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Tacos de 30,000 pesos

by | May 15, 2018

Hace algunos años, Andy George (a quien le robo la idea del título de esto) quiso averiguar qué pasa si esa idea buenaondita de producir los propios alimentos se aplicaba a un simple sándwich de pollo.

La idea era participar en todo el proceso. Sembrar el trigo para hacer pan, ordeñar a la vaca para obtener leche y de ahí queso, cosechar la lechuga y el tomate… el resultado fue el que se podría esperar:

1. Se tardó seis meses en hacer su sándwich.
2. Le costó 1,500 dólares, con todo y que se permitió muchos atajos (no tuvo que ir al mar por sal, lo que habría elevado aún más el precio).
3. El sándwich quedó horrible.

La conclusión es obvia: tratar de participar en todas las facetas de la producción uno mismo es una pésima idea. Millones de personas desconocidas entre ellos participan cada día en hacer lo necesario para producir sándwiches de pollo al 0.01% de lo que le costó a Andy. Y es que zapatero a tus zapatos, ¿no? Es obvio.

Pero pues… no. Lo que Andy demostró que era absurdo, Andrés Manuel lo quiere implementar en México.

Su propuesta no tiene pies ni cabeza. Empieza diciendo que propone que México produzca todo lo que consume “para evitar fuga de divisas”. Pero… México es superavitario en temas agropecuarios. Eso quiere decir que entran más divisas que las que salen. Si cerramos esa llave y dejamos de exportar e importar libremente, pues ese superávit se vuelve cero. Entonces la solución de AMLO para atacar un problema que no existe (“fuga de divisas”) es impedir que entren miles de millones de dólares de divisas.

Luego viene el tema de la libertad. Claro, los maromeros de AMLO se burlan diciendo “que no se preocupen los ricos que van a seguir pudiendo importar caviar ruso y champaña francesa”. Ese no es el tema. El tema se da del lado de consumidores y productores a nivel más terrenal.

¿Quién en el gobierno será el encargado de decir “el año siguiente se consumirán x toneladas de maíz entonces tendremos que producir x toneladas de maíz”? ¿Y si se equivoca? ¿Y si cambiamos hábitos alimenticios? ¿Y si hay sequías, plagas?

Del lado del campesino, ¿quién le va a decir a los aguacateros que producen aguacates de más y que deben dejar eso para mejor sembrar maíz porque eso lo importamos? ¿Que aguacatero tendrá permiso de seguir haciendo aguacates y cuál tendrá que emigrar al maíz? ¿O será por porcentaje a base de decretos? ¿”Por cada hectárea de aguacate a partir del año siguiente se tendrá que apartar el 16.71% para sembrar maíz amarillo”? En este mismo ejemplo, si sube la demanda de aguacate en el mundo, ¿AMLO irá a convencer al aguacatero de ceñirse a la orden de producir maíz? “No seas ridículo. Nadie va a obligar a nadie a sembrar lo que no quiere. Se usarán tierras ociosas”. ¿De verdad estamos dispuestos a deforestar por sembrar maicito? ¿Cuántas hectáreas de bosques y selvas hay que tumbar para resolver el no-problema de la “fuga de divisas”?

El tema es tan absurdo que salen con el argumento de la “seguridad alimentaria”. Con ese, digamos, argumento, quieren asustar. ¿”Qué pasaría si tienes dinero para importar alimentos pero ninguno de los 200 países del mundo te quiere vender”? ¿Recuerdan ustedes cuando se dio ese caso?

Yo tampoco.

Con ese argumento de la seguridad alimentaria yo creo que los ricos del mundo están angustiados y los ejidatarios de la sierra, felices. ¡Qué tranquilos andan Slim, Bill Gates y Elon Musk sin saber que tal vez mañana mueran de hambre porque no producen comida! ¡Qué privilegiados en cambio los que tienen su parcelita!

El sector primario de la economía es en proporción cada vez más pequeño y eso no va a cambiar. Una persona pobre gasta un muy alto porcentaje de sus ingresos en obtener comida. Pero a medida que los ingresos aumentan, esa proporción va bajando. Eso es evidente no solo en los países desarrollados sino también en México y similares.

Si AMLO aplica su política de autoconsumo tendremos una peor balanza comercial, menos libertad de productores y consumidores, un desastre ambiental y un incremento brutal en precios (salvo que alguien diga que México es mejor haciendo cada producto alimenticio que se genera en el planeta que cualquier otro país). A cambio de eso solo tendríamos una falacia de seguridad alimentaria por si todos los productores de todos los países del mundo deciden levantarse un día y decir “no quiero el cochino dinero de los mexicanos entonces no les voy a vender mi producto”.

En México hay dos campos (en general. Obvio hay excepciones). El del norte que es próspero, tecnificado, especializado, con seguridad en la tenencia de la tierra y con valor agregado; y el del sur que es lo opuesto. Hay que hacer políticas públicas que emparejen ambas realidades, lo que además al subir la demanda de mano de obra (hoy en general un agricultor del norte puede emplear gente pero uno del sur no) incrementa los salarios de los trabajadores del campo.

Si nos empeñamos en producir todo lo que consumimos no llegaremos a tener tacos de 30,000 pesos (el equivalente a ese sándwich de 1,500 dólares). Pero si tendremos comida más cara, los consumidores menos opciones y los productores menos libertad.

Todos los países, hasta México, tienen programas públicos de ayuda al campo. Pero ningún país produce todo lo que consume.

Hagamos políticas inteligentes para ayudar a los campesinos pobres.

Dije inteligentes, AMLO. No regresar 30 siglos el reloj de la especialización del trabajo.