Tasa de reemplazo
No pretendo decir que todo tiempo pasado fue mejor. Pero ante la muerte de José Emilio Pacheco me puse a reflexionar sobre la literatura mexicana.
Lo primero que me vino a la mente es que en mi opinión no se está generando el talento necesario para reemplazar a los que se están yendo.
Escritores como Octavio Paz, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Jaime Sabines nos han dejado en los últimos años. Además, México fue imán de varios escritores que hicieron aquí parte de su vida y obra, como Juan Gelman, Alejandro Rossi, Eliseo Alberto o Augusto Monterroso.
¿Quiénes quedan de la vieja guardia? Hay varios nombres de trayectorias muy disímbolas, como José Agustín, Fernando del Paso, Vicente Leñero y Sergio Pitol. Pero es poco realista pensar que lo mejor de sus plumas está por venir.
Roberto Bolaño (lo cuento como mexicano por la misma razón por la que podría poner a Monterroso como tal) falleció prematuramente. Los viejos opinan que es un escritor sobrevaluado, en algunos jóvenes provocó un efecto similar al de Rayuela con su “2666” o sus “Detectives Salvajes”. En cualquier caso, corrió la misma suerte del que para mí era el escritor que podía llegar a equipararse con los arriba mencionados, Daniel Sada. Jorge Volpi no se murió, pero tras una espléndida primera novela se ha ido apagando.
No digo que no haya talento en las letras mexicanas contemporáneas, desde luego no he leído a todos ni quiero erigirme en juez crítico. Hay escritores interesantes como Guillermo Fadanelli, Julián Herbert, Juan Villoro y tal vez el más famoso de ellos, Xavier Velasco. Sin embargo, no creo que ninguno de los tres tenga el talento suficiente para llenar el lugar de los anteriores. Desde luego cada quién tendrá su estilo, pero así como Octavio Paz puede equipararse a Alfonso Reyes, no veo a esta generación tomando el relevo de la anterior. Xavier Velasco me cae bien, su modo de escribir es muy agradable, pero por ejemplo para mí “Diablo Guardián” es la fusión entre “Las Travesuras de la Niña Mala” de Vargas Llosa por un lado y “De Perfil” de José Agustín por el otro (salpimentado con “Un Hilito de Sangre” de Eusebio Ruvalcaba, que a su vez es hijo directo de “De Perfil”).
Creo que el lugar de Monsi o Dehesa en la crónica sí tiene dignos herederos. También editorialistas como Granados Chapa están bien representados, en mi opinión. Pero creo que en novelistas, cuentistas y poetas nos estamos quedando cortos en la tasa de reemplazo. No creo que en las últimas décadas se haya escrito una novela de largo aliento de la calidad de “La Región Más transparente”. No veo a un mexicano ganando en 20 años un Premio Nobel de Literatura, como Octavio Paz. Además, ¿qué escritor mexicano podría tener su poder de convocatoria hoy para hacer algo estilo “La Experiencia de la Libertad”? Uno de los directores más famosos del cine mexicano de hace un par de décadas, Jaime Humberto Hermosillo, usó en su película “Amor Libre” fragmentos de Jaime Sabines. ¿Hoy qué poeta usarían los directores? Yo, que tuve la oportunidad de irlo a ver a sus recitales en Bellas Artes o la UNAM, aparte de recordarlo con mucha emoción, me pregunto qué poeta actual abarrotaría esos recintos, donde literalmente miles de personas escuchaban con admiración varios de sus poemas menos conocidos, y declamaban como si fuera canción pop algunos de los más famosos.
Antes de recibir sus reclamos, aclaro: hablo de mi opinión personal. En estas líneas hay muchísimas omisiones y deseo equivocarme. He disfrutado mucho la literatura mexicana, y prefiero pensar que lo mejor está por venir. Pero tengo mis dudas.