La CNTE y las aerolíneas.
Imagine usted que pudiéramos mandar a los maestros de la CNTE muy lejos. No, no a donde usted está pensando, no sea grosero. Me refiero a un viaje a Oceanía.
Nosotros pagamos sus boletos de avión. Total, si ellos cobran sin dar clases lo de menos es darles otro estímulo.
Pero tendrían que viajar con las condiciones de la aerolínea: los pilotos y mecánicos están ahí porque compraron sus empleos, o los heredaron de sus papás. No pueden ser despedidos ni aunque aterricen el avión de cabeza. No saben si el vuelo saldrá porque tal vez ese día no quieran trabajar, no porque estén en legítima huelga sino porque no se les da la legítima gana. Además será un viaje muy largo: los aviones son de hélice de pistón porque ni pilotos ni mecánicos han querido aprender cómo funciona un avión de turbinas o turbohélice, dado que, dicen, va “contra sus usos y costumbres”. Además en las ventanillas del aeropuerto hay constantemente bloqueos y pedradas porque los alumnos de una escuela de aviación EXIGEN plaza automática en la aerolínea. Lleven el promedio que lleven, se necesite o no sus servicios. La aerolínea por consecuencia tiene un terrible desempeño operativo, muchísimos accidentes y pierde muchísimo dinero.
¿Ustedes creen que los maestros de la CNTE se subirían a esos aviones? ¿No sería obvio que esa aerolínea no es viable y que necesita cambios urgentes? ¿Qué es tan difícil de entender?
La respuesta de algunas mentes progres: “tal vez esté mal lo del CNTE pero lo del hijo de Romero Deschamps es peor”. Eso es un sofisma. Un delito no anula al otro, se adiciona en perjuicio del nivel de vida de todos nosotros.