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De Conflictos de Interés y las Nuevas Cadenas (2.3.2015)

by | Mar 2, 2017

¿Tienes la esperanza de que la clase política mexicana se va a redimir en las elecciones de junio? Hazte un favor y no leas las listas de diputados plurinominales. Con muy contadas excepciones y más bien plagadas de confirmaciones, las listas hacen honor al “si seguimos gobernando con los mismos, seguiremos teniendo los mismos resultados”.

Desde luego destaca la broma del PRI de poner a Carmen Salinas en su lista, decisión que me hace sentir muy orgulloso de vivir en Suiza.

Pero quiero centrarme en otro aspecto, que tanto Gabriela Warkentin como Mario Campos ya han tratado.

No es una sorpresa que el PRI se caracterizó el siglo pasado por tener controlada a la prensa, desde la sutileza de tener el monopolio del papel periódico hasta la contundencia de amenazar y asesinar a quien no se alineara. Evidentemente esa costumbre regresó, y dio pie a un capítulo vergonzoso para el periodismo.

Los periódicos suelen tener, dentro de su sección editorial, al menos una columna que no viene firmada o que tiene seudónimo. Esa columna representa la línea editorial del medio, cuya responsabilidad cae en el director.

Pues bien, resulta que las columnas “institucionales” de EXCELSIOR , EL UNIVERSAL y MILENIO defienden la candidatura de Sylvana Beltrones con una cercanía en tiempo y argumentos que es imposible atribuir a la casualidad.

“Vaya sorpresa, te acabas de dar cuenta de que el gobierno tira línea a los medios de comunicación”, podrían decirme. Pero creo que hay aristas en este caso que vale la pena explorar:

1. El conflicto de interés. Evidentemente Manlio Fabio quiere que su hija sea diputada y que no llegue con el estigma del nepotismo. No intento aquí analizar si ella tiene o no los méritos necesarios. Pero hay una serie de presupuestos en medios de comunicación en los que Manlio Fabio tiene manera de influir: el de la Cámara de Diputados es el más obvio, pero tiene posiciones en todos los niveles. Hacerle saber a un director que si no apoya a su hija, específicamente con los datos que a él le interesa resaltar, puede ver mermado su ingreso por publicidad parece suficiente herramienta para convencer a los más valientes. Mientras no haya reglas claras sobre el uso de la publicidad oficial seguiremos viendo tanto el gasto en descarada promoción como las herramientas de control metalegal. En todos lados se cuecen habas pero los casos que conozco un poco más, que son los órganos de Comunicación Social de Veracruz y Chiapas, son para pasar de estar aterrado a estar indignado a ponerse a llorar.

2. Las nuevas cadenas. EPN prometió que habría más competencia en TV abierta. Ningún legislador se opuso a ello. Sin embargo ya pasó la tercera parte de su sexenio y todavía no se cumple esa promesa de campaña. La licitación de nuevas cadenas ha estado muy rara, con muchos postores iniciales y varios retiros extraños. Dentro de los finalistas está el dueño del EXCELSIOR. Tras ver la actuación de EPN con San Román e HIGA, no suena descabellado un “oye, Olegario, dile a Pascal que no me vaya a tirar mucho, no vaya a ser que se ande declarando desierta la licitación”.

3. El gasto en publicidad. Que tres editoriales institucionales elogien en términos casi idénticos a una candidata, ¿no es un acto de campaña? ¿Ya puede ella contratar publicidad? ¿No parece obvio que hay un pago, directo o indirecto (más publicidad, mejores exclusivas, un SAT menos preguntón) y que el INE debería investigar? Tendrían que ser demasiado cándidos (o demasiado PRI-VERDISTAS) los consejeros y fiscalizadores del INE para creer en casualidades tan peregrinas.

Es una vergüenza para el periodismo mexicano que tres de los periódicos más importantes a nivel nacional usen boletines de prensa para defender una candidatura en específico. Entiendo la presión que los dueños de los medios y los operadores gubernamentales ponen en los directores de periódicos. Pero son una de nuestras últimas líneas de defensa. La restauración del PRI marcha a pasos agigantados, la tele abierta no tiene el incentivo para ser más combativa, y la relativa apertura y pluralidad que vivió la prensa a inicios de este siglo se está derrumbando.

El dinosaurio siempre estuvo ahí. Hibernó 12 años. Desgraciadamente tendremos que despertar con él algunos años más.