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Manlio Fabio y las Focas (10.8.2015)

by | Ago 10, 2017

Manlio Fabio y las Focas

No sé a ustedes, pero a mí los rituales en el PRI no me dejan de sorprender, aunque desde que soy niño los vengo presenciando. Uno esperaría que tuvieran algo de dignidad e intentaran cambiar aunque sea un detalle, pero no es así.

El PRI dice tener algo menos de 10,000,000 de afiliados. ¿Cuántos de ellos públicamente se manifestaron por algún candidato para dirigir al PRI antes de que EPN señalara con el dedo al jovenazo Manlio Fabio? Cero. No hay una declaración, un tuit, un pronunciamiento. Estamos hablando de casi diez millones de mexicanos, de miles de presidentes municipales, de centenares de congresistas locales, de casi 2,500 comités municipales, de diferentes sectores cuyas siglas (CTM, CNC, CNOP) están más desgastadas que las páginas de los calendarios de Gloria Trevi en los noventas. De todos ellos nadie, ninguno, opinó algo diferente a lo que el dedito de EPN dictó.

Puede ser, podría decir alguien, que era muy obvio que Manlio Fabio era el adecuado, y por eso la unanimidad. La sola mención de esa posibilidad es ridícula: no puede ser que diez millones de personas lleguen a la misma conclusión al unísono. Pero aún si ese fuera el caso, la situación no mejora. Si Manlio Fabio era el adecuado, el mejor cuadro, la alternativa que entusiasma… ¿por qué a nadie se le ocurrió antes que a EPN? ¿Por qué, digamos, el PRI de Sonora no dijo hace dos semanas “nos parece que el Lic. Beltrones puede ser buena opción?”.

Los priistas suelen llamar a eso disciplina. No lo es. Es lambisconería, es agachismo, es falta de dignidad. Es renunciar a la voz propia para unirse al coro. La disciplina consiste en poner en la mesa diferentes opciones, y respetar el resultado en caso de que sea adverso. Pero acatar y aplaudir como foca no es disciplina. Al que lo dude, le planteo un escenario. ¿Que hubiera pasado si el ungido fuera Aurelio Nuño? Lo mismo. Los mismos que hoy no cesan de cantar loas a la experiencia de Manlio Fabio le estarían haciendo églogas a la juventud y dinamismo de Aurelio. Porque aquí se trata de no quedarse fuera de la cargada. De no vivir fuera del presupuesto. De tratar de tener un mejor hueso por mostrar que el ente que el priista en cuestión dirige es el más alineado, el más zalamero, el más aplaudidor.

No hay mejor radiografía del partido que gobierna (es un decir) a México que esa falta de ideas propias, esa renuncia a la dignidad, esa pasividad de borregos que se mantiene hasta que el anuncio esperado los convierte en búfalos.

Mención aparte merecen los editorialistas de varios de los principales medios de comunicación nacional, sobre todo los mayores de 50 años. ¡Con qué nostalgia hablan de Manlio! ¡Cuánto cariño le tienen a las formas! ¡Cómo se nota su alegría porque nuevamente regresa un presidente del PRI de los de antes, de los que si te portabas bien te ayudaba con una beca para el hijo, la silla de ruedas para la tía, la reservación en un mejor hotel cuando estás cubriendo la fuente! De hecho, científicos de la UVM descubrieron que en promedio cuando un editorialista mayor de 50 años escribe sobre Manlio Fabio tiene 5.8 orgasmos por columna. Y no es, como alguien me comentó, un reflejo condicionado de “nota chica, sobre grande”. No es lambisconería habitual, ni pago de gacetilla. Es un entusiasmo real, legítimo, de la parte de la prensa paraestatal que estaba muy cómoda en el régimen del PRI y de repente le menearon el pandero y ya no les gustó. Manlio Fabio les representa lo más caro de los anhelos de reinstauración.

Llama la atención que alaben de Manlio Fabio que operó para sacar las reformas estructurales. ¡Pero si las bloqueó durante nueve años! Si tan buenas eran las reformas, ya estarían cerca de cumplir su primera década en funcionamiento. Manlio Fabio se opuso abierta y públicamente a ellas… nada más para recordar a partir de diciembre de 2012 que siempre sí estaba de acuerdo. A mí, por lo menos, eso no se me olvida.

¿Creen que de un partido tan zalamero pueda venir el aire fresco que se necesita para mejorar las condiciones de vida en nuestro país? Yo tampoco.