Hace dos semanas comenté en Twitter que mi (ahora ex) automóvil acababa de cumplir 100,000 kilómetros. Hoy el nuevo acaba de festejar sus primeros 100 (¡ternurita!).
Como ya no tengo bebés en casa, y mis hijos se indignan si les dicen así, quiero volcar ese instinto de protección hacia el auto.
Cuando le ponga gasolina por vez primera pediré que sea Enfamil. En vez de aditivo le pondré Tempra sabor uva, por si se siente mal. Pondré camisetas en los asientos para que esté abrigado y no le dé el aire.
Solo espero no llegar al extremo de querer atropellar en la noche a algún Moisés, para que mi carro duerma encima de uno.