NSA, no. No alcanza para las decisiones tajantes. Suenan bien lindas. Pero pues no. La alternativa es hacerlo gradual. Descuida, en 2039, a 20 años de hoy, el mundo seguirá.
De fondo lo que esta niña plantea es el fin del sistema liberal de mercado. Ella pide un alto absoluto a las actividades productivas. Pues NSA, con eso matas de hambre a muchos millones de personas. Y los principales afectados serían los pobres de los países pobres. Esos a los que tú quieres apoyar sin entender las consecuencias.
¿Es suficiente lo que está haciendo hoy el mundo para reducir el Cambio Climático, sin detener las actividades productivas que nos dan de comer? Esa es una discusión que hay que tener. Armados de datos y de realidades. En mi opinión sí, pero entiendo que haya quien pida que la eficiencia kilómetros por litro de los autos deba avanzar más rápido, o que se necesitan más estímulos fiscales a energía renovable. Todos, además, debemos aportar desde nuestro ámbito personal y familiar para ayudar a reducir nuestra huella en el planeta, y no viene al caso mencionar lo que por mi parte hago, que si se agrega a lo que ustedes hacen pues empieza a sumar.
No es que el efecto humano sobre el medio ambiente sea un mito. Pero los efectos apocalípticos a 20 años desde luego que lo son. E ignorar lo que se está haciendo no ayuda. Y dejar de ir a la escuela porque el mundo se va a acabar es una gran irresponsabilidad. No se justifica ni con Guerra Fría ni con Planeta Caliente. Al contrario.
Hoy hay millones de personas anónimas estudiando, ideando, creando, probando, financiando y desarrollando las herramientas verdes que necesitamos para mañana. Esas personas son los que merecen los reflectores. Esas personas están haciendo cosas. Esas personas entienden el reto y las restricciones. Vamos a hacer famosas a esas personas.
No a una Niña Sueca Atorrante.