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Rosario y sus Declaraciones Ahumadas (13.5.2014)

by | May 13, 2017

Rosario y sus Declaraciones Ahumadas

Es importante empezar con unas líneas: No apoyo al gobierno de EPN, nunca he votado por el PRI, no creo que poner a Rosario Robles en SEDESOL haya sido una buena decisión y es deplorable el uso que en México se hace de los programas sociales para proselitismo electoral.

Ahora bien, una vez dicho lo anterior, entremos en materia.

OPORTUNIDADES es un programa clave en México. Necesitamos niños bien nutridos, saludables y con acceso a educación. Desgraciadamente no todos pueden hacer eso por sus hijos, es muy razonable que el gobierno tome parte de los impuestos para transferirlos a esas familias. Y OPORTUNIDADES, con todos sus defectos, tiene la ventaja de ser una transferencia directa de dinero (condicionada a tener a niños en escuela, vacunados, etc.) por lo que no fue necesario crear una burocracia tan grande. Ya esa burocracia la crearon con el bodrio de la Cruzada contra el Hambre, programa digno del siglo pasado en concepto y del siglo antepasado en ejecución, pero ésa es otra historia.

Un país para progresar necesita, entre otras cosas, tener un importante capital humano. Si más de la mitad de los niños nacen en familias pobres no podemos permitir como país dejarlos sin herramientas para salir adelante. Es un tema de justicia, solidaridad y equidad, pero también importante desde el punto de vista económico. Necesitamos que los niños de hoy puedan ser en 20 años ingenieros, técnicos, contadores, microempresarios, doctores, arquitectos, desarrolladores de apps. No tragafuegos, payasitos de semáforo ni limosneros. Y si hacemos bien la tarea, cada vez menos familias necesitarán a futuro de OPORTUNIDADES.

Pero, porque siempre hay un pero. No podemos olvidar dos cosas: la primera es que los principales responsables del bienestar de un niño que nace son su mamá y su papá. El gobierno puede y debe ayudar a los niños que nacieron en familias por debajo del nivel de pobreza a salir adelante, sí. Pero no es “ya nació mi hija, ahora el gobierno que me la mantenga”.

Y la segunda cosa es que aunque las necesidades de la gente son ilimitadas, el presupuesto es limitado. Si a eso le añadimos que la gente se mueve por incentivos, pues tiene todo el sentido del mundo decir como gobierno “yo te ayudo con un monto N si tienes un hijo, un monto 2N si tienes dos hijos y un monto 3N si tienes tres, cuatro, cinco, seis o catorce hijos”. Creía que el tema era evidente pero por el ruido que han causado las declaraciones parece que no. Veamos: supongamos que OPORTUNIDADES entrega $1000 por niño por mes (es un ejemplo, no entremos en detalles). Si topamos en $3000 entonces lo que se le entrega a una familia, el incentivo a tener más hijos disminuye. Porque si tienes tres hijos te toca de a mil por cada uno, pero si tienes seis hijos nada más son quinientos. En cambio, si no hay límite, conviene tener al cuarto hijo, y al quinto. Y ni modo, aunque no les guste el comentario de Chayito, sí hay evidencia de que en términos generales “la familia pequeña vive mejor”.

La última arista de las críticas a Rosario se me hace la más absurda. Dicen que se está metiendo con el derecho de una mujer de tener los hijos que quiera. Pocas cosas he escuchado más ridículas. Si una mujer indígena o no, pobre o no, por motivos religiosos o no, beneficiaria de OPORTUNIDADES o no, con estudios o no, decide tener 40 hijos y además que algunos de ellos sean con su esposo, otros con su amante, otros de padre desconocido, otros por inseminación y otros adoptados, no hay NADA (ni en las declaraciones de Rosario ni en las reglas de OPORTUNIDADES ni en ningún lugar) que se lo impida. Nada más que recuerde que ella es la primera responsable de los 40 y que el gobierno vía OPORTUNIDADES le ayudará con los primeros tres. Eso no atenta contra su derecho a parir. Si cuarenta hijos quiere, que cuarenta hijos tenga.

Espero que haya quedado claro mi punto de vista. Pero si no, aprovecho para ilustrarlo con un ejemplo: yo tengo derecho a la libertad de expresión. Eso quiere decir que el gobierno no debe impedir que yo exponga mis ideas. Pero sería una locura que yo renunciara a mi trabajo y le dijera al gobierno* que si por favor me paga lo mismo que yo estaba ganando para expresar mis ideas en Facebook, Twitter, periódicos, portales en línea, bares, cantinas, restaurantes y parques. Lo más probable es que el gobierno me diga “pues tú tienes todo el derecho a expresar tus ideas, pero yo no tengo la obligación de pagarte para que lo hagas”. Si yo quiero renunciar a mi trabajo para dedicarme a esparcir mi palabra (es un supuesto, esposa, no te preocupes) puedo hacerlo. El gobierno no tiene derecho a impedir mi renuncia ni a prohibir que me dedique a lo que se me antoje mientras sea legal. Pero de ahí a que esté obligado a mantenerme para que yo hable hay un largo trecho. Sería absurdo que yo dijera “el gobierno vulnera mi derecho universal e inalienable a la libertad de expresión”. No, no lo vulnera. Nada más que no tiene por qué pagarme (o pagarle a cada mexicano) un sueldo para expresar ideas. Ya compaginaré yo mi derecho a expresar mis ideas (vía, por ejemplo, estas líneas) con las otras actividades que realizo, del mejor modo que pueda.

Lo mismo pasa con el derecho de las mujeres a decidir tener decenas de hijos. Su derecho sigue y debe seguir intacto. Que sepan que vía OPORTUNIDADES recibirán recursos, pero que esos recursos tienen tope. ¿Quieren, sabiendo eso, tener más hijos? Adelante. Los que gusten. Están en su derecho. Nada más que no los vamos a mantener a todos con nuestros impuestos.

Por último, no faltará quien diga que tal vez el apoyo podría ser para cuatro hijos en vez de tres, debate que es razonable. Y no faltará quien diga que debe crecer de manera importante tanto el monto que se destina a cada familia beneficiaria como el número de familias que deben recibir el apoyo. Yo en lo personal creo que tres es un buen número de hijos a apoyar (abierto a debate) y creo que el porcentaje de familias beneficiarias debe aumentar hasta lograr cobertura del 100% de quienes viven por debajo del nivel de la pobreza, y que el monto de los apoyos por familia debe subir. Eso desde luego implica usar más dinero del presupuesto público, pero hay bastante tela de donde cortar en corrupción, ineficiencias, duplicidades, aviadores, y desapareciendo la Cruzada Contra el Hambre para concentrar los recursos. Un gobierno medianamente eficiente no tendría ningún problema en triplicar el presupuesto de OPORTUNIDADES sin recurrir a deuda pública ni cortar otras partidas necesarias. Aunque desde luego el actual no es un gobierno medianamente eficiente.

* Lo de pedir que este gobierno me pague para que yo ejerza mi libertad de expresión es un ejemplo. No trabajaría para este gobierno ni aunque efectivamente me pagaran por expresar mis ideas.