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El Respeto al Género Ajeno (Y al Propio) es la paz [16.5.2016]

by | May 16, 2017

El Respeto al Género Ajeno (y propio) es la Paz

Mucho se ha hablado en las últimas semanas sobre las mujeres. Desgraciadamente los detonantes fueron casos como el de Daphne en Veracruz, o los constantes abusos en transporte público a mujeres en la CDMX, o el de una regidora chiapaneca “expuesta” en redes sociales en un motel con su pareja.

Afortunadamente el aura de inevitabilidad está quedando atrás. El repudio a Los Porkys es casi unánime, en la CDMX se hizo una marcha, en Chiapas al cobarde que exhibió las fotos le fue muy mal. En los tres casos las redes sociales jugaron un papel muy relevante.

Me dio mucho gusto como varios hombres, cuando se publicó la foto de la regidora en un motel, escribieran cosas como “¿y eso qué importa? Si es fuera de horas de trabajo y no es con dinero de impuestos, que vaya al motel que quiera con quien ella decida”. Claro, no faltan los payasitos ni los misóginos. Pero en general la solidaridad fue de ambos géneros.

Tres comentarios quiero hacer sobre el tema:

El primero es muy común en redes sociales: “Hombres, no abusen de las mujeres. Recuerden que vienen de una, y tienen esposas, hijas, hermanas”… ese argumento se me hace muy malo. Ya no lo usen, por piedad. A las mujeres no hay que respetarlas porque todos hayamos venido de una. Hay que respetarlas porque son seres humanos. No debe ser un tema de empatía sino de derechos. Además ese argumento no funciona: todos conocemos al típico macho que opina que todas las mujeres son prostitutas, menos su mamá y hermanas. Enseñemos a nuestros hijos a respetar a cada ser humano, sin etiquetas. No “a las mujeres porque venimos de una, a los homosexuales porque todos tenemos amigos que lo son, a los indígenas porque son los pueblos originarios, a los migrantes porque todas nuestras familias llegaron de algún otro lado”. No. A los seres humanos porque somos seres humanos.

El segundo comentario es por algo que se dio en la manifestación en la CDMX: algunos hombres fueron agredidos por estar durante la marcha en el área. Unos iban por solidaridad. Otros porque eran reporteros y los mandaron a cubrir lo que ahí pasaba. Como hombre entiendo la rabia que siente una mujer que fue víctima de acoso. Pero no todos los hombres son culpables, y la solución al problema somos todos. No se trata, creo, de vagones segregados y mujeres karatekas. La solución pasa por hombres y mujeres conscientes del derecho del prójimo a no ser violentados. Si en conjunto los hombres somos los principales culpables de abuso contra las mujeres, pues debemos ser parte de la solución. No agredan a un participante en una marcha solo porque tiene los mismos cromosomas XY que quien las atacó en el pesero. No es de “contra”, es de “con”.

Y el tercero es el de la solidaridad de género. Expresiones estilo “Daphne llegó a su casa borracha y con los calzones en la mano”, “si no quieren que las toquen no usen esas falditas”, “las muchachas decentes no estamos en la calle a esas horas”… carajo, leer a mujeres escribiendo eso sobre otras mujeres, culpando a la víctima… uno entiende el machismo con el que en general fuimos educados al leer esos comentarios marca “no me ayudes, comadre”. Si hay quien va al antro y bebe mucho… ¿por qué está mal si es mujer y bien si es hombre? Si hay zonas poco aconsejables, ¿por qué culpar a la mujer que anda por ahí y no a los hombres que las hacen peligrosas? Creo que fue Golda Meier quien dijo, cuando hubo un repunte de violaciones en la madrugada y miembros de su gabinete le recomendaron toque de queda para las mujeres, “pero si los que violan son hombres, mejor que ellos sean los que acaten el toque de queda”. Sí, una persona puede tomar precauciones para minimizar la probabilidad de ser víctima de un delito. Pero la culpa del delito es del delincuente.

Bueno. Esos son mis tres comentarios. Espero que las radicales no me acusen de “mansplaining”.Photo by gfpeck