Poco a poco empieza a conocerse el contenido de la llamada entre Trump y EPN, esa a la que nuestro Canciller Padawan Videgaray se refirió como “constructiva”.
No sabremos si Dolia Estévez tuvo fuentes mexicanas (como ella afirmó, yo no le creo) o, como parece más probable, fue beneficiaria de una filtración intencionada, al igual que ABC y CNN.
Así pasamos de una amenaza de invasión militar (versión Dolia) a un comentario como al aire, tal vez como una bromilla (versión CNN). Sin decir que la versión de CNN era 100% fiel, Videgaray comentó que era mucho más acercada a la realidad que la de Dolia.
Entonces las dos facciones de nuestra comentocracia tuvieron su momento: la prensa progre empezó, tras la revelación del dúo Aristegui – Estévez, a decir que EPN era un pusilánime que recibía amenazas y bajaba la cabeza, y vayan ustedes a saber qué concesiones estuvo dispuesto a hacer que acabarían con la soberanía nacional.
Y luego, el sector más cómodo con el oficialismo contraatacó: como siempre, la versión era un invento chairo, y era más creíble la versión CNN que la de Dolia. No hubo una amenaza de invasión sino apenas una oferta de ayuda. Vade retro, AMLO. Perdiste una, Epigmenio. Aquí no pasó nada, sigan todos con sus vidas.
¿En serio? ¿Es normal que un presidente le diga a un homólogo “tu ejército no ha hecho un buen trabajo, mis soldados pueden hacerlo mejor”? No sé si hay muchos otros antecedentes de países “ofreciendo” su ejército para realizar labores de seguridad pública y “noqueo” de ciudadanos del país vecino, operando desde dentro de ese país. Pero no recuerdo ninguno.
Queda claro que Trump no se refería a mandar soldados a su propia frontera, a lo que en todo caso tiene derecho. Queda claro que Trump no se refería a apoyo de inteligencia o acuerdos tipo Iniciativa Mérida, que con la auditoría ordenada en su Acción Ejecutiva más bien parece querer enterrar. No. Él habló de que soldados estadounidenses se hicieran cargo de algo que ni siquiera debería ser responsabilidad del ejército mexicano, que es el combate al crimen organizado.
Esa “oferta”, aunque no haya sido de amenaza, aunque no la haya dicho en tono golpeado, aunque no haya dejado a EPN balbuceando, es completamente anormal. Viola la Constitución Mexicana. Pondría a soldados estadounidenses bajo el mando de oficiales mexicanos, o viceversa. Si un soldado estadounidense rastrea hasta su casa y mata al peor criminal mexicano, ¿no sería lisa y llanamente un homicidio? ¿O el monopolio legal de la fuerza pasará a ser duopolio estado mexicano – ejército estadounidense? ¿Estarán los soldados estadounidenses sujetos a las leyes y códigos castrenses mexicanos? No se necesita rascarle mucho para darse cuenta de que no es normal, lo diga Trump como lo diga, esa propuesta. Si Videgaray llama a eso “diálogo constructivo” y la prensa apaciblemente dice “aquí no hay nada que ver”, creo que no estamos entendiendo que no entendemos.
Si el problema del tráfico de personas, armas, drogas y contrabando es binacional, desde luego que hay que buscar opciones bilaterales. La cooperación entre vecinos y socios comerciales debería ser muy alta, en beneficio de ambos. Obviamente hay muchas cosas que podrían hacerse mejor, y está en el mayor interés de México tener la mejor relación posible con Estados Unidos.
Pero no, no es normal una amenaza de mandar a un ejército a hacer funciones de policía a otro país. No es normal calificar una llamada en donde se hace ese comentario como “constructiva”. Y no es normal que buena parte de la prensa diga “sí dijo lo de las tropas pero fue tan suavecito que casi ni se notó”. No.
A mí me preocupa mucho que Trump, una persona con profundos sentimientos antimexicanos, sea presidente de Estados Unidos. Y me preocupa más que sea EPN quien tenga que negociar con él, desde el lado mexicano. Si su principal referencia diplomática es el Canciller Padawan Videgaray, quien se muestra más afectuoso con Trump que Melania, pues ya entonces la preocupación se torna angustia.
No, EPN. No, Canciller Padawan. No, prensa alineada. No es normal.