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El Dedo que no estará

by | Nov 27, 2019

Los que hemos usado el aeropuerto de Ciudad de México tenemos una opinión casi unánime: es una porquería en prácticamente  todos los aspectos. Hasta hace un año quedaba la esperanza de que se estaba construyendo su reemplazo definitivo, pero dijo AMLO que siempre no.
Mención especial dentro del desastre del AICM es la temida Sala 75. Ahí se concentran tantos vuelos que la tuvieron que partir en cuatro, y es caótica tanto arriba en el mostrador como abajo a la hora de abordar el autobús. Ahora pide Aeromexico estar 50 minutos antes ahí, en vez de los 20 normales.


Como ese aeropuerto deberá sobrevivir varias décadas más, según designios de la 4T, hace varios meses el gobierno decidió licitar una obra: el llamado Dedo L, que unirá a la T2 con los aviones que se ven más cercanos, a los que el bus tarda pocos segundos en llegar. La idea es que caminando vamos a llegar a esas nuevas salas de contacto, numeradas de la 75 a la 81, para evitar parte del caos actual. Más posiciones de contacto, menos viajes en bus y menos “su vuelo se aborda en la 75 C Autocar 9”.


Total que este gobierno licitó esa obra hace meses. Si han usado últimamente la T2 tal vez hayan notado que está en obras esa zona, y que su avión a veces queda estacionado cada vez más lejos, en rincones inhóspitos del aeropuerto. O que pasa una hora entre que el avión aterriza y se puede bajar.


El consorcio que ganó la licitación incluye a la empresa que hizo el Socavón Express en Cuernavaca. Ya no sé si es buena carta de presentación. Tal vez era una empresa maligna con EPN pero ya está purificada. Vayan ustedes a saber.


Pero el motivo de estás líneas es hablar de tiempos. La licitación daba al ganador la responsabilidad de entregarlo a finales de diciembre de este año.


Y pues… eso no va a pasar.


No, no soy arquitecto ni ingeniero ni experto en estructuras.


Pero es visible el avance. O más bien la falta de.


Este podría ser el escándalo que viene. En un aeropuerto al que ya no había necesidad de meterle dinero porque iba a ser reemplazado, el gobierno decide hacer una obra. Se la da a una constructora con pasado cuestionable. Y le da una fecha de entrega que no se va a cumplir. ¿Se acuerdan que la 4T señalaba que la Estela de Luz se entregó mucho tiempo después del previsto? Pues bienvenidos. No es lo mismo borracho que cantinero. 


Al final (siendo optimistas) tendremos un edificio “Dedo L” en la T2 hecho por un constructor cuestionado, que no estará listo en un mes como quería el gobierno. Habrá que revisar el tema de los sobrecostos que seguramente habrá.


Una pifia más.


P. D. Si quieren aderezar estas líneas con evidencia visual, pueden subir sus fotos de la obra. Es visible desde el aerotrén, desde la sala 75, desde los autocares de la T2 y de las salas 74 a 70. Si por curiosidad se asoman, díganme por favor si esa obra va a estar terminada en 30 días.