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Sochi y los Pretextos (11.02.14)

by | Feb 11, 2017

Sochi y los Pretextos

El tema del matrimonio entre personas del mismo sexo y los derechos de los homosexuales ha estado presente los últimos años. Algunas leyes absurdas en Sochi han puesto nuevamente el tema en las noticias, lo que en México se ha combinado con el rechazo de varios congresos locales a tocar el tema.

¿Por qué negarle a una parte de la población el derecho que otra parte sí tiene? Es absurdo. Varios pretextos se han intentado, repasemos algunos.

a) Es Antinatural. Primero habría que definir el tema. Hay animales que realizan sexo homosexual, y por otra parte la misma idea del matrimonio como contrato que confiere derechos y obligaciones no es que sea “de la naturaleza”. ¿No es “natural” porque no es mayoritario? Pues entonces tampoco es natural ser zurdo, tener los ojos claros, medir más de 1.90… Tampoco es natural usar anteojos, pintarse el pelo, usar pupilentes, extraerse el apéndice. La idea de lo “antinatural” es absurda en este caso.

b) En un matrimonio homosexual no se puede procrear. Cuando mencionan eso, más me queda claro que están poniendo pretextos. ¿O han escuchado a esas mismas personas exigir que no se puedan casar los hombres que ya se hicieron la vasectomía o mujeres con histerectomía? ¿O que una mujer no se pueda casar tras la menopausia? ¿O que las personas estériles no tengan el derecho de casarse? ¿O que nadie pueda decir “me caso, pero no quiero tener sexo con mi pareja”, o “usaremos métodos porque no queremos embarazarnos”? No. Hay 100 maneras de que una pareja no procree, pero nada más se pretende prohibir la unión de dos personas del mismo sexo.

c) “El matrimonio no se define así”. La ciudadanía tampoco se definía como lo hacemos ahora. En Grecia ser ciudadano era ser hombre, blanco, dueño de tierras. Esa definición cambió, afortunadamente. El derecho al voto actual en México no se define como hace 70 años. Se amplió primero para que las mujeres pudieran votar. Y qué bueno. Luego se amplió a los mayores de 18 años. Y qué bueno.

d) Aceptar el matrimonio homosexual implica devaluar el matrimonio heterosexual. En serio, mucha gente piensa (es un decir) eso. Hagan de cuenta que el matrimonio homosexual fuera obligatorio. ¿En qué le afecta a un heterosexual que los homosexuales se casen? Les platico algo: a mí no me afecta en nada. A mi matrimonio tampoco. Como tampoco me afecta que una mujer se case con un hombre por interés, o que un hombre se case con una mujer porque le gusten sus tobillos.

e) Y llegamos al pretexto que está detrás de todo. El religioso. En la Biblia dice que hay que castigar a los homosexuales, cierto. También es cierto que lo dice más o menos en la misma parte que reglamenta las violaciones, dice la manera de tratar a los esclavos o comenta claramente que una mujer no puede ser jefa de un hombre. Para la gente que está en contra del matrimonio homosexual por motivos religiosos, le tengo un consejo: si dios es omnipotente y está en contra del matrimonio homosexual, que cuando haga su juicio final mande al infierno a quien haya usado o apoyado ese derecho. Mientras, en este planeta, dejemos que todos tengan los mismos derechos.

Confío que en 30 o 40 años este tema esté completamente superado por lo menos en las leyes (como el tema de los negros o de las mujeres). Aún quedarán ancianos y ancianas prejuiciosos (como sigue habiendo racistas o personas que no consideran a las mujeres intelectualmente capaces), pero tendremos una sociedad con leyes más justas. Ya algunos países han puesto el ejemplo, en México ya unas entidades federativas (y el poder judicial vía amparos) han enmendado el error. Que siga Veracruz. Que siga Chiapas. Que sigan todos los demás.