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Lo que un día fue, no será

Para cualquiera que estuviera poniendo un poco de atención, desde marzo se sabía que la pandemia iba a provocar una enorme crisis económica que pondría en riesgo el crecimiento económico de todo el sexenio. Se tenían muchísimas alternativas, muchas personas desde todos lados del espectro político propusieron políticas públicas sensatas que ayudaran a paliar la situación (para caer menos) y permitieran impulsar la eventual recuperación (para subir más).

Don Ganso Necio no hizo nada.

Incluso a varios de los facilitadores del régimen les quedaba más que claro el problema al que nos enfrentábamos. Ellos tenían la ingenua esperanza de que AMLO entendía la gravedad de la situación, y que en el “informe” del 6 de abril se iban a presentar medidas contracíclicas sensatas. El propio Arturo Herrera dijo que iba a presentar el programa de estímulos después del informe. Varios pensamos que esperar algunos días era una locura y así lo expresamos.

Llegó el 6 de abril, y Don Ganso Necio siguió sin decir nada. Solo comentó que México era, junto con India, el país con menos casos de COVID19. Sí, en ese mundo vivía.

La realidad ahora es innegable. La economía de México caerá este 2020 en una magnitud no vista desde 1932 (es decir, no vista personalmente por nadie de las 7 personas que lean esto), y en 2021 el crecimiento de la economía será mediocre. Y no, no funciona lo de “pusesdeque eso pasó en todo el mundo”. Tampoco les sirve el “pusesdeque íbamos muy bien pero llegó la pandemia”. Para ser claros, en el periodo 2019-2021, que incluye antes, durante y (esperemos) después de la pandemia, México tendrá unos de los decrecimientos más grandes, solo eclipsado por países como Venezuela. En general se espera hoy que todos los países estén a finales de 2021 a niveles similares al inicio de 2019 (algo arriba, algo abajo), mientras que México es de los pocos países que estarán MUY abajo.

“Bueno, es que no se podía hacer nada. No hay nada de dinero, los de antes no dejaron recursos, la 4T no se va a endeudar, no había manera de apoyar más fuerte”. Pues no es cierto, y voy a ponerle numeritos al tema, no sin antes decir que como el Banco Mundial se encargó de anunciar, por supuesto que sí hubo deuda adicional. Pero hay mucha tela de donde cortar. Veamos.

Hasta el momento se han perdido alrededor de un millón de empleos formales. Imaginemos que en marzo se hubiera hecho un programa para apoyar a esa cantidad de empleos, donde el empleado ganara hasta $15,000 (para que no digan que es para ayudar a los fifí).

El gobierno pudo decirle a las empresas “antes de despedir empleados, lleguen a acuerdos con ellos. Si de alguien que gana $15,000, creen que es un empleado valioso pero ahora al no tener ingresos no les es factible pagarle, les ofrezco esta alternativa: que el empleado renuncie al 33% de su sueldo, ustedes páguenle solo el 33% y yo gobierno le doy otro 33%”. De este modo, el empleado valioso se queda con un sueldo de dos terceras partes de lo que tenía, tú empresa no pierdes capital humano ni te quedas sin caja para liquidarlo, y yo gobierno garantizo un millón de empleos (recordemos que cerrando número, los empleos formales en México son 20 millones, por lo que salvar al 5% de TODOS los empleos vigentes parece una causa que vale la pena).

Si ese programa hubiera tenido vigencia de 3 meses (abril, mayo, junio), hubiera sido tan exitoso que hay el millón completo de solicitudes, y cada empleado gana $15,000 al mes, el gobierno solo tendría que pagar 15 mil millones de pesos ($5,000 durante tres meses a un millón de trabajadores).

Puse “solo quince mil millones”. ¿Qué, quiero decir que no es mucho? Bueno, para mí pues sí. Hay días que no los gano. Pero para el gobierno federal no lo son. Y aquí no voy a hablar del tiradero de recursos en PEMEX y CFE, de la corrupción rampante, de los elefantes blancos consentidos del régimen (Santa Lucía del Cerro, Tren Maya y Dos Bocas), ni de la deuda que se pidió del Banco Mundial. Todo eso podía seguir. ¿De dónde se pudo por ejemplo tomar esos 15 mil millones de pesos?

Del programa Sembrando Vida. Ese programa tiene 40 mil millones de pesos de presupuesto para este año, y según sus propias cifras, en 2019 solo cumplió el 7% de su meta. De cada 100 árboles que debieron sembrar, solo se sembraron correctamente 7. Quiere decir que el 93% se desperdició. Si le recortan 15 mil millones de pesos, siguen teniendo muchos más recursos que los que necesitan para su 7% de éxito.

Así, pensando un poco, con un monto pequeño de recursos, actuando a tiempo, se pudo hacer mucho menos grave la crisis. Sí, de todos modos habría una recesión. Pero sería menos pronunciada. Y la recuperación sería mucho más rápida. Lo comenté desde abril en un artículo que se llamaba “hibernación”. El millón de empleos perdidos, que se ha convertido en un millón de historias de familias desesperadas por encontrar fuentes alternas de recursos, se pudo haber evitado usando un monto minúsculo, dejando intactos todos los programas favoritos de AMLO, los contratistas consentidos de Nahle y Bartlett y Zoé y Ana Guevara, las andanzas de terratenientes de Virgilia Eréndira y su Dr. Ackermansiones, y sin incurrir en deuda.

Se tuvo la oportunidad. Se dejó ir. Tendremos un sexenio perdido en cuanto a crecimiento.

Lo que un día fue, no será.

Una bocanada de aire fresco

No vengo a decir nada que no conozcan. El gobierno de AMLO es un desastre. Va a entregar los peores resultados económicos desde 1932, hizo la primera recesión “hecha en México” desde 1995, superará los 60,000 “muertos de Calderón” en algún momento dentro de sus primeros tres años de gobierno, su gabinete tiene más casas que un fraccionamiento en Ecatepec, tiene sus contratistas consentidos con adjudicaciones directas, ha hecho un desastroso manejo de la pandemia, y lo que le gusten agregar.

A consecuencia de lo anterior, han ido perdiendo terreno en las encuestas y en las redes sociales. Cierto, las redes sociales no representan a la totalidad de los mexicanos, y solo participa una pequeña fracción de los electores ahí. Pero sí se genera un porcentaje muy importante de la opinión pública, esa que al final termina permeando a la calle.

Cierto que sigue habiendo muchos seguidores de AMLO. Y eso desde luego no va a cambiar de la noche a la mañana. Pero ya ni en las encuestas a modo que realizan en TWITTER ganan, y terminan borrándolas o haciendo privadas sus cuentas mientras hacen berrinches marca Beatriz. Han perdido el monopolio de la narrativa en redes sociales y eso los incomoda mucho.

Pero de repente, en medio de tantas malas noticias para la 4T, vienen las bocanadas de aire fresco, cortesía de autodenominados “opositores”.

Me refiero al meme que compartió Mariana Gómez del Campo, prima hermana de Margarita Zavala y por lo tanto ligada en la mente de muchos al PAN, a México Libre y a Felipe Calderón. A ella se le ocurrió que era muy chistoso el meme de AMLO subiendo a un Viva Aerobús con su caja de cartón de huevos.

Estoy seguro que ese meme le dio mucha risa a algunos que siempre vuelan en Business Class, o que usan juegos de maletas de $35,000. Ese 0.1% de la población probablemente se carcajeó. Pero al otro 99.9% no le hizo gracia. Porque la mayoría de los mexicanos no ha viajado nunca en avión, y un buen porcentaje de los que lo han podido hacer de 10 años para acá ha sido gracias a las aerolíneas de bajo costo como, precisamente, Viva Aerobús. El usar caja de cartón de huevos puede ser humillante para algunos, pero para otros más bien es un recordatorio de que cuando hay necesidad, la creatividad ayuda. Por último, muchos asocian (asociamos) esas cajas con personas que nos han visitado y que en esas cajas nos llevaron productos de su (o de nuestra) tierra. De esas cajas de repente salía queso, crema, cacahuates, toritos, dulces típicos, lo que gusten. Se me hace que varios de mis 7 lectores saben a lo que me refiero.

Y entonces los seguidores de la 4T aprovechan, con toda razón, y hacen el contraste de AMLO viajando en la clase turista de un avión comercial, con la gente que se burla de él porque eso se les hace de pobres. Mariana borró el tuit y pidió perdón al estilo “no primera dama”, sin realmente disculparse. Pero ya les dio el pretexto que querían para reducir las cosas a una falsa dicotomía: ¿prefieres a AMLO, que viaja de un modo más parecido al de tu familia? ¿O a la oposición que se burla que haya gente que viaje en avión comercial y no privado? De esa manera retoman el control de la narrativa.

No es la primera vez que pasa. El año pasado AMLO subió una foto desayunando con Ricardo Monreal. El plato más visible era de fruta y no se veía a nadie preparando gorditas. Entonces Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita, tuiteó “Palacio Nacional es un multifamiliar con olor a fritanga, tlacoyo y fracaso”. ¿Cómo le supo ese comentario a los que viven en multifamiliares? ¿A qué huele la entrada a las estaciones de metro que millones de personas toman diariamente? ¿Usted cree que la mayoría de los mexicanos asocian los tlacoyos con algo negativo? Yo tampoco. En Palacio Nacional vive una sola familia. Decir que eso parece “multifamiliar” es decir que los multifamiliares se te hacen corrientes. Y pues… tienes derecho a pensar así. Faltaba más. Pero ese tipo de comentarios parecen sembrados por Epigmenio Ibarra de tan contraproducentes que son.

Hay más ejemplos. ¿Recuerdan cuando le dieron zoom a una foto de AMLO y sus zapatos no estaban perfectamente boleados? Sí, la presentación es importante. Pero muchos de los que leyeron esos tuits voltearon a ver su propio calzado. Y no estaba impecable. Y pensaron “pues sí, si yo trabajara en una oficina con aire acondicionado y vista a Paseo de la Reforma, seguramente tendría muy limpios mis zapatos. Pero en la obra / la parcela / la fábrica / la calle no hay tanto modo de cuidar ese aspecto”. Habrá quien vote por un candidato por lo pulcro de sus zapatos. Y una vez más, tienen derecho. Pero son la minoría de la minoría.

Me da mucho coraje que eso pase, porque sé que hay más alternativas que AMLO o ese tipo de oposición. El viaje de AMLO tiene mucho de criticable, y yo soy de los que piensa que un avión presidencial es una herramienta de trabajo conveniente, más si ya está completamente pagado. Hay gente que lleva muchos años en política, como Mariana, que no sabemos si por sus propios méritos, en la iniciativa privada, se hubiera podido hacer de los suficientes recursos para poder pagarse viajes de avión en Primera Clase. Lo que sí sabemos es que está en la política y que ha viajado tanto dentro de México como al extranjero con dinero de impuestos. De impuestos de personas que, tras muchos años de esfuerzo, lograron por fin llevar a su familia a Huatulco por Viva Aerobús. Coincido con los que piensan que es mil veces mejor arreglo (además de más barato) vivir en Los Pinos y tener a Palacio Nacional de museo y sede de eventos importantes. Hay muchísimos elementos para criticar a AMLO con toda la razón en esos temas y muchos más.

Pero por favor, sobre todo las personas que se identifican con políticos del pasado, dejen de insultar a AMLO con calificativos despectivos. Que gobiernos anteriores hayan sido menos peores que el actual no quiere decir que consideremos que fueron excelentes gobiernos. Padecimos sus errores, sus excesos, sus malas decisiones, sus compadrazgos, su magro crecimiento, su impunidad, su corrupción, su cercanía con líderes sindicales… salen mejor que la 4T en comparación, pero eso de ninguna manera es para vanagloriarse.

Concéntrense en los temas de fondo. Ahí AMLO cojea de las dos patas de ganso. Los resultados de la 4T son desastrosos. Háganlo evidente. Pero piensen unos segundos antes de subir un meme que humilla a la gente que viaja en Viva Aerobús (o que aspira a hacerlo). Dejen de evidenciar que piensan que un multifamiliar es algo malo per se.

La 4T puede ser solo una corta y dolorosa etapa de México de la que podremos salir adelante. Pero también puede ser un movimiento que pase más tiempo en el poder. Por favor, no los ayuden con bocanadas de aire fresco.