Select Page

Equipo Escéptico (15.4.2014)

by | Abr 15, 2017

Equipo Escéptico

Por un lado, muchas personas afirman tener (y creo que todos conocemos a más de uno) la capacidad de prever sucesos futuros, percibir almas en pena, tener un sexto sentido. Brujitas, videntes, gente que dice que algún dios, demonio, ángel, ser primordial o el universo les dice qué es lo que va a pasar. Gente que afirma saber leer horóscopos, cartas astrales, tarot, asientos de taza de café, que es médium. No faltan historias de casas embrujadas, sueños premonitorios, profecías cumpldas (“¿ya ves? Te dije que soñé con que el Bayern Munich le iba a ganar a Alebrijes de Oaxaca y así fue”).

No es una tradición nueva. Al contrario, la muy avanzada Roma de hace 2000 años ponía a sus sabios adivinadores a leer en las entrañas de las aves (no había mucha cultura de protección de derechos de los animales en esa época). Todas las religiones dicen haber tenido sus profetas, los únicos verdaderos. El Oráculo de Delfos era consultado porque sabía el futuro. Y aunque muchos hemos leído a Nostradamus y nos da risa que no haga una profecía específica (es curioso que siempre haya que buscarle un contexto porque a pesar de que en teoría conocía el futuro, le encantaba escribir de una manera más ininteligible que la de los filósofos deconstructivistas) y que sin embargo mucha gente le cree.

Cada que un año está por terminar, en la televisión, revistas, páginas de Internet y redes sociales los que claman tener poderes más allá de lo evidente se erigen en profetas modernos que dicen lo que pasará al año siguiente, con frases tan generales como “un líder político morirá”, “una pareja del medio del espectáculo se divorciará” y “una actriz tendrá un hijo”. Genios. Y más de uno de sus seguidores dirá “oye, pues sí se murió el político X, esa vidente tiene poderes en verdad”. Yo los escucho, veo que el líder político tenía 98 años (más cáncer y era líder político en Camerún), y suspiro ante la credulidad de la gente.

Pero por otro lado hay gente como James Randi. Él empezó un desafío hace ya alguna décadas: a quien probara poderes sobrenaturales él le daba 10,000 dólares. Por medio de conferencias, donaciones y eventos de recaudación de fondos, el premio ahora supera el millón de dólares.

El reto es muy sencillo. A quien pruebe tener habilidades sobrenaturales, en condiciones controladas previamente acordadas por ambas partes, se le entrega el millón de dólares. ¿Dices que con hablar con alguien sabes de qué signo zodiacal es? Pruébalo. Que te pongan 100 desconocidos, hazles las preguntas que quieras (excepto fecha de nacimiento y signo zodiacal, obviamente), agrúpalos en sus respectivos signos sin equivocarte y te llevas un millón de dólares a tu casa. ¿San Judas Tadeo escucha tus oraciones sobre los resultados del futbol? Perfecto, anota todos los marcadores que vaya a haber en cada partido de las 20 siguientes semanas de la Liga Peruana de Futbol, y si le atinas te llevas tu milloncito. ¿Percibes entes en casas en donde ha habido asesinatos? De acuerdo, en un tour por Tegucigalpa señalas 15 casas en donde tengas esa “sensación”, y si en ellas ha habido asesinatos, pues ¡felicidades!, ya eres millonario en dólares.

¿Y qué creen? Que nadie se ha ganado el premio. No han pasado ni siquiera del test previo, convenido entre el brujito y la fundación.

Los pretextos de los “videntes” que han sido expresamente invitados al reto son absurdos. Van desde “mi poder se interrumpe cuando hay dinero de por medio porque el demonio que me ilumina es muy austero y no quiere ayudarme cuando hay lana”, pasando por “es que en un lugar donde hay escépticos la Virgen de Copoya no se puede aparecer” y terminando con “pues es que en realidad mis poderes a veces funcionan y a veces no”, lo que equivale a decir que en realidad no hay tal poder.

Desde luego, no es necesario agregar que si los videntes desconfían de la James Randi Educational Foundation (JREF), siempre pueden demostrar su poder adivinatorio ganando el MELATE (o equivalentes) durante 20 semanas seguidas en 10 países diferentes. O predecir vía rezos, bolas de cristal, varitas mágicas, voces en sueños, invocaciones a Lucifer, visualización del aura o cualquier método que gusten los resultados de todas las carreras de caballos de 15 hipódromos diferentes. Con eso ganarían mucho más que el millón de dólares que ofrece James Randi y demostrarían su maravilloso poder.

Yo soy de los escépticos, de los que cree que no existen esos poderes sobrenaturales. Pero si alguno de los que me está leyendo cree tenerlos, o dice conocer a quien los tenga, y además piensa que un millón de dólares no les caería mal (si son adivinadores altruistas no importa, pueden cobrar el premio y donarlo a su asociación filantrópica preferida o regalarlo a los niños que limpian parabrisas en las esquinas), no duden en contactar a la JREF.

Imaginen lo que lograrían: tener el millón de dólares, y callarnos la boca a los escépticos incrédulos, hombres y mujeres de poca fe. ¿Algún voluntario?