Creo que la historia es más o menos conocida. Con bombo y platillo EPN inaugura el “Paso Express” de la carretera que conecta la CDMX con Acapulco, a la altura de Cuernavaca. Como en los peores tiempos de José López Portillo aparecen letreros en la carretera agradeciendo al Señor Presidente como si él hubiera puesto la lana para hacer la carretera, o como si se hubiera desmañanado para acarrear bultos de cemento.
EPN hace un video congratulándose por la magna obra, desde la comodidad de su helicóptero. Desgraciadamente desde las alturas no pudo apreciar los letreros con los agradecimientos.
El titular de la SCT hace un video congratulándose por la magna obra, mencionando específicamente el tema del drenaje. Todo estaba solucionado.
Qué afortunados éramos los mexicanos por contar con tan grandes próceres.
Y a los tres meses todo se derrumbó.
Carajo.
Las noticias empiezan a fluir. Hay dos personas en un auto que cayó al socavón. Las personas están vivas, se comunican con familiares. Eventualmente fallecen. No quiero pensar en lo que fue para ellos la agonía de horas de estar esperando a ser rescatados. No quiero pensar en lo que fue para sus familiares la angustia de recibir la noticia, darles mensajes de aliento, estar al pendiente a cada segundo, y de repente dejar de tener respuesta. Llamadas no contestadas. Mensajes no leídos. A esperar lo peor.
Y lo peor llega de una de las maneras más estúpidas. Un tuit para enmarcarlo en el Cuadro de Honor de la Imbecilidad. “Se rescató el auto. Los dos ocupantes fallecieron”. ¿De verdad? ¿Le pagamos dinero de nuestros impuestos a gente de Comunicación Social de la SCT para que salgan con esa tontería? A mí me gusta mucho el humor negro, acaso ya se han dado cuenta los que me leen. Si fuera una broma habría quien dijera que es “too soon”, que se pasaron de lanza. Yo estaría del lado de los que opinan que todos tienen derecho a hacer chistes, y ya cada persona juzgará si son buenos o malos, oportunos o inoportunos. Pero no. No era chiste. No lo hackearon. Cuando para cualquier persona era obvio que lo relevante eran los humanos, nos informan del “rescate” del auto. Rescate como si lo hubieran liberado de secuestradores. Pero quienes secuestraron y aniquilaron la tranquilidad de esa familia fueron los que tan mal supervisaron la obra, encabezados por el autor del tuit. Si la gente de Comunicación Social de la SCT no puede construir un tuit con algo más de sensibilidad, si la gente de Comunicación Social no se entera de que en pretérito se escribe “rescató” y no “rescato” porque el autocorrector no se los marcó como error, no entiendo para qué sí sirven. ¿Será para diseñar los mensajes de agradecimiento al Señor Presidente?
Y para terminar, como cereza del podrido pastel (sí, sí estoy enojado) vienen los Pretextos Pendejos. Dice Gerardo Ruiz Esparza:
1. Que hubo lluvias. Sí, un pretexto válido para un señor secretario es que en época de lluvias está lloviendo. Seguramente en la Gran Bretaña o Irlanda, donde llueve casi a diario durante todo el año, ya no hay construcción en pie. Fabuloso pretexto: en época de lluvias llueve.
2. Que por ahí pasaba un arroyo que creció. Sí, un pretexto válido para un señor secretario es que a la lluvia le da por recorrer el camino que lleva milenios recorriendo. Cómo se atreve la lluvia a irse por el arroyo. Tal vez debió tomar el acotamiento, o buscar un camino de subida. ¿Pero bajar por el camino más fácil, que justamente eso es un arroyo? Eso es una falta de respeto.
3. Que no se cayó el “Paso Express”, sino el terreno debajo. Si, un pretexto válido para… no. Ya no me da para seguir con el sarcasmo. Es una maldita vergüenza que digan que no se cayó la carretera sino lo que había debajo y pues si se cae lo de abajo se cae lo de arriba. ¿Alguien imagina esa pendejada monumental en otros casos? ¿Que se derrumbe tu casa y que el que la construyó te diga “no, la casa no se cayó. Se cayó lo de abajo”. Y que te lo diga con tu casa en escombros. Y que te lo diga mientras están velando cuerpos de personas que estaban en la casa.
A Gerardo Ruiz Esparza le tocó lo de HIGA. Lo de San Román. Lo de OHL. Lo de ODEBRECHT. Ahora esto. Con uno solo de esos casos, en un país con un gobierno con un moderado sentido de la ética, habría sido cesado o en un rasgo de vergüenza renunciaría.
Pero en el gobierno de EPN, el de la Corrupción Cultural , aquí no pasa nada. Tal vez si se hace mucho ruido en redes tendrá que hacerse a un lado, y luego se irá a descansar unos meses hasta que le toque su premio de consolación. Ándenle, justo lo que pasó con Virgilio Andrade.
Porque con EPN una persona puede llegar a una secretaría de estado y ante una tragedia decir que la culpa es de la lluvia, que la lluvia tiende a moverse hacia los arroyos, y que no se cayó la obra sino lo de debajo de la obra. Pero eso sí, rescataron al auto.
Pretextos pendejos.