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El Poder Destructor de la CNTE (25.7.16)

El Poder Destructor de la CNTE

Chiapas y Oaxaca son, en ese orden, los estados más pobres del país. Medido en términos estrictamente económicos, o basado en el Índice de Desarrollo Humano, la situación es muy mala y tiende a empeorar. Mientras el resto del país camina (muy lento, pero camina), esos estados se van quedando cada vez más atrás.

Casualmente (spoiler: no es para nada casual) es en esos estados donde la CNTE despliega con más fuerza su enorme poder destructor de negocios, turismo, educación, empleos y paz social. Sin embargo, sus porristas siempre encuentran la manera de culpar a alguien más. Me gustaría abundar en este punto.

La lógica más elemental dice que para ver qué elementos son determinantes en una situación particular, es necesario ver si son realmente diferenciales. Es decir, no podemos decir que Chiapas es pobre “porque es un estado que forma parte del sistema solar”, dado que el resto de los estados tienen esa misma característica.

Entonces no, el hecho de que Chiapas y Oaxaca se estén deteriorando no tiene que ver con el avión de EPN ni con las reformas estructurales ni con los caireles de Virgilio ni con la Casa Blanca. Hasta donde me quedé, las reformas aplican para bien y para mal en todo el país, el avión no se compró con presupuesto estatal oaxaqueño, y en todo caso el enorme nivel de corrupción federal afecta más a quien más contribuye con el pago de impuestos. Y no, no son los oaxaqueños ni los chiapanecos.

De repente cambian de culpables y hablan del malvado liberalismo, de las salvajes trasnacionales o de la crisis de 2008 como parte del problema y me dan ganas de reír. Luego recuerdo que al escribir estas líneas el aeropuerto de Tuxtla está completamente bloqueado (no dejan pasar ni caminando) y se me quita la risa. Curiosamente los estados donde hay más inversión extranjera (sí, de las tenebrosas trasnacionales del imperialismo) están creciendo mucho más que los que, como Chiapas, no ofrecen mucho atractivo debido a la absoluta falta de estado de derecho. Hay estados como Tabasco y Campeche que pueden culpar a hechos externos (la caída del precio del petróleo, en su caso) de su situación actual. Pero Oaxaca y Chiapas no.

El siguiente paso es muy sencillo: culpar a los gobernadores de Chiapas y Oaxaca. Porque son corruptos, porque han endeudado a sus estados, porque han hecho un manejo irresponsable. Ese argumento es de risa. Ningún gobernador de Oaxaca o Chiapas ha pedido tanta deuda como Humberto Moreira. Ya si lo importante es la deuda por persona, pues Quintana Roo está mucho más endeudado que Chiapas y Oaxaca. Sí, los gobernadores en estos dos últimos estados han sido terribles, y no nada más este sexenio. Pero por favor, ¿han leído de Fidel Herrera, Javier Duarte, el ya mencionado Moreira, el Moreira hermano del anterior, Borge, Félix, Montiel, César Duarte, Medina, Granier, el “gober precioso”? ¿Saben la historia entre los exgobernadores de Tamaulipas y la DEA? No seré yo quien defienda a Manuelito Velasco, pero tener gobernadores incompetentes y corruptos no es, ni por asomo, una particularidad de Chiapas y Oaxaca. Están desperdigados por todo el país. Y sin embargo a sus estados en promedio les va mejor, o si los prefieren, menos peor.

Un buen ejemplo es el estado de Quintana Roo. La corrupción de los últimos dos gobernadores es legendaria. Otro exgobernador está en la cárcel por sus nexos con el narco. Por supuesto que los pésimos gobiernos afectan. Pero los que hemos ido a Cancún, Playa del Carmen y puntos intermedios lo hemos hecho sin problemas. Y eso se refleja en ingresos, inversiones, creación de empleos… ¿habría más recursos si los políticos de por allá no robaran tanto? Desde luego. Pero Quintana Roo crece. Y Oaxaca y Chiapas no.

¿Qué lograría terminar con la economía de Quintana Roo, algo que ni el depredador que los gobierna actualmente ha conseguido? Muy fácil: cerrar el aeropuerto de Cancún. Bloquear la autopista Mérida – Cancún y la Cancún – Playa del Carmen. Impedir que la gente pueda entrar o salir del Centro Comercial La Isla o de Plaza Kukulkán. Instalar un plantón permanente en la Quinta. Porque a nadie le gusta ir a un lugar a pasar esos problemas. Porque llegar a las 5am al aeropuerto para tomar el vuelo de las 4pm para librar el bloqueo no es divertido. Porque ni el turista ni el empresario ni el profesionista aguantan eso, más si hay alternativas.

Entonces no, los principales culpables del deterioro de la situación en Chiapas y Oaxaca son los aviadores de la CNTE y los grupos que los apoyan. El escenario internacional es el mismo para todos, el gobierno federal es el mismo para todos, y gobernadores corruptos e ineficaces están democráticamente repartidos en todo el territorio nacional. Pero hay algo que los demás estados no tienen a estos niveles, y es un grupo que año tras año hace lo necesario para destruir la economía. Y la evidencia es muy clara: lo están consiguiendo.

Desde luego puede ser que haya algo que se me esté escapando. Alguna otra variable que sea muy específica de Oaxaca y Chiapas, aparte de la brutal estrategia de bloqueos sistemáticos, y que explique el ínfimo nivel de crecimiento de los últimos años. Si alguien la conoce, por favor coméntenla. A mí no se me ocurre.

La biología importa (Los Buenaonditas Vol. II)

La biología importa (Los Buenaonditas Vol. II)
 
Vamos a empezar con la aclaración para los que lleguen tarde: estoy del lado del #LoveIsLove, y no del lado de los del autobús naranja del Hazte Oír. ¿Está claro? Bien. Empecemos.
 
La biología importa. No importa cuánto lo quieran negar. A varios nos caen mal los argumentos del Frente por la Familia en contra del matrimonio igualitario. Pero la postura contraria está llegando a extremos absurdos, y el miedo al linchamiento provocado por la ultracorrección política está callando muchas voces. La ideología de género ha extraviado completamente la mira.
 
“No importan en absoluto los órganos sexuales con los que naces sino con los que te identificas. A un recién nacido no le puedes denominar niño o niña sino hasta que ell@s digan qué quieren ser porque lo demás es resultado del maldito sistema heterodicotómicoparental”… Interesante planteamiento. Pero no. No es así. La biología importa.
 
Vamos a decir que alguien que nació varón descubre a los tres años (hipótesis, no se me enojen) que en realidad su género adecuado es el femenino. Sus papás apoyan su decisión y lo visten de mujer y le cambian de nombre de Juan a Chana. Perfecto. En su nuevo rol femenino, Chana se siente de maravilla. ¿Verdad que eso del género no sirve de nada? Pues con la pena pero sí. Chana tiene pene. Chana tiene cromosomas XY. ¿Qué eso no importa para nada? Bueno, dejemos de lado ese debate. Va otra idea: Chana puede tener problemas de próstata. No importa cuánto desee ser mujer. No importa si se pone falda, se viste de rosa, se propone tras la pubertad someterse a cirugías y reemplazos hormonales. Por más que lo desee a sus tres añitos no va a poder cambiar su inflamación de la próstata por una de trompas de Falopio. Podrán hacer todas las marchas que quieran y podrán tratar de callar al que ose hacer el comentario. Pero así es. Porque la biología importa. Aunque a los de la ideología de género no les guste.
 
Del mismo modo que Fulanita, que nació con vagina pero que se considera un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer, podrá crecer como varón y tener una niñez plena como Zutanito, feliz con el género que considera que debe tener. E insisto, yo voy a apoyar a Zutanito. Pero cuando llegue a la pubertad, resulta que sus hormonas provocarán la aparición de caracteres sexuales secundarios y ¿qué creen? Pues sí. La biología importa. Se puede llamar Zutanito pero menstruará y por más que lo desee su voz se hará pues… femenina. ¿Eso se puede revertir más adelante? Sí. Y si quiere, que lo haga. Estoy con él. Pero la biología importa. Si por haber nacido con cromosomas XX sus hormonas se comportan como mujer, no es culpa del machismo ni de Norberto Rivera. No es un constructo social. No es la opresión, ni el “mansplaining”, ni la homofobia. No. Son las hormonas femeninas que tiene porque nació mujer. Porque la biología importa.
 
Este mismo rasgo de ultracorrección política atrapa también a los que opinamos que una mamá no puede ser mamá y papá a la vez pues porque es mujer. O a los que opinamos que es falsa la frasecita “haber procreado a un hijo no te hace padre”. Pues con la pena pero sí. De hecho esa es la definición. Claro, hay mamás que hacen un trabajo extraordinario, digno de encomio, heroico, sin que el papá de los hijos ayude en absolutamente nada. Claro, si un niño crece con el nuevo novio de su mamá (o un tío, o el abuelo), y resulta que ese señor es comprensivo, amoroso, guía, proveedor, compañía, apoyo, por supuesto que decirle “papá” resulta más que razonable. Un aplauso para esos papás postizos que están en donde tal vez un papá biológico cobarde no estuvo. Bien.

Pero la biología importa. Y ese niño tiene un papá.
 
No, no es la mamá aunque quiera ser madre, padre, guerrera, luchona, proveedora, soltera sí sola jamás, flora y fauna a la vez. Porque si ese niño necesita una transfusión de sangre resulta que no necesariamente es compatible con su mamá, aunque ella quiera con todo su corazón donarle cada gota porque daría su vida por él (loable) y aunque haya pasado diez años cubriendo al límite de sus fuerzas el papel que el papá ausente no supo o no quiso o no pudo o no tuvo el valor de hacer (loable). Y resulta entonces que la biología importa y que la mitad de la sangre del niño viene del papá. Porque sí, una mujer puede querer a su hijo como mamá y papá. Bien. Pero la biología importa.

Lo mismo pasa con el papá postizo. Insisto, más derecho tendría a ser llamado “papá” el que acompaña al niño a recoger sus calificaciones, habla con sus maestros y se toma el tiempo de conocer a sus amigos, que el que seis meses antes de que el niño naciera, al enterarse de que venía en camino, cobardemente se desapareció y no afrontó su responsabilidad. No se trata de defenderlo. Pero… la biología importa. El papá postizo, por más que ame a su hijo adoptivo, no puede evitar que el papá biológico le haya pasado su información genética, incluyendo enfermedades congénitas. Porque en el ADN del niño está y estará siempre la información del papá biológico, no importa cuánto desee el papá postizo que no sea así. Eso suena injusto, al menos para mí. Pero pues así es. La biología importa. Pregúntenle a un médico.

Y regresamos entonces al tema del autobús naranja: tienen derecho a expresarse. Tienen derecho a decir sus opiniones. Y los están silenciando. No solo a nivel de redes sociales, no. En lugares como Monterrey les han impedido físicamente realizar sus actividades. En Guadalajara no los dejaban dar entrevistas (cierto, el señor Dabdoud reaccionó pésimamente pero eso no quita el hecho inicial).
 
Yo defiendo el derecho que tienen los del Frente por la Familia a emitir sus opiniones. Y acto seguido, ejerzo mi derecho de opinar que en lo que tiene que ver con su oposición al matrimonio igualitario, la educación sexual obligatoria en las primarias, las adopciones monoparentales y la exclusión de la religión de la educación pública, estoy 100% en contra de ellos. Se puede estar a favor del matrimonio igualitario sin impedir que los que opinen diferente puedan expresarse.
 
Conozco a muchas personas que están a favor del, llamémosle, matrimonio tradicional. Muchas veces son católicos practicantes. Es gente buena, creen estar en lo correcto. No salen a la calle a golpear homosexuales, ni quieren que los encarcelen. Simplemente tienen una opinión distinta a la mía. Y algunos ven en el autobús naranja una manera de difundir sus puntos de vista. ¿Qué le dejamos a esas personas si en redes sociales los tachan de homofóbicos (sin serlo), y si el Frente de la Familia en el que se sienten representados no puede expresarse en las calles (que, no lo olvidemos, no son patrimonio exclusivo de las ideas acordes con las marchas del orgullo gay)? Con Estados Unidos estamos viviendo un triste ejemplo: cuando las personas conservadoras encontraron que no podían opinar sin ser tachadas de malditos nazis retrógradas, apareció un tal Donald Trump que les dio voz. Y a falta de cualquier otra válvula de escape, se fueron por ahí.
 
No debería ser difícil respetar que cada quien pueda hacer con su cuerpo lo que quiera sin dañar a terceros. Y esa libertad debe incluir el derecho de cada quien a considerarse del género que quiera y practicar su sexualidad como quiera. Que el que quiera se vista con las ropas que quiera, si se quieren cambiar de nombre yo me voy a referir a ellos con el nombre que elijan, si quieren ir al cirujano a quitarse o a ponerse lo que gusten, adelante.
 
Pero la biología importa. No quieran callar al que haga la observación.

¡Mariguanicen a la legalihuana! (22.7.2013)

El Instituto Mexicano para la Propiedad Intelectual (IMPI, o IMPIFAIERFASAOUNT, como le ĺlama EPN) anunció que en la agencia de Registros de Nombres y Patentes de San Pancho, Guanajuato, se apersonó un ranchero de botas (“más guapo que Benito Juárez”, apuntó la encargada) a realizar el mayor registro de la historia.

Algunos nombres comerciales patentados fueron:

Bar “Iguana”
Mary Jane
Golden Acapulco
Chicles “Motita Extra
“La Banda del Carrujo Rojo”
Mois Tour
Acá los Churros
Yerba Buena
Zacatito “El Conejito”
Achis, Hashish
Doña Blanca

Se desconoce la identidad y motivo de los registros, pero se piensa que por ejemplo Mois Tour es un humectante de piel. ¿Pues qué otra cosa puede ser?

Lo único adicional que se sabe del que fue a patentar es que se retiró satisfecho pues todo el tema de los registros los resolvió en 15 minutos. Le dejó alimentos a la persona que lo atendió y le dijo “comes y te vas”.

El dinero sí crece en los árboles (21.7.14)

EL DINERO SÍ CRECE EN LOS ÁRBOLES
(O al menos eso piensan algunos).

Escribí hace algunos meses sobre lo ilógico de subisidiar la gasolina. Muchas instituciones serias, como el IMCO, han hecho cuentas y resulta que como país subsidiamos más a una familia que tiene Lincoln Navigator para la esposa y Mercedes Benz Serie E AMG para el esposo, que a una familia de la Lacandona o la Tarahumara, vía Oportunidades y Procampo.

No importa que los números estén ahí: sigue habiendo queja del “gasolinazo” mes tras mes, y aunque están anunciados con más de un año de anticipación, nunca falta el obsesionado con cortinas de humo que dice que “EPN aprovechó que el pueblo estaba distraido con el torneo de badminton de Glasgow para subir los precios”.

Como en México no nos gusta entender, y aquí la historia no se repite dos veces sino cien, ya estamos en el mismo debate con el tema de la energía eléctrica.

Primero se comentó que se quitaban los subsidios, luego dijeron que siempre no, y cerraron (hasta el momento) con un “será facultad de EPN”.

¿Cuál es la situación actual? Que las casas pagan energía eléctrica subsidiada y de mala calidad, y las industrias pagan energía eléctrica cara y de mala calidad. Lo peor de dos mundos.

No tengo nada en contra de las culturas prehispánicas, ni de que nos enseñen que las eras geológicas de nuestro planeta han sido Precámbrica, Paleozoica, Mezozoica y Cenozoica (de todos modos a casi todos ya se les olvidó y responderían “Jurásica”). Pero preferiría que le quitaran un par de días a cada uno de esos temas y nos hicieran repetir, hacer planas, maquetas, cartulinas, trabajos en equipo y tablas gimnásticas de “el dinero que usa el gobierno para subsidios es dinero que antes nos quitó”. De ese modo veríamos, espero, la situación diferente. Dejaríamos de defender subsidios regresivos (los que benefician más a los más ricos) y los focalizaríamos mejor. Y además, espero, más de uno diría lo que yo: “¿para qué le quitas a la clase alta, media alta y media recursos que después se los vas a regresar vía subsidios a ellos mismos? ¿Por qué no se los dejas en el bolsillo vía baja de impuestos y ya ellos que decidan si gastan más en gasolina, energía eléctrica o lo que se les antoje?”.

Algunos estados del norte del país obtuvieron un subsidio dentro del subsidio: en los meses en que hace calor les bajan más el costo de la energía eléctrica. El efecto es tan fuerte que incluso mueve el dato de la inflación general en la quincena que se aplica, efecto compensado en noviembre que es cuando se retira. “Es que hace tanto calor que necesitamos usar aire acondicionado”, dicen en Chihuahua y Ciudad Obregón. Y sí, hartísimo calor hace. Pero no es que en Coatzacoalcos, Poza Rica o Arriaga sea necesario usar chamarra en verano. Pero no han presionado tanto los diputados de esos lugares, en parte porque hay menos aires acondicionados per cápita. Entonces regresamos al tema: como país usamos dinero que podría ir a escuelas, hospitales u orfanatos (para que Mamá Rosa no tenga que hacer toda la chamba) para que Don Garza de la Garza y Garza Treviño tenga aire acondicionado en el baño del cuarto de la servidumbre. “Es que si no hay subsidio las cuentas llegan de $20,000”, dicen. Pues si es lo que consumen, que lo paguen. Si es mucho, que duerman en menos cuartos, pongan la temperatura más alta, cambien ventanas o hagan lo que tengan que hacer. Pero que no nos lo cobren a los demás.

Una familia de clase media urbana no paga más hoy de energía eléctrica que de televisión satelital o por cable más telefonía celular. Eso no tiene mucho sentido. Estamos como país subsidiando centenares de millones de recargas de baterías de tabletas y teléfonos inteligentes al día, mientras la industria sufre por desabasto y precios altos. ¿Es ésa la mejor manera de usar el subsidio?

Yo veo dos alternativas: si queremos seguir subsidiando gasolina y energía eléctrica hay que hacerlo del lado de la demanda. Que cada familia demuestre que necesita el subsidio. Por supuesto, si tienen SKY (sin subsidio), Plan TELCEL (sin subsidio) y vacacionan al menos una semana al año en algún hotel (sin subsidio), pues no tendrían que pedir subsidio para cosas más importantes, sino sacrificar comodidades. El problema con ese proceso es que es burocrático, se presta a corrupción y hay que estar reevaluando constantemente.

Se me ocurre otra idea: abran al 100% el mercado de gasolinas y el de energía eléctrica. Que el gobierno elimine todos esos subsidios y a cambio realice una reducción de impuestos. El que se queje es un “free-rider”: está obteniendo más por subsidios que lo que está pagando de impuestos. Por mí, que se siga quejando.

Y no salgan con que con eso se golpea “a los más pobres”, pues ellos no disfrutan demasiado del subsidio a la gasolina Premium ni tienen tantos aires acondicionados en sus chozas.