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Balance semifinal de una pandemia domada

En una de las expresiones más desafortunadas de su muy desafortunada presidencia, ayer dijo Don Ganso Necio algo que lo refleja completamente en negación. Ayer se atrevió a dar su “balance final” de la pandemia. Sí, esa que todas las semanas está matando a miles y miles de mexicanos.

Dar el balance final de una pandemia que en el mejor de los casos va a la mitad es un insulto a los enfermos, a sus familiares y al personal médico. No es momento de hacer balance final de lo que no ha terminado.

El gobierno de la 4T lo ha hecho espectacularmente mal en esta pandemia. Tuvo varias semanas de ventaja sobre países asiáticos y europeos, y no las aprovechó. Cerró tarde y mal. No dio los apoyos económicos para un buen “quédate en casa”, y prefirió seguir tirando dinero en PEMEX, Dos Bocas, ProBeis, Tren Maya y Santa Lucía del Cerro. Hace menos pruebas que Bangladesh. Ya no hay ni el más pálido intento de trazado de contactos. La apuesta única del gobierno es que si alguien está muy muy enfermo, y tiene una prueba en la que dio positivo, esa persona tenga acceso a una cama. Abiertamente han señalado que ese es su único objetivo.

En México los ganseguidores podrán realizar todas las maromas que quieran, pero el pésimo desempeño de la 4T ya es noticia mundial. Hay un término llamado BRIMUS (Brasil, Rusia, India, México, Estados Unidos) para referirse a los países grandes que peor lo están haciendo. Los cinco países tienen en común contar con mandatarios populistas, que quieren que la realidad se adapte a su discurso. La cosa es que el coronavirus tiene otros datos.

Hace un mes, el sábado 23 de mayo, AMLO grabó un video desde el austero Salón Morisco del austerísimo Palacio Nacional. En él se mostró triunfalista. Habló, claro que sí, de pandemia domada, de curva aplanada, de luz al final del túnel. Quiero contrastar, a un mes de diferencia, en sus términos y con sus números, los datos que él mencionó como prueba de su éxito.

AMLO eligió un dato, muertes por millón. Hay muchos otros datos que valía la pena considerar, como número absoluto de muertes, tasa de letalidad o número de pruebas por millón de habitantes. Pero él eligió muertes por millón. Sigamos con eso.

AMLO eligió unos países desarrollados para compararse. Nuevamente, pudo usar otros países desarrollados en donde la comparación no era en su momento tan halagüeña. Es un poco marrullero usar solo los datos que te convienen, lo que le llaman “cherry picking”. Pero bueno, él eligió esos países y esos países usaremos.

AMLO usó sus propias cifras oficiales, que evidentemente están subestimadas. Ya llegaremos con el tiempo a saber la dimensión real de la pandemia, pero usemos los datos oficiales. Vamos a jugar en sus términos.

¿Cuál era la medida de triunfo de AMLO hace un mes, y cómo vamos ahora?

Primero empezaremos con la comparación con Bélgica. ¿Cuáles son los números que dio AMLO sobre los mexicanos y sobre los be… los bel… los bal… los bul… los habitantes de esos países? AMLO presumió, ahí está el video en YouTube, que en Bélgica morían casi 15 veces más. Eso según AMLO era su medida de éxito. Pues un mes después ya no hay 15 veces más bel… belg… habitantes de esos países muertos en proporción. Ya son 4 y medio más. Si que ellos tuvieran 15 veces más era motivo de elogio para la 4T, pues tal vez 4.5 ya no lo sea tanto.

Pero revisemos otros. Tal vez Bélgica fue una golondrina que hizo verano.

AMLO después mencionó a España. “Once veces más”, dijo. Pues ya solo son algo más de 3. “Reino Unido es otro caso, con 10 veces más muertos”, dijo orgulloso. Ya son menos de 3 y media veces. Luego señaló a Francia. El dato que dio fue 9.7 veces. El dato más reciente es 2 y medio.

Después se siguió con los vecinos y socios de tratado comercial. Estados Unidos tenía, cuando AMLO dio su plática triunfalista, cinco veces más muertos que México. Ahora ya es solo el doble. ¿Canadá? “Tiene el triple de muertos”, dijo AMLO. Pero ahora ya no hay que multiplicar por 3. Solo por 1.23.

Dejo al final a Alemania, porque AMLO hizo lo mismo. Muchos hablaban de la buena gestión de Angela Merkel ante la pandemia y eso a Tirano Ganseras no le gustó. Entonces dijo con mucho énfasis que Alemania tenía casi dos veces el número de muertos por millón que México. Recuerdo que dentro de la ronda subsecuente de adulación, el Dr. Dr. Houses Ackerman pontificaba en Twitter sobre lo superior que era el manejo de la pandemia de AMLO con respecto a Merkel. Y sí, en datos oficiales Alemania estaba cerca de tener el doble de muertos por millón que México.

La cosa es que ya le dimos la vuelta. Ahora México tiene más muertos que Alemania, y ya son los teutones los que pueden decir que México tiene casi el doble de muertos por millón que Alemania.

Aquí les pongo la tabla por si quieren comparar. Los datos del 23 de mayo los dijo AMLO en su video. Los datos al 24 de junio salen de worldometers.

PAÍS (GENTILICIO)DATOS AL 23 DE MAYODATOS AL 24 DE JUNIO
BÉLGICA (HABITANTES DE ESOS PAISES)CASI 154.5
ESPAÑA (ESPAÑOLES)11ALGO MÁS DE TRES
UK (UKELELES)10MENOS DE TRES Y MEDIO
FRANCIA (FRANCESES)9.72.5
EU (GRINGOS)52
CANADÁ (CANADIENSES)323% MÁS
ALEMANIA (ALEMANES)CASI DOS, FAVOR MÉXICOCASI DOS… FAVOR ELLOS

Le puse a este artículo “balance semifinal” por ironizar sobre la tontería de AMLO de darle cerrojazo a algo que está matando a docenas de mexicanos cada hora, y lo seguirá haciendo todavía durante al menos varias semanas más. Pero desgraciadamente en términos futboleros, todavía estamos en temporada regular y no ha empezado la liguilla. Los picos siguen llegando, las cordilleras se extienden, las mesetas se vuelven altiplanos, o la explicación orográfica que se le ocurra a López-Gatell, pero esto va para largo.

México es hoy, en datos de worldometers, el país número 18 en muertes por millón.

México registra a hoy, con datos oficiales, 181 muertes por millón. El promedio mundial es de 61. Es decir que en México muere en promedio el triple de gente.

No es momento de balance final.

Las propias métricas que AMLO eligió como prueba de su éxito son hoy manifestación de su fracaso.


Me propuse escribir esto hoy para dejar pasar un mes de aquel discurso triunfal. Pero desgraciadamente si lo hiciera dentro de dos semanas la comparación se vería todavía peor.

Pero sirvan estas líneas de balance semifinal.

La Madre de Todas las Batallas (22.06.2013)

Ya empezó La Madre de Todas las Batallas, la de la Reforma Energética. La única empresa petrolera en el mundo que pierde dinero busca ser reformada y antes de que se presente alguna iniciativa ya hay protestas.

Hay un tema que me preocupa: Estados Unidos está avanzando, a buen paso, hacia la independencia energética. Las múltiples empresas privadas que hay allá, bastante más eficientes que PEMEX, constantemente desarrollan nuevas tecnologías para trabajar con cosas llamadas Gas Shale y Fracking, mientras nosotros seguimos en el campo de Chicontepec como aquel anuncio de Serfín de “Miguel, mete esa barrena. Debajo de esta tierra tiene que haber agua”.

Las principales armadoras de autos tienen dentro de sus catálogos comerciales autos híbridos y eléctricos, y empresas como Tesla amenazan con cambiar el panorama de la dependencia del petróleo.

Hoy todavía el petróleo es muy importante. Pero lo será cada vez menos si las petroleras de otros países avanzan en Investigación y Desarrollo. Y lo será cada vez menos si se sigue avanzando en alternativas eólicas, solares, eléctricas, etc.

Debemos hacer una reforma seria y a fondo de PEMEX, y debemos hacerla YA. Si no en 15 años no vamos a poder colocarla ni en tómbola.

¿Es necesario privatizarla? La evidencia muestra que es mejor la competencia entre privados, luego un monopolio privado y al final un monopolio público. Mientras más nos movamos hacia la competencia será mejor. Si los atavismos culturales de los que aparte de envolverse en la bandera se bañan con chapopote impiden llegar más allá (el propio Peña Nieto no presentará una reforma todo lo ambiciosa que se necesita), sí por lo menos que tengamos algo que permita que no seamos “dueños” de un petróleo que no tenemos la capacidad para extraer de manera eficiente.

Es difícil pensar en el hubiera. Hace más de una década Brasil (con un gobierno de izquierda) inició un proceso que concluyó en la venta del 49% de las acciones de PETROBRAS, con buenos resultados para casi todos. Y hasta donde me pude dar cuenta no hubo una merma en soberanía, la bandera brasileña sigue ondeando en Brasilia y a Dilma la eligieron sus compatriotas (aunque parece que ya la quieren correr, pero ésa es otra historia).

Ya vamos más de una década tarde. Que no pase de este año. Después será demasiado tarde.

Píldora Verde para la memoria

Ya es oficial que MORENA buscará ir a las elecciones del año siguiente aliado con el partido Verde. Eso no debería ser novedad para nadie que estuviera poniendo atención, pero parece que muchos siguen atarantados.

Las reacciones de los que apoyan a AMLO se han dividido en dos: el grupo de los bolivarianos y el de los que añoran al PRI setentero están a favor. Para ellos no hay literalmente nada que los haga cambiar de opinión porque apoyan al caudillo por encima de cualquier causa. Los bolivarianos buscan la mayor concentración de poder en manos de AMLO, y este es un paso para lograrlo. Por otro lado, los que añoran a aquel PRI están más que acostumbrados a los partidos satélite, y así como antes fueron el PARM o el PPS pues ahora será el Verde.

Lo que llama la atención es la reacción negativa de los otros grupos que apoyan a AMLO. Los que comprensiblemente buscaban que México se pareciera a esos países europeos socialdemócratas, pero que por una muy extraña razón creyeron que AMLO buscaba eso, cuando no hay nada más lejano a los ideales que claramente ha manifestado desde hace 30 años. A esos grupos, donde está Democracia Deliberada, los Abre Más los Ojos, los de El Sueño de Andrés, los progres buenaondita, ya no les está gustando eso de aliarse con el Verde. Los facilitadores del desastre que tenemos este sexenio, los que disfrazaron las ocurrencias rupestres del Amado Líder con un ropaje intelectual, se ven traicionados y sacan eso de que “la 4T será {inserte aquí su causa} o no será”, sin darse cuenta de que no fue, no es y nunca será lo que ellos se imaginaron.

Pero lo que me llama mucho la atención es leerlos hablar de una alianza con el Verde como algo futuro, como algo que pasará en las elecciones del año siguiente. Eso es absurdo, y por eso escribo estas líneas.

Vamos a recordar un poco. En las elecciones intermedias anteriores, las de 2015, el Verde fue aliado con el PRI. Tuvo en general un resultado modesto, excepto en su principal bastión que era Chiapas. Ahí la combinación de bajo nivel educativo, pocos empleos formales, alto peso en la endeble economía del sector público, y el mayor porcentaje nacional de población recibiendo apoyos, logró que el Verde arrasara absolutamente con todo. Le dio un buen caudal de diputados de mayoría y plurinominales a EPN. Y ese botín tan grande, en un padrón electoral de más de 3 millones de votantes, era muy apetecible.

Entonces desde 2017 hubo un acuerdo MUY obvio entre AMLO y Manuel Velasco, que era tan obvio que solo un ciego no vio: AMLO ponía el membrete, Manuel Velasco ponía los candidatos, y todos tan felices.


Para las elecciones de 2018 Manuel Velasco era gobernador del partido Verde y estaba en la lista para senador pluri también por el partido Verde. Pero para los dos senadores de mayoría, Manuel Velasco puso a Eduardo Ramírez (su brazo derecho y LÍDER del partido Verde) como candidato de MORENA y sus aliados. Así, con ese descaro. De líder del Verde a senador de MORENA. Y para cubrir cuota de género, una candidata sin más méritos que haber hecho su carrera política de la mano de Manuel Velasco. Así se jugó con la democracia. AMLO puso la marca, Manuel Velasco puso los candidatos, la operación política hizo el resto y PUM, terminamos con una receta peor que las enfrijoladas de la señora esposa de Manuel Velasco.

Ya desde el senado, el Verde ha apoyado cada iniciativa que MORENA ha puesto. Los senadores manuelvelasquistas siguen siendo leales a su jefe político, AMLO sigue contando con sus votos, y aunque para cada chiapaneco pensante sea obvio que Manuel Velasco desvió millones y millones de pesos durante su sexenio, el manto de la impunidad lo cubre. En toda oportunidad se dan su abrazo, AMLO recuerda que el abuelo de Manuel Velasco lo apoyó en sus años mozos, y todos tan contentos.

Con esa alianza tan cuestionable se presentó MORENA a las elecciones de 2018. Esa opción apoyaron los facilitadores del régimen. A ese engendro quisieron pulir con sus panfletos, sus libros de adoctrinamiento infantil, sus deliberaciones covadongas.

Su socialdemocracia europea está cada vez más lejos.

Los pobres que querían apoyar la están pasando peor.

La corrupción que querían erradicar campea a sus anchas en las casas de Bartlett y Virgilia Eréndira, en los contratos de Zoé, con los compadres de Nahle, con Ana Gabriela Guevara.

El medio ambiente se está ensuciando.

A la selva le va a pasar un tren de diésel por encima.

Hay más asesinatos que antes. Más feminicidios que antes. La autonomía de las instituciones está amenazada.

Eso lo hizo AMLO, que se asoció con el único gobernador del partido Verde para repartirse el botín. Eso apoyaron. Eso tienen.

Se ven muy hipócritas ahora poniendo la única cara que les toca poner.

La cara de “no podía saberse. No es culpa de nadie”.

A ver si esta píldora verde les ayuda con la memoria.

La estrategia “TODO MAL” (¿No podía saberse?).

Sí, sé que tanto la pandemia como la crisis económica son las principales variables de preocupación de la mayoría. Además la 4T va a buen ritmo para romper el récord de asesinatos en un año. El récord de asesinatos que este 2020 podría romper la 4T pertenece actualmente a la 4T 2019.

Si a esos temas agregamos consideraciones energéticas, desde luego que lo primero que viene a la cabeza es el desastroso manejo de PEMEX que ha provocado, incluso antes de considerar los efectos del ridículo monumental de Rocío Nahle con los árabes, pérdidas por más de un billón de pesos.

Pero ahora quiero hablarles de otra pésima decisión. Una decisión que no solo es ilegal y altamente contaminante, sino que además es más cara que la alternativa. Por si lo anterior no fuera suficiente, esa decisión le traerá al gobierno de México una cascada de amparos, problemas con los socios del TLC y desalentará aún más la inversión, como es una constante desde la decisión del NAICM. No olvidemos que esa destrucción de la confianza en los inversionistas ya le costó a México, ANTES de la pandemia, pasar de crecer al muy mediocre 2.5% que traíamos al desastroso -1.6% al que cerró marzo.

¿Cuál es esa decisión, a la que me permito bautizar como LA ESTRATEGIA TODO MAL?

Vamos a platicarlo muy simplificado. Ya varios expertos lo están explicando con mucho más rigor técnico (y pueden corregirme si es necesario).

Hoy según la ley, tanto el sector público como el privado pueden generar energía. La CFE es entonces un actor más. A la hora de distribuir energía a las casas no hay participación mixta: solo el gobierno lo puede hacer. Entonces un ente autónomo del gobierno, de esos que la 4T odia y que ha destruido sistemáticamente en los hechos, le compra primero al más barato. Si el más barato no puede aportar el 100% del consumo, lo que en la práctica sucede siempre, entonces luego se le compra al segundo más barato. Si se sigue necesitando, se le compra al tercero más barato, y así. Hay además un incentivo en precio, de modo que el más barato tiene prioridad al poder entregar toda su producción, y además obtiene un mejor precio. Se beneficia doble al ser el más eficiente. Ese ente autónomo, conviene recordarlo, es de los que en teoría deben tener expertos con alto nivel técnico e independencia total, pero que AMLO gracias a su mayoría en el Senado llenó de ignorantes serviles. Esos que escuchamos en 2019 rebuznando en las comparecencias y que pensaban que un CEL era un celular.

Ese productor puede tener diferentes formas. Puede ser un productor de energía eólica, puede ser un productor de energía solar, puede ser hidroeléctrica, puede ser la CFE con sus plantas viejas y contaminantes, lo que sea. Uno dice “te puedo dar X energía a Y precio”, y el ente autónomo va comprando de lo más barato a lo más caro. No sé a ustedes, pero a mí me gusta ese arreglo.

Dado que la energía limpia es más barata que la fósil en muchos periodos, y la tendencia se está acentuando, eso ha ido sacando a CFE de la jugada. A medida que México usa energía de participantes privados, la energía es más barata, más limpia. Y la inversión para generar esa electricidad no le cuesta a México sino al inversionista privado, que paga sueldos, instalaciones, tecnología, impuestos. Si ese privado ofrece la energía a $100 porque es malvado y neoliberal y fifí, mientras que CFE porque Bartlett es honesto la da a $80, pues se le comprará a CFE y el privado perderá toda su inversión. Pero es al revés. El privado, OH SORPRESA, es más eficiente que el gobierno. ¿Quién lo hubiera pensado? Ah, sí, Cualquiera que pusiera atención.

Total, que la semana pasada ocurrió algo. Rocío Nahle declaró que instruyó al ente autónomo a decir que esa fórmula de comprar a los más baratos ya no iba a servir. Y que las plantas que se están haciendo ahora que mejor ya no empiecen a operar cuando estén listas. Es decir, la 4T va a castigar a esa energía limpia, renovable y barata, por la que los contribuyentes gastaron cero pesos con cero centavos de impuestos. Ahora se va a comprar preferentemente la energía cara, fósil, contaminante y no renovable de CFE. ¿Qué va a usar la CFE para generar esa energía adicional que estará produciendo? Pues combustóleo, que es la “basura” del petróleo tras procesarlo. Y carbón, porque AMLO hizo senador al dueño de unas minas de carbón y pues amor con amor se paga.

Entonces el ente autónomo (perdón, debí decir ente “autónomo”) por instrucciones de Rocío Nahle va a cambiar la jugada que está en la ley. Va a violar cláusulas del TLC. Va a quitarle la posibilidad de operar a plantas actualmente en construcción, donde inversionistas privados nacionales y extranjeros han invertido miles de millones de dólares, con la ilusión de que en México el Estado de Derecho vale más que el papel en el que están impresas las leyes.

¿Qué implicaciones tiene eso para el consumidor? Energía más cara.

¿Sobre el contribuyente? Distraer recursos de impuestos para inyectárselos a un sector que pierde dinero a carretadas.

¿Sobre el medio ambiente? Más contaminación.

¿Sobre la inversión privada? Derrumba la muy poquita confianza que había. AMLO se ha cansado de probar, desde la cancelación del NAICM, que en México las leyes no importan: importa su voluntad. Si es legal pero a él no le gusta, no se hace. Si es ilegal pero a él le gusta, se hace. Y se acabó.

Entonces, ¿quién gana con todo esto?

Pues gana AMLO. Prometió que iba a destruir la reforma energética y lo está logrando. Gana su ego, porque “aquí mando yo”. Gana su narcisismo, porque “no estoy de florero”.


Gana Bartlett. Porque la CFE ya no tiene que ser eficiente, rentable, competitiva. Puede ser la empresa opaca que él añora pues corresponde al estado que tenía en el PRI de los sesentas, al que él entró a medrar y que ahora está reinstaurando.

Gana Nahle, porque se puede dar el lujo de decir en una entrevista pública que le da instrucciones a un ente autónomo.

Gana el Agrónomo, porque PEMEX puede vender en algo el combustóleo, que envenenará el medio ambiente y generará energía cara, pero por lo menos le entra algo de dinero que no será ni el 1% de sus pérdidas billonarias pero da igual, a él nadie lo evalúa por resultados.

Ahora una última reflexión. ¿Podía saberse esto?

Pues… sí.

Había todos los elementos necesarios para darse cuenta ANTES de las elecciones. De hecho, en muchos casos, antes de las campañas. Es más, para acabar pronto, hay ejemplos de hace dos décadas y hasta del milenio pasado.

AMLO mandó al diablo a las instituciones, y pues ahora lo hace con los entes autónomos.

AMLO prometió refinerías, no energía solar.

AMLO criticaba que la energía eólica hacía feo el paisaje, jamás mencionó los quemadores que usa PEMEX.

AMLO dejó claro que no le entiende a temas petroleros, al explicar que sacar petróleo no tiene ciencia.

AMLO detesta la inversión privada en energía, por eso siempre se opuso a cualquier reforma energética.

AMLO lleva 30 años demostrando que la ley no le importa. No le importó cuando bloqueó pozos petroleros, no le importó cuando cerró Reforma, no le importó cuando instó a los tabasqueños a no pagar la luz, no le importó cuando hizo consultas patito fuera de la legalidad, no le importó cuando pidió no pagar impuestos. Cuando en 2009, en medio de la epidemia de la influenza, el gobierno de Calderón pidió evitar las concentraciones masivas, AMLO siguió con su campaña eterna al grito de “qué influenza ni qué ocho cuartos”, como por ejemplo en Tamulté.

No sé por qué hay sorprendidos de que no le importe la ley ahora.

No sé por qué hay sorprendidos de que no entienda de temas energéticos.

No sé por qué hay sorprendidos de que prefiera Dos Bocas a Más Becas en instituciones educativas de calidad.

Nos lo dijo.

Nos lo advirtió.

Nos lo cantó.

Nos lo insistió.

Incluso nos lo repitió.

Muchos millones decidieron ignorar eso el 1 de julio de 2018.

Pues a disfrutar de la contaminación extra. A disfrutar los precios más altos. A disfrutar la ilegalidad del gobierno. A disfrutar las demandas de las empresas. A disfrutar los problemas con los países de origen de los inversionistas extranjeros a los que sin cambiarles la ley, les cambiaron la jugada. A disfrutar la caída en la inversión futura porque nadie inicia una inversión multianual que depende del capricho del presidente bananero en turno… a menos de que se llegue a un “jugoso arreglo” con dicho presidente que permita un tratamiento más amable.

Sí, exacto. Como fue en el régimen priista del que salió AMLO.

Parece que sí podía saberse…

Lo que Voltaire no dijo

Lo que Voltaire no Dijo [05.05.2014]

Muchos le atribuyen erróneamente a Voltaire la frase “no estoy de acuerdo con tus ideas, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlas”.

Traigo el tema a colación por las preguntas de Alfonso Cuarón a EPN sobre la Reforma Energética. Desde luego, Cuarón puede tener las ideas que quiera, y su fama y dinero le permite difundirlas mejor que a la mayoría de los mexicanos.

En lo personal eso de pedir debates con el presidente, sobre un tema que ya está debatido hasta la saciedad, se me hace ocioso. Y si cada uno de los 115 millones de mexicanos pedimos nuestra media hora de debate con el presidente, los diputados, senadores, gobernadores y demás, no vamos a terminar nunca.

Ligo además el tema con el de otras personalidades que han discrepado de los gobiernos de sus países (con todo derecho) y han alabado, visitado, promovido o ayudado a gobiernos de ideología radicalmente diferente a la de sus lugares de origen.

Desde un exbasquetbolista exesposo de Madonna, hasta un recientemente fallecido Premio Nobel de Literatura oriundo de Aracataca. Desde un gran director de cine como Oliver Stone hasta un gran actor como Sean Penn. Maradona, Noam Chomsky, Fernández Noroña. Desde luego hay muchas otras personas que (con todo derecho) apoyan esas causas, pero centro mi comentario en los famosos.

Sobran las fotos de los personajes anteriores con dictadores cubanos que llevan en el poder 60 años, o con un caprichoso heredero de Corea del Norte; con Hugo Chávez o su copia degradada, Nicolás Maduro.

Y está bien. No tengo problemas en que Cuarón diga lo que considere conveniente. No tengo problema en que García Márquez se tomara fotos con Fidel Castro a la menor provocación.

Mi única duda es, ¿por qué esa gente no se va a vivir a los países que tanto admira y cuya ideología tan fervientemente defienden? Alfonso Cuarón reside en un país donde el petróleo no es de todos los estadounidenses ni del gobierno, sino del dueño del rancho de donde brotó. García Márquez optó por venir a vivir a México, no a Cuba o a su vecina Venezuela. Gente como Oliver Stone, Sean Penn o Dennis Rodman se ven muy bien cuando apoyan al dictador hereditario de Corea del Norte, pero por alguna razón prefieren regresar a su mansión en Malibú, a seguir expresando sus ideas.

Pero no es privativo de las grandes personalidades, desde luego. Resulta que siendo Estados Unidos un país donde hay muchísimos menos derechos laborales que en México… ¡los migrantes en busca de trabajo tradicionalmente han ido de acá hacia allá! A pesar de que en México los derechos de los trabajadores están plasmados en la mismísima constitución, y en Estados Unidos no tienen ni de cerca la misma jerarquía jurídica, algo habrá en los países más liberales que hace que sea posible prosperar más. Porque el caso de la migración de latinoamericanos a Estados Unidos se repite con gente de Europa del Este, África y Asia con rumbo a Europa Occidental.

El caso extremo, creo, es Cuba. El país se está vaciando a pasos agigantados, con gente dispuesta a arriesgar su vida subiéndose a balsas improvisadas con tal de llegar a suelo gringo. Berlín quedó como otro claro ejemplo.

Silvio Rodríguez, en su “Canción en Harapos”, hablaba sobre ese tema. Qué fácil es para alguien como Sean Penn hablar maravillas de regímenes dictatoriales desde la comodidad de su mansión, sabiendo que no va a ser perseguido por su opinión.

Pero bueno. Mientras tanto, le propongo algo a Cuarón. Mientras él siga en Estados Unidos y en lo que se le hace el debate con EPN, que únicamente compre gasolina para sus autos en las estaciones que yo le diga. Porque no es muy justo que él allá pueda ir a la gasolinera de la marca que quiera, pero pretenda retrasar la entrada en vigor de una ley que me pretende dar a mí ese mismo derecho de elección.