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“Lo que falta es amor por México” (8.10.2013)

by | Oct 8, 2016

Muchas veces he leído en las últimas semanas que algo muy importante que nos falta es “amor por México”. Aunque ya terminó el mes patrio, varios han identificado el problema que tiene nuestro país, y es que la gente no quiere lo suficiente a su patria.

Esa idea suena hermosa, evocadora, poderosa… y en mi opinión es falsa. Lo que necesitamos es que cada uno de nosotros hagamos lo que nos toca (trabajar, estudiar, dirigir, gobernar, legislar, enseñar, construir, curar) dentro de la ley.

Pensemos en un doctor. ¿Nos sirve que así, como entelequia, tenga “amor por México”? En realidad lo que sus pacientes esperan es que sepa lo que hace, cobre lo justo, no quiera abusar de los pacientes, pague sus impuestos. Si quiere o no a México, ¿hace diferencia? En realidad cuando el doctor hace bien su trabajo está mejorando a su país, de una manera concreta y que está en sus manos. Pensemos que ese buen doctor es nicaragüense. Si ama a su país pero cura a gente en México, nos está ayudando aunque el himno que cante sea el de Nicaragua.

Mucha gente confunde, en mi opinión, el hacer lo que nos toca con el egoísmo. Aunque a mí me gusta ayudar a gente que no conozco, mi principal responsabilidad es que mi esposa y mis hijos estén bien. Para lograrlo, debo darle a la empresa que me paga los resultados que de mí espera. Para ello, debo darle un buen servicio a mis clientes. Es un pequeñísimo eslabón. Pero si lo hago bien, estoy contribuyendo al conjunto.

Creo en la frase de Borges, “El Patriotismo es la Menos Perspicaz de las Pasiones”. Creer que México es el mejor país del mundo porque YO nací en él. Lo raro es que los búlgaros no se den cuenta de que México es lo máximo y piensen en cambio que Bulgaria es un gran país…

Al final, si hacemos lo que nos toca, dentro de la ley, el “amar a México” no es dañino pero sí irrelevante. Puede ser pernicioso cuando dejamos de hacer lo nuestro para quedarnos en utopías, pensamientos bonitos, pero sin sustento en la realidad.

Tratemos de influir en los gobernantes, políticos, legisladores. De que ellos hagan lo que les toca con honestidad depende una parte del progreso de México. Pero la mayor parte depende de cada uno de nosotros, desde nuestra trinchera. No debe ser motivo de pena decir “yo tengo mi negocio porque quiero hacerme multimillonario y comprar un Ferrari”. Si lo haces de forma honesta, crearás empleos, darás productos y servicios, pagarás impuestos, y harás muy feliz al vendedor de la agencia de Ferrari. De ese “egoísta” modo harás más que un maestro que no da clases porque, “en beneficio de todos”, protesta contra la Reforma Energética o el IVA al Dog Chow.

Desde luego se puede protestar, tratar de influir, expresar opiniones, manifestarse. Pero sin olvidar que nuestro principal aporte es hacer lo que nos toca.

Ya si lo hacen “con mucho amor a México” o con “poquito amor a México” sale, en mi opinión, sobrando.