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La palabra misteriosa es… (12.1.2015)

by | Ene 12, 2018

LA PALABRA MISTERIOSA DE HOY ES… HEBDOMADARIO

Una de esas palabras culteranas que de repente se pueden deslizar en una conversación para impresionar es “hebdomadario”. Viene de “hebdómada”, que significa “semana”.

“Hebdo”, como en Charlie Hebdo, entonces se refiere a la frecuencia semanal con la que sale la revista francesa. No es que Monsieur Charlie Hebdo sea el fundador o algo semejante.

Valga la etimología para entrar al tema de la libertad de expresión y los límites de lo sagrado.

¿Debemos poner un límite a la libertad de expresión por miedo a ofender creencias? ¿Puede alguien burlarse de lo que para otra persona es sagrado? Esas preguntas han estado en el aire desde el ataque terrorista por todos conocido de la semana pasada.

Sobre si se debe limitar la libertad de expresión para no ofender creencias, mi opinión es que hay tres respuestas válidas: la primera es NO, la segunda es DESDE LUEGO QUE NO y la tercera es NI MADRES, CLARO QUE NO.

Aunque la mayoría de las personas parece comprender cabalmente el peligro al que se enfrenta la civilización occidental si los islamistas imponen por medio del terror sus creencias como leyes, he visto que mucha gente se ha ido por el otro camino: “los caricaturistas se lo buscaron, sus caricaturas no eran divertidas, eran unos provocadores profesionales, debieron ser prudentes”.

No es complicado encontrar ese tipo de “atenuantes” en dos temas mucho más cercanos a México: el de los normalistas de Ayotzinapa y el de las violaciones.

Estudiantes sobrevivientes de los sucesos de Iguala confirman lo que es vox populi: todo el periplo Ayotzinapa – Iguala – Ayotzinapa incluía cometer delitos: toma de camiones y extorsión en cruceros (a ellos les gusta llamarle “boteo”). Todo eso está muy mal, pero esos muchachos no tendrían por qué estar muertos. En un estado de derecho, hubieran sido arrestados en flagrancia y presentados ante un juez para seguir los procesos correspondientes.

El tema de las violaciones es similar: ¿puede una mujer provocar su propia violación? Mi respuesta contundente es que no. No importa si su ropa es sugerente o si toma mucho o si es coqueta o si decide caminar por callejones oscuros: Si ella dice NO es NO. La culpa de una violación es del violador, no de la víctima. Discutir lo que un caricaturista puede dibujar es equivalente a discutir el largo de la falda o la profundidad del escote de una mujer. Discutir los temas que un periodista puede tocar es equivalente a discutir la cantidad de dinero que alguien puede llevar en su cartera si va caminando en cierta colonia para no ser culpable de que alguien decida robarle. Discutir el derecho a criticar lo que para alguien es sagrado es como discutir el precio máximo del automóvil que uno puede comprar antes de ser culpable de su propio secuestro. ¿Si no tenemos cinco candados en la puerta de nuestra casa somos culpables si entran a robar?

¿Qué pasa si para alguien es una blasfemia que la gente escriba sobre cualquier tema? ¿Dejamos de escribir todos porque a alguien en el norte de Dakota del Sur le ofende que escribamos nuestras ideas? ¿Qué pasa si un grupo de cristianos fundamentalistas quiere que nadie beba cerveza? ¿La dejamos de tomar para que ellos no sientan que insultamos a su dios? Habrá quien diga que los musulmanes, que son el grupo religioso afectado por los dibujos de Mahoma no son “un grupo”, sino más de mil millones de personas. ¿Y? Un musulmán tiene el derecho de ofenderse por lo que quiera. Pero no de matar por ello (sí, sé que el 99.99% de los musulmanes no lo haría).

Yo para el tema de las ofensas a deidades tengo un par de ideas que espero que contribuyan a la paz: 1. Que en la tierra nos basemos en leyes terrenales, y ya que diosito en el cielo premie o condene según sus designios, o 2. que si dios quiere que haya castigos en la tierra, baje y nos explique con mucha claridad qué es lo que desea. Mientras tanto, ningún humano debiera arrogarse el derecho de asesinar, agarrar a latigazos, impedir salir a la calle a una mujer no acompañada o cualquier otra atrocidad según su interpretación.

En México el tema del terrorismo islámico nos parace lejano. Pero sí hay casos donde por motivos religiosos se niegan derechos fundamentales. Es el caso del ayuntamiento de Mexicali, que basado en enseñanzas de la Iglesia Católica impide el matrimonio civil de Víctor Manuel Aguirre y Víctor Fernando Urias. Esto a pesar de un amparo dado por la SCJN. Eso no es tan grave como el asesinato de periodistas, pero es un caso que debemos seguir con atención hasta que sea obvio que la discriminación por motivos de orientación sexual es tan absurda como la discriminación basada en la letra con la que comienza el apellido, y que la religión del alcalde o de la oficial del registro civil debiera ser irrelevante a la hora de aplicar la ley.