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Mi hijo menor y la servilleta sucia (15.01.2013)

Como cada lunes, me encontraba pensando en qué escribir en Facebook. Los candidatos punteros eran 1) lo ilógico de las peticiones de personas absolutamente ajenas a Harvard para que dicha universidad no contrate a Calderón, enfatizando el extremo al que llegaron Javier Sicilia y Sergio Aguayo de EXIGIR a Harvard que por escrito les respondiera las razones de la contratación; y 2) los amparos promovidos por SNTE y CNTE (que resulta que dice mi mamá que siempre no son tan diferentes entre ellos, oh sorpresa) contra la Reforma Educativa porque eso de ser evaluados como el resto de los mortales como que no se les da.

Pero en la mañana mi hijo de 3 años se tomó la leche y le quedaron bigotes blancos. Le di una servilleta y se limpió. Luego me la dio, sucia y arrugada, y me dijo: “úsala, papi. Así va a ser como si yo te hubiera dado un beso”.

Y como me hizo el día, “mi hijo menor y la servilleta sucia” es mi comentario el día de hoy.

“EPN: Agarra al dólar, al Chapo qué” (12.01.16)

“EPN: Agarra al dólar, al Chapo qué”
(O de cómo no entendemos que no entendemos).

Para este artículo quiero hacer tres aclaraciones.

La primera es que no estoy defendiendo a EPN ni a Videgaray. Detesto al PRI, partido por el que nunca he votado ni votaré. Usaré datos duros, verificables, para tratar de hacer un punto.

Ha estado circulando en redes sociales una carta que la verdad es que no he terminado de leer porque es absurda. Empieza diciendo algo así como “EPN, no agarres al Chapo, mejor súbeme el sueldo”. Para mi tristeza, mucha gente la ha compartido. ¿Neta? ¿El presidente de un país subiendo sueldos por decreto? ¿De verdad creen que así funciona? Qué tontos todos los gobernantes del mundo, con que nos pagaran a todos un millón de dólares al mes se termina la pobreza. ¡Qué lista la autora de la carta! (Nota a los que compartieron esa carta: estoy siendo sarcástico). Desgraciadamente en México seguimos queriendo al Tlatoani todopoderoso que tenga al petróleo arriba, al tipo de cambio abajo, al Chapo adentro y al Chicharito ganando el Balón de Oro. El PRI siempre se ha aprovechado de ese populismo, AMLO desde luego no se queda atrás, y también el PAN se ha subido al vagón del paternalismo que tan bien vende en este país que añora a Papá Gobierno.

Esa misma carta, junto con los conspiranoicos de las cortinas de humo, tiene otra petición: que EPN en vez de atrapar al Chapo, atrape al tipo de cambio que está subiendo. Ese comentario, que es igual de absurdo que el de “súbeme el sueldo”, me trae como reflexión que si EPN no entiende que no entiende, en general los mexicanos no entendemos que no entendemos (o nos gusta la mala vida).

En México ya hemos tenido experiencias con presidentes que intentan manejar por decreto el valor de nuestro tipo de cambio. ¿Cuál fue el último presidente mexicano que quiso “detener” al tipo de cambio con una política de intervención directa, vía bandas de flotación? ¿Lo recuerdan? Les platico: se llamaba Carlos Salinas de Gortari, fijó el tipo de cambio porque ni modo que permitiera que se le devaluara… y terminó en el Error de Diciembre que la mayoría de nosotros recordamos y los que no, no importa que no se acuerden: siguen pagando deudas generadas en esa época.

A partir de esa época, hemos tenido cuatro presidentes (dos del PRI, dos del PAN) que en términos generales han dejado una libre flotación, ayudados por un Banco de México que ha sido autónomo y en términos generales, muy efectivo.

Pero esa libre flotación ha provocado, ciertamente, que llevemos prácticamente año y medio con depreciación del peso (coincide con cuando me mudé a Suiza, aunque le declararía a Sean Penn o a cualquier otro buscador de exclusivas que no fue mi culpa).

Entonces, a pesar de esta depreciación del tipo de cambio (dado que es libre no se usa “devaluación” sino “depreciación”), lo mejor que puede hacer el gobierno de EPN a este respecto es no hacer nada.

Hago otra aclaración: No estoy defendiendo a EPN ni a Videgaray. Detesto al PRI, partido por el que nunca he votado ni votaré. Usaré datos duros, verificables, para tratar de hacer un punto.

¿Debiera EPN defender, como hizo Salinas, al tipo de cambio? ¿Son válidos los ejemplos que nos ponen nuestros progres sobre las maravillas de los países socialistas de América del Sur, cuyos gobiernos valientes no se arrodillan ante el imperio, no ceden ante los mercados voraces, y mantienen un control férreo de las variables?

Vamos a ver, con un poco de perspectiva.

En México, donde ni Fox ni Calderón ni EPN han fijado un tipo de cambio, desde el 2000 para acá hemos pasado de $10 por dólar a $18. Un 80% de depreciación, desde luego no es agradable. Claro, pinche gobierno inútil cortinas de humo estaríamos mejor con López Obrador #NosFaltan43.

¿Qué ha pasado con Argentina, donde la pareja Kirchner-Fernández rigió la mayor parte de ese mismo periodo, con socialismo responsable y peleándose contra los malditos hambreadores de Wall Street? Pues que su tipo de cambio pasó de 1 en el 2000 (porque igual que la que escribió la carta arriba citada, si un presidente nos puede subir el sueldo a todos, pues de una vez que haga que nuestra moneda valga lo mismo que el dólar, ¿no? Dah). Pero el tipo de cambio ya no está 1 a 1. Está 13.54 a 1. No hace falta ser Pitágoras para notar que la moneda argentina se ha desplomado “un poquitititito más” que la mexicana. Un 80% es feo, pero un 1254% cala más. Ahí está el resultado de la intervención gubernamental, sin contar con todos los problemas que ocasionó la restricción en el mercado cambiario, que los que vivimos en tiempos de López Portillo o Miguel de la Madrid conocimos perfectamente.

Pero como sabemos, no es Argentina el principal modelo del zurderío. No. Es la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. A ellos no hay Fondos Monetarios Internacionales o bancos de inversión que le hagan mella. No, señor. Ellos defienden a su pueblo. Y entonces su moneda en el 2000 estaba en… déjenme ver… debe estar mal el dato. En cambio ahora el tipo de cambio libre está en… no puede ser… es como si en México el tipo de cambio se hubiera multiplicado por 1.8, en Argentina por 13.54 y en Venezuela por… ah, caray… me sale como que hay que multiplicar por más de 500 el tipo de cambio de Venezuela en 2000 para llegar al actual. Y eso si se puede acceder a dólares, porque es en el mercado negro porque el “mercado del gobierno” en realidad es inoperante.

Bueno. México no ha hecho en este milenio nada por su tipo de cambio, y le ha ido mucho mejor (o mucho menos mal, como gusten) que a Argentina y Venezuela (también nos ha ido mejor que Brasil, aunque no incluí sus datos). Parece que no hacer nada por el tipo de cambio no es una mala estrategia.

Paradojas de la incongruencia progre: odian a EPN pero le quieren dejar el 100% del control de PEMEX. Le dicen inútil pero creen que agarra al Chapo cuando se le antoje. Creen que todo lo hace mal, pero quieren que meta mano en el tipo de cambio.

No entendemos que no entendemos.

Cierro con una tercera y última aclaración: No estoy defendiendo a EPN ni a Videgaray. Detesto al PRI, partido por el que nunca he votado ni votaré. Usé datos duros, verificables, para tratar de hacer un punto.

Diario de un Canciller Padawan

Diario de un Canciller Padawan

Día Cero: Por fin regreso al gabinete. No es que Enrique no me escuchara estos meses pero el glamour es el glamour. Inciarè con el pie derecho: ¡diré que no sé ni madres! Seguro la gente aplaudirá mi proverbial humildad.

Día Uno: Pinshi gente resentida. No les gustó lo del aprendizaje y me están criticando mucho. Pero a ver: soy muy amigo del presidente y soy el que tengo contacto con el yerno de Trump. EPN me TENÍA que elegir a MÍ. ¿Pues qué hubieran hecho ustedes?

Día Dos: Satisfecho por los progresos obtenidos. Ya sé cómo se llama mi secretaria y sé dónde está el apagador de la oficina. Ah, y otro paso más: aprendí que la E de SRE es por Exteriores, no Embajadores. Jajajaja. Lo bueno es que no urge tener a un canciller preparado porque no hay amenazas inminentes que vengan del exterior.

Día Tres: Ya me dio flojera esto. ¿No habrá una sede cerca de Malinalco? Mejor regrésenme a Hacienda… una vez que Pepe apague los incendios del gasolinazo.

Día Cuatro: Estuve analizando a Trump y me di cuenta de que su reality show se llamó “El Aprendiz”. Yo creo que vamos a hacer mucha química por esa casualidad. Él será como mi jefe (sin agraviar a los presentes, Enrique) y yo trataré de agarrarle el modo sin salir muy raspado.

[No se pierdan los siguientes capítulos de El Canciller Padawan en su canal PÁNICO]

The Man Who Wasn’t There (6.1.15)

The Man Who Wasn’t There

Una de las películas que más me gustan de los Hermanos Coen se llama “The Man Who Wasn’t There”. El guión es excelente, la actuación de Billy Bob Thornton es soberbia y pues… sale Scarlett Johansson.

Pero no, no voy a hacerla de crítico de cine. Es que al ver los desatinos de EPN desde hace algunos meses, y dado que está en Estados Unidos, recordé el título de la película y se me hizo muy ad hoc a la situación actual de su mandato.

Su gobierno tiene cáncer, pero sigue recetando curitas en formas de decálogos o heptálogos. Escribe que en México no hay espacio para la impunidad y se escuchan risas en las casas de Romero Deschamps, Fidel, Moreira, Montiel, Marín, Ulises, Murat, Sabines y sí, hasta en las casas HIGA. Dice que las cosas no pueden seguir igual pero sigue haciendo las cosas igual (que alguien le explique, por piedad).

Y como en toda buena farsa, la cereza del pastel: en año electoral y sin existir aún las nuevas cadenas de TV, se pone a regalar televisiones. Como si eso fuera lo que necesitaran los más pobres. Como si ver tele generara empleos o educara. ¿Que critican la cercanía de EPN con TELEVISA? Pues EPN responde con dos actos: le dice a Azcárraga en público que “los mexicanos estamos orgullosos” de su empresa (incluso EPN debiera saber que esa generalización es falsa) y luego regala teles en algo que beneficia en primerísimo lugar a la televisora con más rating que, oh sorpresa, es TELEVISA. Si le sumamos su aspecto demacrado, la pobre producción del regañPerdón, de la explicación de su esposa y ahora del mensaje de año nuevo, y la opinión que permea dentro y fuera de México de que el suyo es un gobierno que no es capaz de salirse un ápice de su partitura aunque ya haya cambiado la sinfonía, pues regreso al título de estas líneas. EPN is the man who wasn’t there.

Parafraseando otra película de los Coen, O 2018 where art thou?