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Ana Lucía Quiere ser Doctora

by | Feb 24, 2020

Ana Lucía Quiere ser Doctora

Ana Lucía es una encantadora niña de tres años. Platica mucho, se ríe, corre, juega. Y tiene un juguete que lleva a todos lados: es un estuche de médico.

Mi familia y yo conocimos a Ana Lucía el sábado pasado, junto con Walter, su papá. Ana Lucía usó su botiquín para tomarle la temperatura a mis hijos. Analizó sus oídos, usó el estetoscopio y pues… los inyectó para curarlos. El estuche tiene también un teléfono celular para que la futura doctora esté pendiente de lo que pasa en el hospital.

Cuando nos despedimos de Ana Lucía, ella se resistió. Quería que fuéramos a comer juntos (sugirió McDonald’s), quería subirse al scooter / patinete / patín del diablo que mis hijos le regalaron, quería que la acompañáramos a que su papá le comprara un globo.

Ana Lucía quiere ser doctora. Para ello tiene que seguir muchos pasos. Debe egresar de la Escuela de Medicina, antes debe terminar la preparatoria, la secundaria… es un camino largo.

Pero Ana Lucía tiene leucemia. El primer paso es que ella se recupere.

El caso de Ana Lucía es conocido por algunos. El periodista Héctor de Mauleón hizo una excelente crónica del caso, que se comentó mucho en redes sociales y que le valió a De Mauleón su enésimo linchamiento desde el púlpito de Las Mañaneras, y en las hordas de redes sociales. Para hacer el cuento corto, en México a Ana Lucía no le dieron el tratamiento de la calidad adecuada, con los medicamentos necesarios. Después de que Ana Lucía tuvo recaídas por el mal tratamiento, el paso siguiente fue dejar de tener acceso del todo.

“Yo no podía quedarme cruzado de brazos a esperar que se muriera mi hija”, nos comentó el sábado su papá a mi esposa y a mí, en lo que Ana Lucía auscultaba e inyectaba a mis hijos. Dado que Walter tiene nacionalidad suiza, ellos dos tuvieron que abandonar México para buscar en Suiza el tratamiento adecuado. En uno de los primeros contrastes, el mismo día que aterrizaron en Zürich tuvieron la primera consulta de Ana Lucía. Y ya tuvo la primera de las quimioterapias que permanecieron suspendidas en México por meses en lo que el gobierno actual se decidía entre echarle la culpa del desabasto a Calderón, las farmacéuticas, la Mafia del Poder, los conservadores, la prensa fifí o el neoliberalismo.

La mamá de Ana Lucía se quedó en Cuautla. La idea es que eventualmente pueda reunirse con su familia en Suiza. Pero la situación económica de ellos, como es obvio, no es la mejor ahora. Ya habían tenido que cerrar un negocio porque los malos los llegaron a extorsionar, mucho del tratamiento de cuando estuvieron en México lo tuvieron que pagar de su bolsa, tuvieron que estar algunos meses en Ciudad de México en vez de en Cuautla. Y dada la condición de Ana Lucía, su papá no la puede dejar sola ahora. Ella brinca, escala, corre, juega, lo cual llena de alegría a los que la vemos. Pero al papá le preocupa: una raspada en su condición puede afectar al conteo de plaquetas, por ejemplo. Además, las visitas al hospital son y serán constantes. Ana Lucía necesita que su papá no se despegue de ella ahora, y como la mamá está a 10,000 kilómetros todavía, Walter no puede generar ingresos en Suiza.

Esta situación puede llevar a los que me lean a dos cosas. La primera es atacar o defender la estrategia del gobierno actual, y tratar de jalar agua para su molino, culpar a su villano favorito, hacer encendidos manifiestos ideológicos, insultar al presidente actual, insultar a los anteriores, o a todos, o a ninguno.

Eso a Ana Lucía no le sirve. Tengan o no razón ustedes en su diagnóstico de la situación, para Ana Lucía es igual. Ana Lucía quiere ser doctora. Y para eso se tiene que curar.

La segunda cosa que pueden hacer los que me leen es ayudar a Ana Lucía a cumplir su sueño, y a sus papás a reunirse y empezar a recuperar la tranquilidad. Porque si los papás de la futura Dra. Ana Lucia estabilizan sus finanzas, la mamá puede venir a estar en el lugar en el que más quiere estar, que es al lado de su hija. Ellos empezaron una campaña en México para aceptar donativos. Los datos son:

BENEFICIARIO: WALTER RUPPRECHT PIMENTEL

BANCO: SANTANDER

CUENTA:               6056 9068 095

CLABE:                   014 542 6056 9068 095 4

Afortunadamente ha habido personas solidarias que han ayudado. Pero no es suficiente.

Para las personas que vivimos en Suiza en particular o en Europa en general, nos puede ser más fácil, más práctico y más barato hacer una transferencia o depósito en francos a una cuenta en Suiza.


Entonces el sábado, en lo que Ana Lucía subía y bajaba unos cajones de madera en los que jugaba con mis hijos, le pedí a su papá que me diera los datos de la cuenta que acaba de abrir por acá.

Y para que Ana Lucía pueda llegar a ser la doctora que quiere ser, sus papás estarían muy agradecidos si la pueden apoyar también de este lado.

Los datos son:

BENEFICIARIO:         WALTER RUPPRECHT

CUENTA:                                108110.40N

BANCO:                               UBS AG

CLEARING NUMBER:                 0283

BIC:                           UBS WCH ZH 80A

IBAN:         CH7900 2832 831081 1040N

UBS POSTAL ACCOUNT NUMBER:  80-2-2

También hay opción por PayPal:

l https://t.co/7qQP6JAmwM

Ana Lucía quiere ser doctora. Si tras leer esto ustedes tienen más ganas de ayudar que de repartir culpas a funcionarios presentes o pasados, por favor depositen algo, en México o en Suiza. Todo suma. Todo ayuda.

Y quién sabe. Tal vez si ustedes ayudan ahora, en 30 años la Doctora Ana Lucía les pueda dar consulta. Creo que puede ser una gran doctora: a mis hijos no les dolió cuando ella los inyectó.

Ana Lucía quiere ser doctora.