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Vacas flacas y vacas con panza normal

Los que tienen más de 35 años tal vez recuerden esto.

Cada año el presidente enviaba al Congreso su propuesta de Ley de Ingresos y a la Cámara de Diputados su propuesta de Presupuesto de Egresos. Dado que un buen porcentaje del gasto del gobierno venía de los ingresos que se le exprimían a PEMEX, un factor muy importante para ver cuánto se podía gastar era el precio promedio que se le ponía al barril de petróleo. A un mayor precio del petróleo se correspondía un mayor ingreso que entonces permitía más gasto.

Por eso era común que, por ejemplo, el gobierno hiciera cálculos con petróleo a USD$50 por barril, pero los diputados exigieran más gasto para poder tener moches, quedar bien en el distrito, tener moches, dar obra pública al amigo, tener moches, asignarse contratos vía prestanombres, tener moches y algunos otros usos, incluido tener moches.

Entonces el gobierno anunciaba magnánimo que ahora el nuevo precio estimado en el presupuesto pasaba a USD$55 por barril, entonces “aparecían” de repente miles de millones de pesos extra, y se repartía más dinero y en el congreso eso se solía votar por casi unanimidad de priistas (dinos y neos), panistas (calderonistas y anticalderonistas) y perredistas (chuchos y obradoristas).

La prensa palera de aquel entonces solía presentar eso como un gran triunfo de la negociación política, y lo de menos era preguntarse si los USD$50 que se proponían al principio eran sensatos, o si los USD$55 nuevos eran alcanzables. En general parecía más bien un simple despeje de fórmula. “-¿A cuánto hay que poner el petróleo para que aparezcan veinte mil millones de pesos extra? Con eso los diputados rijosos ya lo votan a favor. –Pues súbele unos cinco dolaritos a ver a qué numero llegamos”.

Y como nadie sabe exactamente a cuánto va a estar el precio promedio del petróleo, o cuántos barriles de petróleo se van a producir, pues al final de cada año o sobraba o faltaba dinero.

En caso de que el precio del petróleo superara las expectativas pues pura fiesta en la burocracia. Se gastaba de más, se cubrían más fácil los desfalcos, se creaban más puestos de confianza, más turismo internacional de burócratas y pues sí, más dinero para moches y estafas maestras y para darle obra al compadre que me construye casas blancas. Todo era alegría para todos excepto para los que en teoría somos dueños de PEMEX y no veíamos ese excedente por ningún lado.

Pero si el precio estaba por debajo era peor. Varios recordamos a Zedillo, a Fox, a Calderón o a EPN salir con cara cariacontecida a decir “tendremos que hacer ajustes dolorosos pero necesarios. Lo responsable es reducir gastos para no aumentar el déficit. Haremos un programa de ajuste. Debemos apretarnos el cinturón. Vamos a cortar gasto corriente sin afectar gasto de inversión ni servicios al público y, sobre todo, no se incrementará la deuda”. Varios combativos moneros de aquel entonces, que hoy arrastran el prestigio como la nueva prensa dócil y palera, nos deleitaban con sus imágenes del mexicano pobre al que el cinturón le daba mil vueltas de tan flaco que estaba, en lo que el presidente y el secretario de Hacienda de traje le decían que los que sufrían eran ellos. Y el resultado final lo sabíamos todos: sí subía el endeudamiento tanto interno como externo, no se reducía el gasto corriente, sí se reducía el gasto de inversión y pues los políticos se quedaban con sus estafas, los diputados con los moches, los compadres con los contratos y los mexicanos con las consecuencias.

A pesar de lo mal que lo hicieron el PAN y el PRI (ambos, pero sobre todo este último), de repente tenían chispazos. Incluso el burro puede tocar la flauta de repente.

Y uno de sus chispazos fue hacer un guardadito que es más complejo pero que trataré de simplificar: si se ponía en el presupuesto el petróleo a USD$50 y el resultado final era mayor, en vez de despilfarrar toda la diferencia solo iban a despilfarrar una parte (porque ni modo que la casa pierda) pero iban a ahorrar otra parte. Si hacían eso los años con precio real del petróleo por arriba del presupuestado, entonces se iba a generar un ahorro para que los años que pasara lo opuesto (precio real menor que el proyectado) no se tuviera que recortar tan salvaje el gasto. La idea no es tan complicada: si un año te sobran 100 pesos, guárdalos para el año en el que te falten. Esto empezó en 2001, con Fox.

Total, que este 2019 ese fondo tiene cerrando números 300 mil millones de pesos. Ya es alguito.

Total, que este 2019 el gobierno de AMLO quiere pellizcarle algo entre la mitad y las dos terceras partes de su valor.

¿Lo quiere hacer porque se activaron los supuestos de las reglas de operación? No. Lo quiere usar porque el desastroso manejo de PEMEX, en donde no han sido capaces de presentar en un EXCEL básico de dónde van a tomar el dinero para afrontar los egresos (básicamente vencimientos de deuda y gasto de inversión CAPEX), en donde cuando van a presentar números a Nueva York quedan en ridículo, en donde si las calificadoras detectan esas inconsistencias dan avisos que son seguidos de amenazas de presidentes  mañaneros y senadores bravucones, en donde a los inversionistas les podrá gustar lo lindo que habla AMLO pero no le creen mucho, pues refinanciar los vencimientos de deuda en dólares de PEMEX suena difícil. Tendría que hacerse una combinación entre pagar una tasa mucho mayor, emitir a un plazo mucho menor, y que el gobierno hiciera una garantía total o parcial de la deuda de PEMEX.

Y pues la idea con la que están saliendo ahora es que mejor se cubra el pago de los vencimientos de la deuda de PEMEX pellizcando a ese fondo donde tenemos el guardadito.

Sí, AMLO recibió un PEMEX muy deteriorado, muy endeudado, con un sindicato muy corrupto, con directivos muy hábiles para darle obra a los compadres. Nada de eso es culpa de AMLO y él cuando llegó así estaba.

Pero si a estas alturas alguien cree que el dúo dinámico Rocío Nahle – Octavio Ronero Oropeza es la solución a ese desastre pues entonces ni cómo ayudarlo.

Entonces lo más competente que hay en el gabinete de AMLO que es el equipo de Hacienda necesita entrar porque desde el punto de vista financiero si cae PEMEX cae el gobierno federal. Y como no está en ellos cuadrar las cuentas de PEMEX y como a pesar de que el subsecretario de Hacienda dijo al Financial Times que no iban a gastar en la refinería sino en extracción (lo que para los que saben suena a “no voy a tirar el dinero a la basura sino que lo voy a invertir en donde hasta PEMEX gana mucho”) solo para ser desacreditado en vivo y a todo color (aunque des pa ci to) en la mañanera por el jefe de su jefe, pues ya les quedó claro que ellos deben entrar al quite.

Y qué bien que haya adultos en la mesa desde el lado de SHCP que puedan entrar a ayudar a los de PEMEX que están nivel chapoteadero.

Pero qué mal que lo que están planteando usar sea ese ahorro. Sí, los bienes son para los males. Pero tomar gran parte de un ahorro que llevamos veinte años haciendo para financiar una refinería en donde la única duda que tienen los expertos es si perderá muchísimo dinero o muchisísimo no parece la decisión más responsable.

Entiendo a la SHCP. Si AMLO se empeña en hacer la refinería justo ahí, y se empeña en no apoyarse en capital privado para aumentar la base de producción, y además mantiene a evidentes ineptos al mando de PEMEX, pues PEMEX no será sujeta de crédito por sí misma a precios razonables y entonces pues hay que apoquinar.

Pero usar el fondo para la época de vacas flacas cuando el petróleo está en niveles de vacas con panza normal parece mala idea en el largo plazo aunque sí, de corto plazo es positiva porque si mi hijo no tiene cómo pagar su deuda yo le digo al banco que en la chequera tengo lo suficiente y pago yo y salvo el día. Pero si mi hijo se sigue endeudando llegará el momento en que se me acabe también lo mío.

Y PEMEX, con las ideas de AMLO ejecutadas por Rocío Nahle y Romero Oropeza es ese hijo que seguirá necesitando ayuda.

Y cuando tengamos una recesión internacional en algún momento hacia mediados del sexenio, algo que casi todos los analistas dan por descontado e incluso Urzúa lo considera casi un hecho, pues tendremos vacas flacas en el rancho. Y cuando volteemos a ver la alcancía resulta que ya la rompimos y ya no tiene mucho.

P. D. Sé que para muchos es casi imposible pero tal vez deberíamos ir pensando en algo: en este panorama arriba descrito hay mucho de culpa de AMLO, del PRI, del PAN, del PRD, y de políticos de todos los colores que han pasado de partido en partido y de oposición a gobierno y de gobierno a oposición. Ojalá pensemos más en “políticos vs. ciudadanos” que en “pejezombies vs. derechairos”.

Mínimo Común Múltiplo

Mínimo Común Múltiplo

No sé si haya algo podrido en Dinamarca, pero me parece que sí hay algo de eso en la opinión pública en México.

Por supuesto no todos pensamos igual, y lo sano es que diferentes posturas puedan convivir.

Y en lo que tiene que ver con políticas públicas pues sí, todo mundo tiene derecho a dar su opinión pero hay un grupo que se encarga de tomar decisiones y ejecutarlas. Uno puede pensar lo que sea sobre cómo se debe manejar PEMEX pero la decisión le toca a AMLO y él delegó en Octavio Romero Oropeza esa responsabilidad.

A unos les gusta, a otros no. No pasa nada, así es la democracia, hay leyes, pesos y contrapesos y pues cadena de oración para que sirvan. No nos vamos a poner todos de acuerdo.

Pero ojalá podamos llegar a tener una especie de mínimo común múltiplo. Que haya conductas que se consideren reprobables, y que se consideren así independientemente de quién las haga.

Estos 100 días de gobierno de AMLO han sido un largo concierto de acciones que hoy son juzgadas como negativas por muchos que antes veían esas mismas acciones como normales, y viceversa. Muchos otrora combativos activistas hoy son mansos corderitos en nómina. Varios periodistas y caricaturistas que se asumían críticos del gobierno resulta que en realidad no lo eran. Eran igual de porristas que los periodistas paleros que criticaban. Solo le iban a otro equipo.

Va de nuevo: no hablo de si está bien o está mal quitarle pensiones a expresidentes o vender el avión presidencial o cancelar el NAICM. Son decisiones que tomó quien debía tomarlas y ya veremos los resultados.

Pero sí veo un gran problema que a la pregunta de si hay que cuidar un lago o una selva la respuesta sea “depende. ¿Lo propuso EPN o AMLO?”.

O a si hay que acabar una obra pública donde ya se invirtió mucho dinero. Depende. ¿Es el proyecto de Morelos que AMLO sí quiere o el NAICM que le cae mal?

Los asesinatos. ¿Son “los muertos de Calderón” y “los muertos de Peña” pero ahora solo son carpetas de investigación por desahogar?

¿Cómo ven que se le metan cientos de millones de pesos en total opacidad a una oficina que promueva el pasatiempo del presidente? En una sociedad con un mínimo común de sensatez eso se ve mal y ya. En el México de hoy pues depende. 

¿Nepotismo? ¿Alianzas con el Verde? ¿Gente con pasado cuestionable? ¿Pipas sin licitación? Depende.

Y no solo en el gobierno. ¿Que mi encuesta en Twitter sale como yo quiero? Ahí está la voz del pueblo bueno. ¿Que ya salió la opción que no quería? Pues bots y Felipe Calderón y Juan de O’Donojú y Acamapichtli.

Menciono a la Cuarta Transformación porque son los que están ahora y porque son particularmente ricos en ese tipo de justificaciones maromeras. Pero vamos a hablar por ejemplo del PAN (del PRI no tiene caso hablar, solo esperar que el partido se muera y bailar un jarabe tapatío sobre su tumba).

El PAN llega al poder federal con Vicente Fox. Y ya estaban en puestos de poder una tal Elba Esther Gordillo y un tal Romero Deschamps. En la oposición el PAN dio 15,000 discursos sobre ese tipo de sindicalismo corrupto. Y luego PUM, gobernaron 12 años con ese sindicalismo corrupto. Y no hubo de parte de panistas el mismo nivel de reclamo a Fox y a Calderón como sí se le reclamó a Zedillo. ¿Por qué? Por esa falta de estándares mínimos de ética y de convicciones que llevaron a justificarle a gobiernos panistas justo lo que criticaban en tiempos del PRI.

Pero no hay que ir tan lejos. En la campaña de Anaya había mucha gente impresentable y pues a decir que los impresentables del PRi y los de MoReNa eran peores. Triste consuelo.

Y bueno, Margarita no llegó a la boleta presidencial pero sí fue candidata. Y le escuché cero críticas específicas al gobierno de su esposo cuando sí criticó las mismas conductas en los demás sexenios. ¿Por qué? Porque no hay ese mínimo común.

Se entiende un poco más en los políticos esa “volatilidad”. También en las organizaciones supuestamente no alineadas a un partido pero que al final parecen más agencias de colocaciones que de deliberaciones.

Pero como sociedad no podemos dejar que nos pase eso. Que antes de comentar si X acción está bien o está mal preguntemos quién la propuso.

Ojalá hubiera más honestidad intelectual. Que cada uno en total libertad trace su línea de lo admisible y lo inadmisible. Por supuesto que en muchas cosas no nos vamos a poner de acuerdo.

Pero sí encontraremos mayorías enormes en muchas cosas. A la gran mayoría no nos gusta la corrupción, el despilfarro, el que haya funcionarios incompetentes, las licitaciones al compadre, las declaraciones patrimoniales amañadas, los partidos políticos prostitutos. Y de esos defectos y mil mal está plagada nuestra clase política.

Usemos esa mayoría como mínimo común para exigirle a todos los partidos políticos. Desde las redes sociales se han ganado varias batallas contra el gobierno actual y el anterior. Podemos ganar más batallas si buscamos esos mínimos comunes y criticamos tanto al Fiscal Carnal Federal de MoReNa como al Fiscal Carnal guanajuatense del PAN. No le busquemos la maroma, no digamos que no es lo mismo cuando ES lo mismo.

Lo anterior no debería implicar mucho trabajo. Solo implica para los que votaron por AMLO aceptar que él se equivoca a veces, que su partido se equivoca a veces y los funcionarios de su gobierno se equivocan a veces.

Y solo implica para los que no votamos por AMLO reconocer que ha hecho cosas buenas que no se hicieron en sexenios anteriores, y que no es muy ético criticar hoy lo que no se le criticaba a los anteriores.

Cada uno hará el balance sobre si X político o Y partido tiene un balance positivo o negativo.

Pero intentemos tener esos mínimos comunes y evaluar con respecto a ellos.

Así al menos le elevamos el costo a los políticos que al menos la pensarán dos veces si saben que gente que simpatiza con ellos no aprueba conductas que considera inadmisibles.