Como cada lunes, me encontraba pensando en qué escribir en Facebook. Los candidatos punteros eran 1) lo ilógico de las peticiones de personas absolutamente ajenas a Harvard para que dicha universidad no contrate a Calderón, enfatizando el extremo al que llegaron Javier Sicilia y Sergio Aguayo de EXIGIR a Harvard que por escrito les respondiera las razones de la contratación; y 2) los amparos promovidos por SNTE y CNTE (que resulta que dice mi mamá que siempre no son tan diferentes entre ellos, oh sorpresa) contra la Reforma Educativa porque eso de ser evaluados como el resto de los mortales como que no se les da.
Pero en la mañana mi hijo de 3 años se tomó la leche y le quedaron bigotes blancos. Le di una servilleta y se limpió. Luego me la dio, sucia y arrugada, y me dijo: “úsala, papi. Así va a ser como si yo te hubiera dado un beso”.
Y como me hizo el día, “mi hijo menor y la servilleta sucia” es mi comentario el día de hoy.