¿A quién están defendiendo?
Parece que a los acólitos de AMLO se les ha olvidado quién es Napoleón Gómez Urrutia. Pero a mí no se me olvida.
Les voy a platicar algo de historia.
Primero lo primero: Napoleón Gómez Urrutia es hijo de Napoleón Gómez Sada. Es del tipo de personas que no ha logrado nada por sus propios méritos. Todo se lo debe a su papá.
¿Y quién fue Napoleón Gómez Sada? Ah, pues muy sencillo. Líder vitalicio sindical de los mineros, que tomó posesión desde que se fundó el sindicato en 1961 y se quedó cuarenta años.
¿Han escuchado de líderes sindicales charros, plegados al poder en turno, que se la pasan brincando de pluri en pluri, que a pesar de ser supuestos trabajadores de su industria en realidad son vividores ultramillonarios? ¿Algo así como La Quina, Romero Deschamps, Carlos Jonguitud, Elba Esther, Fidel Velázquez, Rodríguez Alcaine, Gamboa Pascoe? Pues de esos.
Piensen por favor un momento en eso. Gómez Sada fue puesto como líder de los mineros por Adolfo López Mateos. Luego se quedó todo el sexenio de Díaz Ordaz. Todo el de Luis Echeverría. Todo el de López Portillo. Todo el de Miguel de la Madrid. Todo el de Salinas. Todo el de Zedillo. Como todo por servir se acaba, en tiempos de Fox procedió a morirse. Y como muerto se le iba a complicar seguir mandando en el sindicato personalmente, pues en mayo de 2000 le dijo a Zedillo que dejaba como su sucesor a su hijo Napito y que le hicieran como quisieran. A ese Napito que ahora va como candidato a senador plurinominal por MoReNa. Ese Napito que está provocando en los apologistas de AMLO más marometas que las de un gimnasta olímpico, y del que la mejor defensa que se les ha ocurrido es que no ha sido declarado culpable penalmente. A mí me molestó que EPN haya tenido a su Virgilio Andrade, y ahora a Napito le han salido varios virgilios.
Independientemente de las razones económicas (dinero malhabido) y estratégicas (control de una parte del sindicato minero) que AMLO tenga para su campaña, a mí me queda claro (y me preocupa) el mensaje de fondo. A AMLO le gusta ese sindicalismo charro.
Y es que Napoleón Gómez Sada estaba en la cumbre de su poder cuando AMLO era priista. Cuando Bartlett era priista. Cuando Monreal era priista.
Por eso AMLO busca a ese tipo de líderes charros. Por eso los líderes charros buscan a AMLO. Los líderes sindicales, no es novedad, se sentían más a gusto en el milenio pasado que en el actual. El esquema corporativista del PRI tal vez fue necesario en los tiempos de Tata Lázaro para que no se siguieran matando todos contra todos. Pero en el México actual ya no deberían tener lugar.
AMLO opina lo contrario.