Me tocó disfrutarlo hace 30 años, junto con mi hermano y mi mamá. Levantarse tarde en vacaciones escolares, en aquellos días infantiles en que dos semanas parecían eternas.
Pero ya lo dijo Pablo Milanés: “El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”. Ahora me toca ser yo quien sigue usando despertador, y mis hijos, que hace un par de años se levantaban a las 6am pasara lo que pasara, hoy hasta parecían roncar del gusto de seguir dormidos en lo que yo me arreglaba para la chamba.
Si mañana los vuelvo a ver tan a gusto acostados a pierna suelta, creo que tendré que hacer un simulacro de terremoto o algo así…