POLÍTICA CHIAPANECA: Había una vez un priísta de toda la vida. No quedó como candidato a gober, entonces se fue de candidato de todos menos el PRI. Ganó. Puso en su lugar a otro expriísta a quien le construyó su carrera política. En agradecimiento, este nuevo gober metió al bote al anterior.
El gober nuevo puso a dos presidentes municipales en Tuxtla por su alianza llamémosle de izquierda. Luego compitieron por ser candidatos de esa izquierda. Pero en la izquierda (gracias a AMLO) quedó una priísta de toda la vida, enojada porque el PRI puso a alguien del Verde (gracias a la alianza de Peña Nieto con el Niño Verde) como candidato, apoyado en parte por el Gober que ni es del PRI ni es del Verde. Como ya no pudo poner en su membrete a sus alcaldes tuxtlecos, ahora pone a uno de ellos como candidato a gober por el PAN y a otro como senador, también por el PAN.
En Chiapas, ni el PRI ni el PAN ni el PRD postularán a militantes como candidatos. El gober apoyará a los dos que no son de su coalición y no a la que nominalmente sí lo es.
La política chiapaneca está más fea que la política chiapaneca más fea, o sea Elba Esther…