AMLO se empeñó en hacer una refinería. Tomó los estudios que le dejó Calderón y sobre eso emitió su dictamen: la refinería debía estar en 3 años y costar 8 mil millones de dólares. ¿Por qué? Porque a él eso se le antojó.
Se volteó con PEMEX.
-Oigan, ¿quiénes aquí son expertos en hacer refinerías?
-Újule, mi presi. Se jubilaron hace 20 años.
Entonces AMLO no vio otra salida que encargarle la obra a terceros que sí sabían hacer la chamba.
Entonces hizo una licitación pública transparente.
(No es cierto, es broma).
Lo que hizo fue seleccionar a cuatro y solo cuatro empresas y ponerlas a concursar.
¿Por qué solo 4? Porque se le antojó.
¿Por qué precisamente esas 4? Vean respuesta a la pregunta previa.
Entonces le dijo a los 4 “quiero esto aquí, en este tiempo y con este costo máximo”.
La empresa 1 hizo números y dijo “esta obra es imposible que quede en este tiempo y este costo. No le entro”.
La empresa 2 dijo a su vez “esta obra es imposible que quede en este tiempo y este costo. No le entro”.
La empresa 3 dijo básicamente lo mismo. Gracias pero no gracias.
En cambio la empresa 4… no. En cambio nada. La 4 dijo lo mismo. Los números no daban.
Total, que las 4 empresas seleccionadas con bombo y platillo por AMLO le dijeron que estaba proponiendo una locura.
Fíjense bien, las 4 RECHAZARON un contrato de 8 MIL MILLONES DE DÓLARES.
¿Qué hace una persona sensata? Se regresa a correr números, se asesora, escucha a los expertos.
¿Qué hizo Tirano Ganseras? Dijo “pues las 4 empresas que yo seleccioné por eatar dentro de las principales constructoras de refinerías no saben hacer efinerías. El que sabe soy yo”.
Esa es la calidad de pensamiento por el que 30 millobes votaron. Literalmente la mentalidad del borracho en sentido contrario en Periférico.
Entonces AMLO dijo “la obra la va a hacer PEMEX”. Sí, el mismo PEMEX que AMLO sabía que no tenía la capacidad para hacer una refinería.
Entonces se la encargó a Nahle (pequeño truco para no afectar el presupuesto de PEMEX). Y como Nahle no temía ni la más remota idea pues… fue dándole contratos a empresas privadas que sí sabían del tema (y de paso algún contratillo por ahí para los compadres porque por qué no).
Total que las empresas privadas no se quedaron con el contrato completo de la obra pero sí están haciendo Dos Bocas pedazo a pedazo.
¿Se acuerdan que las 4 empresas elegidas por AMLO decían que la obra no iba a estar lista en 3 años ni iba a costar 8 mil millones de dólares?
Pues tenían razón. La obra costará el doble y no va a refinar ni una gota en lo que queda del año.
Alrededor de 160 mil millones de pesos de sobreprecio y contando.
¿Le va a pegar a la popularidad de AMLO? No por lo pronto.
Él inaugurará una obra negra improductiva. ¿Y qué?
La gente le va a aplaudir. Como en el CHAFA.
Su popularidad va a subir. Como con el CHAFA.
Que esas dos obras no sirvan y tengan esos sobrecostos, cosa que todos los expertos advirtieron desde 2018, sería desastroso para un político en un país con una sociedad civil atenta.
Pero AMLO gobierna México.
Y en México relato mata dato.