LAS AVENTURAS DE PATA, PETA, PITA, POTA Y SU AMIGA

Cinco amigas estaban en la mañana pastelera de un restaurante, un martes cualquiera, en cualquier ciudad de la República Mexicana.

-Pobrecitos Sirios – dijo Pata. -Yo creo que los europeos deben recibirlos a todos. Da mucha tristeza ver niños ahogados y así. Yo ya puse en mi MURO la foto del niño muerto y compartí la carta abierta a la presidenta de Alemania. Y le doy LIKE a todo lo que suben de eso.

-Yo creo que hay que hacer más – siguió Peta. – México ha sido refugio de migrantes y ya ven que por ahí llegaron los Slim, los Harp, los Sánchez Navarro y mucha gente bien. Yo ya mandé a mis grupos de Whatsapp un meme que pide que México reciba y alimente a 10,000 sirios.

-Creo que ustedes están mal -sugirió Pita, siempre tan progre. -Hay muchos mexicanos y centroamericanos que son maltratados aquí. No hay que ser candil de la calle y oscuridad en la casa. Yo ya me uní a todos los hashtag que piden más compasión por nuestros propios niños. El otro día fuimos Trending Topic.

-Todo lo que ustedes hacen está muy bien -dijo Pota. -Pero siempre necesitamos ayuda especial. Yo lo que hago para resolver la crisis de la migración siria es rezar. Todos los días le pido a dios que ayude a nuestros hermanos en esa zona del mundo que lleva 5000 años en guerra. Seguro diosito no tarda en escuchar nuestras plegarias y a mí me encanta ser parte activa de la solución con mis oraciones.

Pata, Peta, Pita y Pota voltearon a ver a la quinta amiga, que había estado callada y distraída con el celular. -¿Tú cómo la ves? – le preguntaron.

-Pues yo lo que creo -dijo Lulú- es que ya es hora de pedir la cuenta para ir por los niños a la escuela. Eso de arreglar al mundo ha sido cansado, pero con el pastel de chocolate y el café se nos hizo más llevadero. ¿Traen boletos del valet para ir pidiendo las camionetas?